El actor David Suchet como Hércules Poirot
El día que el New York Times publicó la esquela de Poirot, el expolicía católico creado por Agatha Christie
El investigador ficticio, uno de los más célebres de la literatura, es el único personaje que cuenta con una esquela publicada en el Times
«Hércules Poirot, detective belga de fama internacional, falleció en Inglaterra. Se desconoce su edad». Así comienza la esquela que The New York Times le dedicó al personaje de Agatha Christie el 6 de agosto de 1975, hace hoy 50 años.
La remembranza de Poirot salió en el Times semanas antes de la publicación de la última novela, titulada Telón que la autora inglesa dedicó a su creación más famosa, el expolicía belga, retirado en 1904, que Christie describió como católico de nacimiento.
La esquela que el diario dedicó al detective es la única que el diario neoyorquino publicó a un personaje de ficción. Tal fue la repercusión cultural que tuvo Poirot, que apareció en más de una treintena de novela y medio centenar de relatos. Su primera aparición se remonta a 1920, en el libro El misterioso caso de Styles.
«Al final de su vida, padecía artritis y problemas cardíacos. A menudo estaba en silla de ruedas y lo llevaban de su dormitorio al salón público de Styles Court, una residencia de ancianos en Essex, con peluca y bigotes postizos para disimular los signos de la edad que ofendían su vanidad. En sus años de actividad, siempre vestía impecablemente», escribió el periódico sobre el detective de ficción.
El Poirot de Telón, afirma el Times, es «sólo una sombra del investigador ágil y bien vestido que, con un ego encantador pero inmenso y un inglés fracturado, resolvió innumerables misterios en las 37 novelas completas y colecciones de cuentos en las que apareció».
Heredero de Dupin y Holmes
De acuerdo con lo expuesto por Efe, fue la obsesión del personaje por el detalle, su apariencia y su agudo razonamiento deductivo lo que convirtieron a Poirot en uno de los personajes más populares y admirados por los lectores, además de ser universalmente conocido, en parte por el éxito de películas y series de televisión que se hicieron de él a lo largo de los años.
Con su inconfundible pomposo bigote, su impecable traje y su acento belga, Poirot tenía esa capacidad para resolver de una manera metódica y altamente inteligente todos los casos, lo que le generó el respeto y la admiración de fuerzas policiales en todo el mundo.
Tenía como ayudante al capitán Arthur Hastings, personaje que aparece en algunas novelas de Christie y que está inspirado en el modelo del doctor Watson del detective privado Sherlock Holmes, creado por el británico Arthur Conan Doyle.
De una exquisita cortesía, Poirot atrae al lector al hablar intercalando frases o palabras en francés, como mon ami o précisemen, cuando reflexiona o investiga los distintos asesinatos que se cometen en las novelas, entre ellas Muerte en el Nilo, Asesinato en el Oriente Express o Tragedia en tres actos.
Los casos investigados por Poirot, que utiliza también la psicología para esclarecerlos, tienen siempre un desenlace dramático cuando, al reunir a todos los sospechosos en una sala, revela el nombre del asesino y aporta con lujo de detalles cómo lo ha hecho.
Al poner fin a Poirot en Telón, Christie le da un giro dramático a su personaje más famoso al convertirlo en asesino. No obstante, el detective belga lo hace por el bien de otras personas, aunque le causa una gran culpabilidad y muere por complicaciones de una afección cardíaca al negarse a tomar sus fármacos.
La autora desarrolló a su personaje durante 55 años como heredero de la gran tradición literaria de detectives lógicos iniciada por Auguste Dupin, de Edgar Allan Poe, y Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle.