Paula Badosa en el Hormiguero
El Hormiguero
La invitada que miró por encima del hombro a Pablo Motos
La tenista Paula Badosa, que tiene como referente a Rafa Nadal, detalla su ascenso a la élite y presume de altura en ‘El Hormiguero’
Un año después se puso tacones. Lo hizo para acudir a El Hormiguero y mirar (aún más) por encima del hombro a Pablo Motos. Paula Badosa, desde su metro y 80 centímetros de altura, bromeó con la diferencia de altura recién llegada al plató.
La primera española en ganar Indian Wells (el quinto torneo grande el tenis) cumplió «un sueño» con ese triunfo. Le preguntó Motos cómo fueron esos minutos finales: «Yo lo odio. Es el momento más difícil. Cuando ves el final, te pones más nerviosa. Es peor el último punto que el penúltimo», detalló.
La tenista, durante su entrevista en ‘El Hormiguero’
«Yo quería ser tenista como fuese, desde niña», confesó. El camino ha sido largo y exigente, con momentos complicados: «Es un proceso muy duro. Mucha gente no es consciente de lo que se sufre. He pasado por momentos de depresión, en que te baja la seguridad. En el deporte de élite, con 18, 19, 20 años, tienes que estar preparado mentalmente para cosas que en otro trabajo tienes margen hasta los 35. Y eso es antinatural».
También ha habido muy buenos momentos. Ganó Roland Garros junior con 17 años. Y ahora ha logrado Indian Wells con 23. Tiene mentalidad de campeona: «El día que tú no entrenas hay 100 más entrenando y mejorando». Cuenta con un gran referente en su país, Rafa Nadal: «Siempre he dicho que es mi ídolo. A mí me intimida muchísimo, por todo lo que ha conseguido. Recuerdo el venirme a saludarme y yo medio esconderme. Y cuando venía, yo me iba al baño, porque no me salía ni presentarme». Antes de coincidir en la élite, en un torneo Conde de Godó, le dio la mano: la izquierda, aún se acuerda. No se la quería lavar, pero sus padres le obligaron.
Badosa y Motos regalaron 3.000 euros en ‘El Hormiguero’
Así es un día en su vida. Desayuna «aguacate con tostadas, a veces salmón y alguna tortilla», aunque hay días que ayuna. Después, dos horas de gimnasio, seguido de otro par de horas de tenis. Descansa, come, dos horas de deporte más por la tarde y, para acabar, fisioterapeuta. Y, después, a dormir. Cuando se va a la cama, le ocurre algo extraño, que ha buscado en Google en busca de explicación, pero no ha hallado respuesta: es capaz de dar continuidad a sus sueños. «Yo tengo un sueño, me despierto y se me olvida. Pasó el día, mis entrenos… Cuando me relajo, me meto en la cama, cierro los ojos y me vuelve todo el sueño, y lo intento continuar. No sé qué es. Si alguien sabe…», dejó caer.
Badosa jugó con fuego en ‘El Hormiguero’
La tenista se relajó con las hormigas. Jugó con ellas al «Ojete de halcón», nombre que le hizo recordar su nefasta estadística en Wimbledon: «Pedí 21 ojos de halcón y acerté cero. ¡Cuando acabó el torneo y vi la estadística!». Y también participó en un número de ciencia organizado por Marron que consistió en pasarse un fuego de mano a mano. Torció el gesto: «Es lo que más uso», dijo sobre sus manos. Pero se las untó en gel ignífugo y por ellas pasó el jabón de metano que se usó como combustible.
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