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20 de abril de 2024

Marron, a la izquierda, rememora su momento más angustioso en 'El Hormiguero'

Marron, a la izquierda, rememora su momento más angustioso en El HormigueroAntena 3

La semana de la tele

'El Hormiguero' se pasa de la raya

De nuevo pánico en el plató, como aquella vez que Motos y Marron casi se asfixian con bolitas de corcho

En El Hormiguero hay una sección, de la que a menudo se prescinde por falta de tiempo, que se titula «Pasarse de la raya». Consiste en un monólogo de Pablo Motos, repleto de buenismo y a medio camino entre el telepredicador y el discurso de Navidad. El pasado jueves no hubo esta sección, pero El Hormiguero se pasó de la raya. Así lo contamos en El Debate.
No es la primera vez que se vive una situación límite en el programa de las hormigas. Procede recordar lo ocurrido en septiembre de 2008, cuando Motos y Marron estrenaron con gran ilusión una sección de superviviencia.
El asunto consistía en simular una avalancha de nieve y explicar cómo sobrevivir a ella. Para ello se metieron dentro de una urna de cristal miles de bolitas de corcho. En principio estaba previsto que fuesen piezas más grandes, pero la producción del programa no las consiguió. El ensayo se hizo con la urna no demasiado llena. Motos pensó que quedaría más espectacular si se llenaba, y lógicamente le hicieron caso. Pero esa opción no se probó. Se hizo ya en directo, con resultado catastrófico. A Marron y al presentador se les llenó el aparato respiratorio de bolitas y apenas podían tomar aire. El primero consiguió subir por una escalerilla. Motos tuvo que ser rescatado, para lo que se abrió la urna.
Ese día, la dirección del programa aprendió una lección: nunca más se haría en directo nada que no se hubiese ensayado exactamente con anterioridad.
Resumiendo: que El Hormiguero juega con fuego y con razón el cocinero José Andrés se resistió semanas atrás a meter la mano en líquido pese a la insistencia de Pablo Motos, pues temía perder una mano: «¿Y por qué me habéis hecho firmar ese papel antes?», preguntó el chef, aludiendo al escrito que, suponemos, libera de toda responsabilidad al programa en caso de final infeliz.
El especialista en llamas no fue el único highlight de El Hormiguero esta semana. Quedará para el recuerdo esa llamada de Omar Montes para regalar 6.000 euros que acabó mal. «Le vamos a dar un regalito ahora mismo, que se va ir a usted de vacaciones, con su marido», le dijo a una señora que fue llamada al azar. «A mi marido lo tendré que sacar del cementerio si me tengo que ir con él», replicó ella antes de colgar.
Todo esto ocurrió en la semana en la que se nos fue el rostro de La clave, un periodista que cementó la Transición, José Luis Balbín. No lo hizo solo, sino en compañía de un buen número de intelectuales y expertos. La comparación es inevitable: ahora prolifera el tertuliano tipo Mortadelo, que un día se disfraza de vulcanólogo y al siguiente de doctor en pandemias.

De 'La clave' a 'MasterChef'

La clave llegó a reunir a dieciséis millones de espectadores delante del televisor. Hoy día, con las audiencias desmenuzadas en diversos canales y plataformas, el programa de más éxito de RTVE es MasterChef, que el pasado lunes ha sumado 1.622.000 seguidores. Ese día vimos como la publicista salmantina Verónica se resistía a entregar su pin de la inmunidad y era comparada por la también aspirante Patricia con Gollum y su «tesoro» en forma de Anillo Único. Así se las traen en MasterChef, un programa en el que los piques y los gritos están a la orden del día, como en Supervivientes, donde esta semana la noticia ha sido el lío entre Kiko y Mariana. Porque hoy día la tele se hace así. Exacerbando la disputa. Justo lo contrario de lo que hacía Balbín en La clave, el programa que buscó puntos de encuentro entre las dos Españas.
Para no acabar en tono trascendente, sino con una sonrisa, recordemos aquel momento glorioso de Lola Flores en La clave.
Demostrado queda que hasta en los más sesudos debates tiene cabida el humor.
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