
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, durante la inauguración de la Wine Week de Barcelona
Planas confía en Europa ante la amenaza arancelaria de Trump: «Se tomarán las decisiones oportunas»
Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, ha mostrado su confianza en la Unión Europea (UE) frente al reto arancelario que plantea Donald Trump, nuevo presidente de los Estados Unidos.
Durante su intervención la inauguración de la Barcelona Wine Week (BWW) que se celebra en Barcelona, Planas ha puesto en valor el poder de la institución europea: "Se tomarán las decisiones oportunas», ha apuntado el ministro al ser cuestionado sobre cómo actuará la UE ante la más que previsible subida de los impuestos a sus productos con destino Estados Unidos.
Planas ha advertido de que los que imponen aranceles en un primer momento también acaban perjudicados por los conflictos comerciales, puesto que «acaban recibiendo este búmeran».
El ministro ha sostenido que la UE y España tienen una «relación sólida» con Estados Unidos, que abarca desde las cuestiones de seguridad y defensa hasta los intercambios culturales, y ha abogado por seguir teniéndola.
Sobre los conflictos comerciales, Planas ha respondido sin titubeos y ha expresado que «siempre son malos», ya que considera que son especialmente sangrantes y duros porque afectan a las familias y los hogares.
Fiel defensor de las políticas europeas, Planas ha aprovechado para defender el acuerdo con Mercosur, que ha erigido como «una gran oportunidad para el sector agroalimentario, de España y de la Unión Europea, especialmente el sector del vino».
«¿Voy a imponer aranceles a la Unión Europea? ¿Quieren una respuesta veraz o debo darles una respuesta política? Absolutamente. La Unión Europea nos ha tratado muy mal», apuntó recientemente el presidente norteamericano, que señaló «un tremendo déficit» con la Unión Europea: «No se llevan nuestros productos agrícolas, no se llevan prácticamente nada».
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), apuntaba que la estrategia europea para evitar una guerra comercial entre Estados Unidos y la UE podría pasar por ofrecer a su socio transatlántico comprar más productos estadounidenses, como gas natural licuado o armamento en vez de abordar las diferencias mediante represalias.