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Jason Tatum en La ciudad de los Celtics

Jason Tatum, en La ciudad de los CelticsMax

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'La ciudad de los Celtics', el documental sobre el club deportivo más importante de Estados Unidos

Una miniserie de Max muestra la historia de un equipo legendario al tiempo que muestra la evolución de la sociedad y el deporte

Los New York Yankees han ganado 27 títulos de béisbol. Y los Montreal Canadiens, con 24 Stanley Cup, son los reyes del hockey sobre hielo norteamericano. Dos clubes legendarios, pero en deportes no tan populares como el fútbol, el atletismo o, si hablamos de Estados Unidos, el baloncesto en su famosísima NBA. En Max -antigua HBO- se ha estrenado un documental sobre el equipo más laureado de esta competición.

La miniserie, de 9 capítulos, hace un recorrido desde los años 50 hasta nuestros días para mostrar una dinastía memorable y, al tiempo, contar la evolución de los Estados Unidos, un país siempre contradictorio pero que, en cierta medida, ha marcado el pulso de la sociedad y el deporte occidentales.

La miniserie se llama La ciudad de los Celtics y, como digo, muestra la historia tanto del equipo de baloncesto como de Boston, la ciudad que, en este caso, sirve como espejo de todos los Estados Unidos. No solo eso, el documental también tiene otro elemento altamente reconfortante.

En cuanto al apartado deportivo, La ciudad de los Celtics se divide, más o menos, en tres bloques. En el primero se cuenta la fundación del club y cómo, de la mano del entrenador y gerente Red Auerbach y del legendario jugador Bill Russell, llegaron a ganar 11 títulos de la NBA, ocho de ellos de manera consecutiva, en los años 50 y 60. Aparte de mostrar un baloncesto tan carpetovetónico como altamente interesante, se cuenta una proeza que no fue tan sencilla como suele aparecer en las crónicas deportivas de una manera amena e inteligente que compensa la escasez de imágenes de la época.

En el segundo bloque se reflejan los años 70, con sus altibajos y, sobre todo, el equipo de los años 80, otro legendario, con el probablemente más poderoso «frontcourt» de siempre: Robert Parish, Kevin McHale y, sobre todo. Larry Bird. Y en el tercero se narra el gafe que se apoderó del equipo hasta que, muy entrado el siglo XXI, llegaron los dos últimos títulos, uno conseguido justo en 2024.

Hasta aquí, una miniserie que encantará a los aficionados al deporte en general y al baloncesto en particular. Pero La ciudad de los Celtics es mucho más que un simple documental deportivo. Bill Russell, el jugador de la NBA que más títulos ha ganado, fue también pieza fundamental en el movimiento de los derechos civiles. Desde su posición de fama y prestigio, supo defender los derechos de los afroamericanos. A este respecto, hay un documental muy interesante en Netflix que se emitió al poco de su fallecimiento, en 2022.

La miniserie, entonces, refleja los años 50 y 60 en Estados Unidos, con sus manifestaciones, su racismo, los famosos asesinatos de Kennedy y Martin Luther King, en la piel de Boston, una ciudad que generalmente se concibe como mayoritariamente blanca pero que es inmensamente más compleja. Russell, como otros jugadores negros, sufrió el racismo de parte de la ciudad pero, de la mano de Auerbach, se enamoró del club y su tradición.

El documental muestra las revueltas que la propia ciudad experimentó, los acosos recibidos por jugadores, la compleja coexistencia de razas y culturas de una ciudad poliédrica en más de un sentido. Personalmente, los capítulos dedicados a los años 70 me parecieron los más interesantes, pues mostraron episodios completamente desconocidos para mí.

Y así hasta nuestros días, hasta el siglo XXI. Más allá del deporte, las declaraciones de los jugadores y entrenadores, y de aficionados de todo tipo y condición, se analizan las carencias de Boston y la evolución que ha experimentado. A menudo una ciudad a la que muy pocos jugadores querían ir a jugar, y casi siempre un club del que se enamoran los que llegan y no quieren abandonar.

Por fin, La ciudad de los Celtics tiene un tercer elemento atractivo, quizás el más original: con tantas décadas de Historia, el club de los 18 títulos muestra la evolución que ha experimentado el deporte, en especial el baloncesto. De aquellos primeros años precarios, en los que la palabra proeza cobraba su pleno significado, se pasa a la crisis de identidad de los 70, para terminar en la explosión mercadotécnica de los 80, los del boom de la NBA, con Bird como uno de los principales exponentes.

Desde entonces, a medida que Auerbach se hacía mayor y el mundo se globalizaba, las viejas lealtades dieron paso a un negocio inmensamente lucrativo en el que los jugadores, antes que leyendas, tornaron en meros activos empresariales. O no, como demuestran los nuevos dueños de los Celtics, que quieren ser fieles a la vieja tradición del club, y Jayson Tatum y Jaylen Brown, en la actualidad sus dos principales estrellas.

Así, mientras la sociedad norteamericana ha ido cambiando -si a mejor o a peor lo dejo a elección del lector- y el deporte ha crecido como negocio y ha perdido en espíritu, los Boston Celtics quieren no perder del todo el peso de la tradición.

En cualquier caso, La ciudad de los Celtics es muy buen programa de televisión, tanto por la buena factura técnica y narrativa como por los contenidos, de interés y al alcance de cualquiera, sin necesidad de saber de baloncesto o de deporte. En este sentido, la buena televisión no depende del género ni del tema.

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