El Salón Sant Jordi del Palacio de la Generalidad de Cataluña
Aragonés retira las pinturas de historia española del Palacio de la Generalidad por más 2 millones de euros
La idea y anhelo del expresidente Torra, quien en su día prometió eliminarlas, se ha hecho realidad con el dinero de todos los españoles
Hace 97 años que las pinturas en cuestión fueron colgadas en el Salón Sant Jordi del Palacio de la Generalidad de Cataluña. Representan episodios de la Historia de España y al expresidente Torra no le gustaban. Prometió quitarlas y no permaneció en el cargo el tiempo suficiente para hacerlo (si el suficiente para cobrar el sueldo vitalicio), pero el actual presidente, Pére Aragonés, se ha puesto manos a la obra no, por supuesto, con sus propias manos, sino con el dinero de todos los españoles.
Concretamente, va a retirar las pinturas por el módico precio de 2.348.131,11 euros. Lo que sí le dio tiempo a hacer a Torra, además de llamar a los españoles «bestias carroñeras, víboras, hienas con una tara en el ADN», fue crear una comisión para elaborar el informe con el que deshacerse de las obras. El informe «ad hoc» resolvió que las pinturas reflejaban «un relato altamente connotado por contenidos políticos e ideológicos. Estos componentes son de carácter esencialmente integrista, autoritario y antidemocrático. Se exaltan valores guerreros, del orden estamental opuesto al parlamentarismo, la monarquía perenne y sagrada, el estado basado en el catolicismo como ordenador social, la lucha contra el Islam, así como un patriotismo bélico e imperial», según informa El Confidencial.
La pantomima documental por supuesto concluyó con que las pinturas debían ser retiradas, y el pasado 2 de mayo comenzaron los trabajos. Lo curioso es que el derribo pictórico también afecta a la historia catalana en distintas representaciones. Pero a los sesudos y misteriosamente pagados expertos informantes (porque no se sabe a cuánto han ascendido los emolumentos por tan fundamental labor) les ha dado igual, hecho que sorprende por la minuciosidad puesta precisamente en otras minucias. Tampoco se sabe dónde van a ir a parar los casi 900 metros cuadrados de pinturas, otro dato que a los ilustrados comisionados, mayormente soberanistas, como el catedrático Eudald Carbonell, también han decidido no incluir en el informe.
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