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20 de abril de 2024

Anne Hathaway, James Gray y Jeremy Strong, en la presentación en Cannes de Armageddon Time

Anne Hathaway, James Gray y Jeremy Strong, en la presentación en Cannes de Armageddon TimeGTRES

Cine

Festival de Cannes: nostalgia y rebuznos en la tercera jornada

El festival proyecta Armageddon Time, del norteamericano James Gray, y Hi-han, del polaco Jerzy Skolimovski

La nostalgia es la óptica que distingue a Armaggedon Time, el octavo filme de James Gray, el neoyorquino de 53 años que por quinta vez entra en concurso en Cannes, sin lograr ningún premio (aunque fue miembro del jurado en 2009 y Francia lo premió con dos César consecutivos al mejor film extranjero, el equivalente galo del Oscar, por La noche es nuestra y Two Lovers en 2007 y 2008).
Estamos en el barrio multirracial de Queen’s de los años sesenta, donde en una escuela pública un niño judío de 11 años de clase media tiene como mejor amigo a un negro pobre, un poco mayor que él.
Esta amistad, que los llevará no solo a rebelarse con el medio en el que viven sino también a cometer un robo con la esperanza de huir de todos y refugiarse en la lejana Florida, es contada por Gray con delicadeza de detalles, sobre todo describiendo la vida de una familia judía, aún marcada por el holocausto y orgullosa de su integración en la sociedad norteamericana, y sobre todo la entrañable relación entre el niño (el debutante Michael Banks Repeta) y su abuelo (Anthony Hopkins).
Se trata de un filme menor, casi didáctico en mostrar la falta casi total de prejuicios de la familia judía (aunque el miedo a los negros hace mella en sus juicios), que trata de superar las barreras sociales que le impone la sociedad WASP, muy distante del otro título nostálgico con el que se inició la carrera del director, ese Little Odessa que le valiera el León de Plata en Venecia en 1994 y el premio de la crítica en Deauville.
Con sus 84 años, apenas cumplidos el 6 de mayo pasado, Skolimowski firma la película más extraña de su larga carrera, comenzada en 1965 como adalid de la nueva ola cinematográfica de su país.
Hi-han es la onomatopeya del rebuzno en inglés (el título original del film es EO del nombre del protagonista, interpretado por cinco burros) y efectivamente se trata de la vida de un asno, desde su feliz vida en un circo con una dueña que vive besándolo y acariciándolo, hasta su triste fin pasando por diferentes propietarios y situaciones.
No se trata, empero, de un remake de Al azar Baltazar, aunque el periplo del asno sea el mismo. Es más bien un alegato animalista para recordar al público la indiferencia y a veces la maldad y crueldad con la que tratamos a los animales que nos sirven, nos hacen compañía y hasta nos alimentan.
Eo, tal es el único nombre que le ha dado su primera dueña y que él reconoce, acepta su destino pero sin resignación porque cuando es necesario es capaz de vengarse de uno de sus crueles propietarios con una coz bien acertada.
El filme es curioso y a ratos entrañable y salvo algún episodio (sobre todo el protagonizado por una Isabelle Huppert maquillada y vestida por su peor enemigo) es perfectamente digerible.
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