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29 de marzo de 2024

El escritor Daniel Martín Ferrand firma un ejemplar de su libro

El escritor Daniel Martín Ferrand firma un ejemplar de su libro

Entrevista

Daniel Martín Ferrand: «Algunos nunca van a encontrar el camino, pero la lucha es maravillosa, como la de Don Quijote»

El escritor y profesor ha publicado Mujeres Perdidas. Manifiesto de la «Degeneración del 92» (Estudio Ediciones), el libro de cuentos coral que narra la historia de lo que su generación pudo ser y no fue

Daniel Martín Ferrand es un misterio casi pynchoniano que ha resultado ser causa también de una huida de otros. El hijo de Manuel Martín Ferrand dejó atrás al Daniel Martín original para que no le confundieran, entre otros, con el cantante. Así es la vida del escritor y profesor («la profesión más anónima de todas», en sus propias palabras) al que confunden (confundían) con un «loco». El autor de Los Despreciables, con inevitables resonancias a Victor Hugo, de Actualidad y magisterio de los últimos ensayos de Stefan Zweig y el también autor y recopilador de Mujeres Perdidas. Manifiesto de la «Degeneración del 92», que no fue tanto, como se puede comprobar en la nostalgia guardada en sus páginas igual que en una caja de recuerdos enterrada en algún lugar donde al final, después de todo, se fue feliz.
–La «Degeneración del 92» es un nombre magnífico. ¿Qué queda de ella además del título?
–La «Degeneración» es un homenaje a mi propia generación, los que vivimos justo después del franquismo y a la estela de la Movida madrileña. Nunca hemos estado muy ubicados. Quedan algunos padres de familia por ahí, ya veteranos o novatos. Luego quedan algunos que se quedaron por el camino, como César Martín, y luego unos cuantos, un grupo amplio de solterones o solterísimos que estamos empezando a madurar ahora, supongo.
Portada de 'Mujeres perdidas. Manifiesto de la "Degeneración del 92"

Portada de 'Mujeres perdidas. Manifiesto de la «Degeneración del 92»

–Esta antología de la «Degeneración», ¿podría decirse que es una antología de la «Regeneración»?
–Sí, es más, es como un ajuste de cuentas o como decirte: «Oye, que no, que no somos una generación», vamos a regenerar esto un poquito, ¿no? En este sentido sí que lo es. Es como hacer un poquito de justicia a aquello que pudo ser y que nunca fue.

La «Degeneración» es nuestra dificultad para aceptar quiénes somos o qué hemos sido

–¿Y la nostalgia?
–Muchas veces tenemos eso de estar más en el qué podría haber sido, que habría pasado. Es un libro que está lleno de nostalgia, sí. De lo que podría haber sido diferente. Esto forma parte de mi generación, de la «Degeneración», que es nuestra dificultad para aceptar quiénes somos o qué hemos sido.
–En el primer cuento, Ojos tristes de añoranza, hay una tristeza por la pérdida de la juventud y una lucha porque aquella sobreviva a pesar del tiempo. ¿Diría que los «degenerados» son supervivientes o han sido derrotados?
–Yo creo que son supervivientes. En el cuento hay una vida por delante y también una vida por detrás. Yo creo que todos somos supervivientes. Este libro relata la vida de gente que llora la pérdida o a la que le gustaría tener una vida diferente, pero que en el fondo sobreviven como pueden, como hacemos todos. Me gusta pensar que, aunque el libro es siniestro y cenizo, en él sobresale la esperanza. Siempre es bonito tener la esperanza de que las cosas vayan mejor.
El escritor Daniel Martín Ferrand

El escritor Daniel Martín Ferrand

–Yo también veo esa esperanza. De hecho, los cuentos parecen una especie de manual médico contra esa «incapacidad para la coherencia y la constancia» de su grupo a la que se refiere en el prólogo.
–Para dar coherencia no hay que crear una serie de ficciones en torno a un concepto como el de «Degeneración del 92». Pero sí que es verdad lo que dice. Somos seres frágiles que intentamos darle sentido a todo lo que hacemos. Como decía John Lennon, «la vida es lo que nos pasa mientras hacemos otros planes». Es muy difícil encajar esos planes con lo que realmente nos pasa. Y al final el libro es simplemente eso, unas pequeñas vidas, unas pinceladas de vida que dan cierta coherencia, lo que seguramente de otra manera no tendría ninguna.

'Mujeres perdidas' son hombres perdidos que muestran su dificultad para encontrar el norte

–Es Mujeres Perdidas el retrato de unos hombres perdidos, no sé si al final encontrados.
–El artista siempre tiene mucho de pose. El auténtico Picasso poco tiene que ver con el Picasso real. Son cosas distintas. Son hombres perdidos que muestran precisamente su dificultad para encontrar el norte. Son seres desnortados. Algunos nunca van a encontrar el camino, pero otros seguirán luchando y esa es una lucha maravillosa, como puede ser la de Don Quijote.
–En Desde mi Mirilla, el último cuento, puede decirse que se cierra una historia, que no es una historia, sino muchas, o quizá la misma historia de muchos capítulos. Y se cierra, además, de un modo que podríamos llamar de «feliz degeneración».
–Lo ha visto bien. Es un cuento que es culminación de muchos otros. Es una aceptación de la propia «auto degeneración», o, como ha dicho antes, la regeneración. A mí me gusta pensar que es un cuento que desde el origen aparece un protagonista bastante degenerado, pero se convierte en un canto a la esperanza y a las segundas oportunidades.
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