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20 de abril de 2024

Todd Field, Cate Blanchett, Sophie Kauer y Nina Hoss, en la presentación de la película Tar en el Festival de Berlín

Todd Field, Cate Blanchett, Sophie Kauer y Nina Hoss, en la presentación de la película Tar en el Festival de BerlínEFE

Cine

El Festival de Berlín llega a su final sin pena ni gloria

El certamen, que ha exhibido un tono gris, celebra este sábado su entrega de premios

Con un policial alemán mediocre, Bis ans ende der Nacht ((Hasta el fin de la noche) de Christoph Hochhäusler, se despide sin pena ni gloria la 73ª edición del Festival de Internacional de Cine de Berlín, cuyo mayor interés es ahora la entrega de premios que anunciará este sábado la presidenta del jurado, la actriz norteamericana Kristen Stewart.
La historia de un policía encubierto que usa a su pareja, un transexual en proceso de transformación, para atrapar a un encumbrado traficante de droga, pinta con colores nocturnos una trama de por sí oscura en la que nadie es lo que aparenta y todos traicionan a todos.
Actores desconocidos fuera de Alemania e incluso del reducido mundo televisivo local, como Timocin Ziegler, Thea Ehre y Michael Sideris, constituyen un ulterior motivo de desinterés para un filme del que nadie se explica por qué fue elegido como broche de cierre de un concurso que ofreció pocos motivos de placer.
Menos de un tercio de las 18 películas seleccionadas por el dúo formado por Carlo Chatrian y Mariette Rissenbeek (de quien ya se rumorea que tal vez no lleguen a finalizar su contrato quinquenal que vence en 2024) merecían formar parte del programa de la actual Berlinale.
Pero en lugar de contar los muertos de este año, detengámonos en los supervivientes que son los que mantendrán en el recuerdo este primer festival europeo de serie A del 2023 que, por primera vez tras dos años de pandemia, se celebra sin ninguna precaución anticovid.
Son principalmente tres: la cinta alemana Roter Himmel (Cielo rojo), de Christian Petzold; la película española 20.000 especies de abejas, de Estíbaliz Urresola Solaguren; y la norteamericana Past Lives, de la oriunda sudcoreana Celine Song.
Petzold, 63 años, es uno de los más asiduos frecuentadores del festival, donde ha presentado buena parte de sus diez largometrajes en 45 años de carrera, pero que nunca recibió el premio mayor del Oso de Oro, logrando hasta el momento solo el Oso de Plata al mejor director en 2012 por Barbara y dos premios de la crítica internacional FIPRESCI, por Wolfsburg en 2003 y por Undine en 2020.
Su nuevo filme, que redondea verdaderamente una larga carrera, combina maravillosamente humor, emoción, ternura y pasión, narrando la historia de un joven escritor, inseguro de la calidad de su segundo libro, que vuelca su resentimiento, tratando de arruinar la capacidad de sus cuatro compañeros de gozar de lo que la vida les depara.
Valor agregado es la feliz elección del reparto que incluye a la musa del director, Paula Beer, que ganó el Oso de Plata a la mejor actriz por Undine, Thomas Schubert, Enno Trebs, Langston Uibel y Matthias Brandt.
Los otros dos filmes que sobresalen de la selección son obras de dos jóvenes pero ya afirmadas cineastas mujeres: la bilbaína Urresola Solaguren, con el delicado retrato de un niño que, confusa pero obcecadamente, persigue afirmar lo que siente es su verdadera sexualidad, obligando a su entorno familiar a aceptar y secundar sus deseos, y la surcoreana de origen pero norteamericana de adopción, Celine Song, con su autobiográfico recuerdo de un amor infantil desechado, en aras de una afirmación personal.
No es el que el resto de la partida fuese deleznable. Ahí está por ejemplo el mexicano Tótem de otra joven pero ya afirmada Lila Avilés (el festival será recordado más que nada por su apertura a la mirada joven y femenina), y su entrañable retrato de una niña, mudo testigo de una fiesta de cumpleaños en la que se despide a su padre, víctima de una enfermedad terminal.
O el australiano The Survival of Kindness del veterano oriundo holandés Rolf de Veer y su retrato de una indígena que en un futuro distópico busca inútilmente escapar a pie en el desierto a su destino, marcado por el racismo y la marginalidad.
Y para no tirar a la basura a quien no se lo merece, recordemos el retrato de una de las más grandes poetisas europeas (si no mundial) del siglo XX, Ingeborg Bachmann - Reise in dio Wüste (I.B. - Viaje en el desierto) de la alemana Margarete von Trotta y la discreta reunión del francés Philippe Garrel con sus tres hijos actores, Louis, Esther y Léna, en Le grand chariot que nos permitió recordar la obra de uno de los más grandes guionistas del cine francés, Jean-Claude Carrière, fallecido en 2021 con casi 90 años, colaborador titular, entre muchos otros, de Luis Buñuel y Roman Polanski, con un libreto que había quedado inédito, y a la musa de Georges Franju y de la Nueva Ola, la actriz Francine Bergé, que a casi 85 años, es una extraordinaria abuela en el largometraje.
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