Investigan la muerte de la escritora alemana Alexandra Fröhlich, hallada en su casa flotante de Hamburgo

La policía alemana ha abierto una investigación por homicidio tras el hallazgo del cadáver de la escritora de superventas Alexandra Fröhlich, de 58 años, en su casa flotante situada en la ribera del Elba, en Hamburgo. El cuerpo fue encontrado el pasado martes por la mañana, después de que uno de sus tres hijos alertara a los servicios de emergencia. Los sanitarios solo pudieron confirmar su fallecimiento.

Aunque la investigación sigue abierta, las primeras conclusiones forenses indican que Fröhlich murió de forma violenta a causa de un disparo. Las autoridades mantienen todas las hipótesis sobre la mesa, sin descartar ni el asesinato ni el homicidio, según informó la emisora regional NDR. La policía ha hecho un llamamiento a la ciudadanía en busca de posible información o testigos que pudieran haber visto actos sospechosos en las inmediaciones.

Equipos de buzos de la brigada de homicidios LKA 41 registraron las aguas del río Elba en busca de pistas, y lograron recuperar fibras y restos de sangre en el entorno de la embarcación, una llamativa casa flotante rosa amarrada en la zona de Holzhafen. Además, las autoridades solicitaron muestras de familiares para analizarlas en busca de restos de pólvora, en un intento por entender las circunstancias exactas de la muerte.

El caso ha conmocionado al mundo literario alemán, donde Alexandra Fröhlich era una figura reconocida por su estilo humorístico con trasfondo social. Nacida en 1966 en Hamburgo, Fröhlich alcanzó la fama gracias a obras como Mi suegra rusa y otros desastres (2012) y La gente siempre muere (2016), novelas que combinaron humor ácido y observación social y que permanecieron durante meses en la lista de los más vendidos de la revista Spiegel.

Fröhlich había logrado construir una carrera sólida, destacando por su capacidad de abordar temas complejos desde una perspectiva desenfadada y cercana al lector. A pesar del éxito, en los últimos años decidió alejarse del foco mediático. Desde hacía apenas seis meses, había optado por una vida más tranquila, residiendo sola en su casa flotante en el Elba, un estilo de vida que describía como una forma de «reencuentro personal».

Su muerte ha dejado un profundo vacío entre sus lectores y en el mundo editorial alemán. La investigación policial continúa abierta, mientras se espera que en los próximos días se obtengan resultados de las pruebas forenses que puedan arrojar luz sobre esta tragedia.