El equipo de R.M.N con el director Cristian Mungiu, en el Festival de Cannes
Festival de Cannes Dos grandes favoritas dentro de la competición oficial: 'R.M.N.' y 'Triangle of Sadness'
La firman dos ganadores de la Palma de Oro, el rumano Cristian Mungiu y el sueco Ruben Ostlund
Una sátira sobre el capitalismo desbordante y el drama sobre el racismo y la intolerancia imperantes en Europa fueron las dos ofertas mejor recibidas del concurso oficial del 75 Festival de Cannes. La firman dos ganadores de la Palma de Oro, el rumano Cristian Mungiu con R.M.N., sombrío retrato de una Europa encerrada en sus miedos, y el sueco Ruben Ostlund con Triangle of Sadness, divertida comedia sobre la diferencia de clases y el desequilibrio de riqueza, ambos recompensados con el máximo galardón, respectivamente con Cuatro meses, tres semanas y dos días en 2007 y con The Square en 2017.
R.M.N. se desarrolla en un pueblito de Transilvania, hasta hace poco modelo de convivencia entre diferentes etnias e idiomas (rumano, húngaro, rom), donde la única fuente de trabajo es una fábrica de pan que debe contratar a cinco extracomunitarios para poder aspirar a una subvención de la Unión Europea.
Curiosamente, o no tan curiosamente, en un pueblo cuyos habitantes están desparramados por toda Europa para suplir la falta de trabajo local, la llegada de cinco obreros de Sri Lanka, negros y algunos de ellos musulmanes, provoca la rebelión de la gente que da rienda a toda la violencia que genera la intolerancia y que obliga a cada uno de los ciudadanos a asumir sus propias responsabilidades.
El gran momento del film es un debate público sobre si expulsar o integrar a los inmigrantes que Mungiu retrata en una veintena de minutos sin cortes y con una sola cámara fija en la que tal vez cada uno de los habitantes haya podido expresar sus propias ideas y medios.
Harris Dickinson, el director Ruben Ostlund y Charlbi Dean en el photocall de 'Triangle of Sadness' .
Totalmente diferente el clima de Triangle of Sadness, entre sátira y humor negro, sobre un crucero de lujo donde conviven industriales, jerarcas rusos, fabricantes de armas «para defender la democracia» e influencers pero también personal de servicio y un capitán borracho, nostálgico del comunismo, que colecciona frases célebres de Marx y de Lenin.
El film está dividido en un prólogo y dos partes: en el primero se asiste a un casting de modelos masculinos, donde el cuerpo humano es solo una mercadería de caducidad extrema, mientras la segunda presenta a los personajes con sus diferencias sociales y de ingresos y la tercera a los pocos sobrevivientes del naufragio, donde los roles se invierten debido a que en un contexto fuera de la civilización, los más desposeídos son los que están mejor preparados para afrontar las adversidades.
A pesar de algunos pecados de mal gusto, sobre todo cuando el barco a la merced de una tormenta provoca mareos, vómitos y una explosión de los retretes, el film divierte hasta el final y confirma la capacidad de Ostlund de ser uno de los mejores olfateadores del aire del tiempo.
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