Fotograma de `Don't Worry Darling´
Cine
Festival de Venecia: los extremos se tocan
Se han presentado las nuevas obras de Martin McDonagh, Olivia Wilde, Koji Fucada y Gianfranco Rosi
Sí es cierto que los extremos se tocan esto ha ocurrido en la sexta jornada del 79º Festival de Venecia con el minimalista The Banshees of Inisherin de Martin McDonagh y un film cargado de significados como el norteamericano Don’t Worry, Darling de Olivia Wilde.
Le hacían compañía una tenue historia de amor y dolor del japonés Koji Fukada, Love Life, y una revisión de los viajes de Papa Francisco del italiano Gianfranco Rosi, In viaggio, exhibido fuera de concurso.
El célebre comediógrafo inglés Martin McDonagh, 52 años, cuyas piezas se han representado en más de 40 países, vuelve al festival de Venecia que lo consagró en 2017 con Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, y lo hace de la mano de la pareja de su ópera prima In Bruges, Colin Farrell y Brendan Gleeson, en un film que examina con rigor minimalista y ácido humor irlandés el fin inesperado de una amistad.
Estamos en una isla frente a la costa occidental de Irlanda, en plena guerra civil, que los isleños ven desde lejos. Padraic (Farrell) y Colm (Gleeson) son amigos desde la infancia pero de repente este último decide cortar la larga amistad, provocando una cadena de acontecimientos que los llevarán al desastre.
Si hay algo que caracteriza la obra de McDonagh es el empecinamiento de sus personajes, más allá de toda lógica y razonamiento. Este su cuarto largometraje es ante todo un estudio psicológico sobre una población aislada del mundo y una exasperación del humor sutil y ácido de sus padres irlandeses.
El film se admira por el rigor de la escritura, la parsimonia de los diálogos y la admirable actuación colectiva, desde los roles protagónicos hasta el más ínfimo de los personajes, cada cual retratado con su propia psicología, aún en la brevedad de sus escenas.
No podía haber un film más en sus antípodas como Don’t Worry, Darling, retrato de una sociedad idealizada, epítome del sueño americano, donde todos los hombres trabajan en un proyecto misterioso mientras sus esposas los esperan cada día con la cena y matan el aburrimiento con shopping y chismes.
Pero esta burbuja de los años cincuenta oculta una realidad devastadora de la que han escapado los habitantes con un pacto de olvido y obediencia pero sin poder evitar que esta realidad se haga visible a través de los resquicios que abren las dudas de la protagonista.
Más allá de los logros del film, que se van deteriorando a medida que avanza la narración, Don’t Worry, Darling debe su aparición en el festival a la actuación del ex integrante de los One Direction, Harry Styles, que ya ha atraído a multitud de jovencitas, agolpadas desde la mañana frente al palacio del Festival para apreciar de cerca y por pocos minutos al nuevo ídolo que hará su aparición recién a las 7 de la tarde,
Metáfora y crítica del sueño americano, cada vez más difícil de mantener, el film aspira a ser el blockbuster del último trimestre del 2022.
A sus 42 años, Koji Fukada acumula una abultada serie de títulos, entre cortos, largos y series televisivas, en una filmografía comenzada justo al principio de este siglo. Love Life es una tenue historia de amor y dolor de una pareja que con la pérdida accidental de un hijo debe resolver las contradicciones de una relación que parecía perfecta.
Fotograma de `Love Life´
Taeko vive feliz con su segundo marido Jiro luego que el primero desapareció tras el nacimiento de su hijo Keita, que a los seis años es campeón absoluto de Otelo, un juego parecido a las damas que hace furor en Japón.
Después de que Keita muere en un accidente provocado por una negligencia de la madre, este universo perfecto se derrumba y la pareja deberá ajustar cuentas con su pasado. Para el director, el tema del film es la soledad que se siente cuando se es incapaz de compartir un dolor y cree que cada ser humano afronta la soledad de una manera única y personal.
Fukada narra con leve fluidez y sutileza esta historia rica de eventos impensados y situaciones paradójicas y confirma el rol del director como un líder de un nuevo cine japonés, que se ocupa de temas familiares, al par de un Hirokazu Koreeda.
Gianfranco Rosi vuelve a sus 59 años al festival de Venecia que lo hizo conocer en 2008 con Below Sea Level, sobre la gente sin hogar en Estados Unidos, y lo consagró internacionalmente con el León de Oro al mejor film en 2013 por Sacro GRA, primera vez que la Mostra concedía el máximo honor a un documental.
Fotograma `In viaggio´
El Papa Francisco en nueve años de pontificado ha emprendido 37 viajes visitando 53 países, algunos de los cuales, como Irak, Kurdistán y la isla italiana de Lampedusa, famosa en todo el mundo como sitio preferido de llegada de decenas de miles de prófugos de África y Medio Oriente, fueron tratados por Rosi en trabajos anteriores.
Uniendo material propio y de otras fuentes, Rosi compone un fresco en el que se distinguen temas favoritos y constantes del pontífice así como algunas contradicciones, como en el caso, por ejemplo, del problema de la pedofilia en la iglesia católica, con su admisión de culpa, consiguiente irritación por las protestas en Chile y finalmente su arrepentimiento, cuando declaró que pedir pruebas de los hechos aumentaba sobre todo el dolor de las víctimas.
Con este film, Rosi reitera su teoría de que la opinión de un documentalista se ejerce solamente a través del montaje y no por medio de un comentario.
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