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24 de abril de 2024

Discriminación racial

Discriminación racialGTRES/Paula Andrade

La Universidad del Sur de Florida niega a un alumno el acceso a una terapia grupal por ser blanco

El curso Comprensión de sí mismo y de los demás era solo para estudiantes «negros, indígenas y personas de color» (BIPOC)

El racismo por el que supuestamente surgió la subcultura woke está acabando de dar la vuelta a su mundo imaginario. Al otro lado de ese globo está el racismo «contrario». No la «reparación» sino la «venganza». No es la primera vez que se oyen casos de la nueva segregación. La penúltima nomenclatura de la que se tiene noticia es BIPOC (black, indigenous and people of color: «Negros, indígenas y personas de color»), un nuevo club elitista de la nueva élite. Si Rosa Parks levantara la cabeza, en lugar de sentarse en este autobús, tendría que salirse.
Las denuncias de racismo ya permitieron que se abriera a los blancos un curso de escalada reservado a BIPOC en la Universidad de Cornell, uno de los muchos viejos templos del saber estadounidenses convertidos en fábricas del hombre sin criterio. En la Universidad del Sur de Florida (USF), un estudiante quiso asistir a un curso llamado Comprensión de sí mismo y de los demás (el título no podía ser más apropiado), pero ninguna de las sesiones se ajustaba a su horario de clases. Solo el horario reservado a BIPOC (la reserva como ejemplo de la universidad segregacionista sin tapujos en el XXI) le convenía, por lo que solicitó un permiso a la administración que le fue denegado.
Además, el alumno fue recriminado por el director del departamento de Igualdad de Oportunidades, quien le dijo que no entendía la importancia de que esos grupos tuvieran «su propia discusión». Una actitud que se entiende mejor después de salir a la luz documentos de la propia universidad en los que se demostraba, no solo que se segregaba a los alumnos por raza, sino que se promovía la idea de que los estudiantes blancos debían pensar: «Me siento mal por ser blanco» o «No es mi culpa ser blanco», como parte de su «desarrollo de identidad racial».
Aunque la respuesta a la petición del alumno fue que necesitaban mantener ese espacio para BIPOC, remitiéndole como solución al azar del siguiente semestre, el estudiante presentó una queja ante la Oficina de Ética y Cumplimiento del centro que fue atendida con el siguiente comunicado normativo para toda la universidad: «No se prohibirá a ninguna categoría de estudiante participar en grupos de terapia especializados a menos que se identifique una excepción específica o un mandato médico que pueda respaldar la exclusividad», la «normalidad» (que se tenga que publicar un comunicado con semejante contenido ya es anormal) que parece una excepción a la regla del nuevo racismo que viene.
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