El homenaje a De Niro salva la inauguración del Festival de Cannes

Con una deliciosa ópera prima francesa, sin siquiera la pretensión de aspirar a premios al estar fuera de concurso, y una fuerte crítica del gran Robert De Niro a Trump al recibir de manos de Leonardo DiCaprio una muy merecida Palma de Oro de Honor a su carrera, se inauguró el 78º Festival Internacional de Cannes que sconcluirá el próximo 24 de mayo.

En esta, que desde siempre es la gran fiesta del cine mundial, tan llena de talentos como de glamour, España tiene un lugar de honor al presentar a concurso nada menos que dos filmes, Romería de Carla Simón y Sirat de Oliver Laxe.

Partir un jour es el primer largometraje de Amélie Bonin, una derivación de su corto epónimo premiado con el César 2023, equivalente francés de los Oscar, y también el título de un motivo famoso de finales de siglo pasado del grupo francés 2BE3, junto a otros muchos de distintos períodos, entre ellos Parole parole parole, con los que los personajes comentan la acción pero sin convertir propiamente a la película en un musical sino más bien en una comedia con canciones.

Cuando Cécile (una notable Juliette Armanet, conocida cantante, en su debut prometedor como actriz en un largometraje) está por inaugurar en París su restaurante gourmet debe regresar a su pueblo natal en el este de Francia para asistir a su padre, propietario de un restaurante tradicional, que acaba de sufrir un infarto.

Volver al mundo de la adolescencia, a sus seres queridos y a su primer amor, desencadenan en ella sentimientos encontrados, agravados por el descubrimiento de estar embarazada y por tener que decidir si replantear su vida entera, llevar o no adelante su maternidad y su actual relación sentimental o refugiarse en el pasado del que ha huido al emigrar a París.

Es la primera vez que Cannes se inaugura con una ópera prima fuera de concurso y lo hace a lo grande con el estreno nacional simultáneo del filme, dando una prueba del apoyo del festival a la producción local.

Bonnin, retomando la trama original de su corto en el que un hombre volvía a su pueblo natal para enfrentarse con su pasado y decidir su futuro, invierte los roles confiándolos a los dos intérpretes originales, Juliette Armanet y Bastien Bouillon, y creando una comedia original y encantadora que hubiera merecido algo más que el silencio de tumba que la acogió al término de la proyección.

Porque Partir un día, además de los valores narrativos e interpretativos, que son muchos, es una bocanada de aire fresco en una cinematografía como la francesa, a menuda enfrascada en sesudas divagaciones intelectuales, dramas literarios o tramas apartadas del mundo real.

Un espectáculo en sí fue la ceremonia de entrega de la Palma de Oro honoraria a Robert De Niro, entregada por Leonardo DiCaprio, que lo definió no solo como un actor sino «EL ACTOR», considerándolo «no solo un modelo para toda una generación de actores» sino también «el artista más merecedor de este premio».

De Niro, también homenajeado por Quentin Tarantino que se arrimó al escenario para declarar inaugurado el 78o. Festival de Cannes, no se hizo rogar para declarar urbi et orbi que «Cannes es conocido por ser un festival democrático abierto a todos los países de la Tierra».

«Pero en mi país, estamos luchando para defender la democracia. El arte es una búsqueda de la libertad y por eso los artistas somos una amenaza para los autócratas y los fascistas de este mundo» declaró apenas mirando el texto escrito que tenía ante sus ojos.

Y para dejar bien en claro de quien hablaba agregó: «tenemos un presidente festino norteamericano que anuncia la imposición de un aumento del 100 por ciento de derechos de aduana para todo filme extranjero (que entre en el mercado USA) pero la creatividad no tiene precio. Eso es inaceptable».