La leche y los productos lácteos se recomiendan en adultos mayores por sus posibles beneficios relacionados con la salud ósea y el control de la presión arterial
Vinculan el consumo de leche entera con deterioro cognitivo en personas de alto riesgo cardiovascular
El estudio, que ha empleado una muestra de 6.000 personas, tuvo un seguimiento de dos años
Un equipo multidisciplinar de científicos de varias instituciones españolas ha relacionado el alto consumo de leche entera con una mayor tasa de deterioro cognitivo en las personas adultas con alto riesgo de enfermedad cardiovascular.
Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Obesidad y Nutrición (Ciberobn) y de la Unidad de Nutrición Humana del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili de la Universidad Rovira y Virgili han estudiado la relación entre el consumo de leche entera y la salud cognitiva con una muestra de 6.000 personas y un seguimiento de dos años.
Las conclusiones, que se han publicado en la revista Molecular Nutrition and Food Research, desvelan esa relación, aunque los investigadores han insistido en que son necesarias futuras investigaciones para continuar explorando el impacto que puede tener la leche y derivados a largo plazo para poder decir que existe una relación de causa-efecto y poder dar recomendaciones a la población en relación a la salud cognitiva.
La leche y los productos lácteos se recomiendan en adultos mayores principalmente por sus posibles beneficios relacionados con la salud ósea y el control de la presión arterial. Pero los investigadores se plantearon si la leche podía también beneficiar a la salud cognitiva y si su consumo puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo.
Así, concluyeron que el consumo total de productos lácteos no se asoció con la cognición al cabo de dos años de seguimiento; y sin embargo, el consumo de leche entera sí se asoció con una mayor tasa de deterioro cognitivo.
Sin embargo, no se observaron asociaciones significativas con el consumo de leche y productos lácteos bajos en grasa, ni con los lácteos fermentados (como el yogur o el queso) o los no fermentados (todos los tipos de leche).
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