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25 de abril de 2024

El museo Orsay de París pone en relación las obras de Manet y Degas

El museo Orsay de París pone en relación las obras de Manet y Degas

La rivalidad «taurina» entre Manet y Degas se expone en el Museo de Orsay

Un total de 120 piezas de los dos artistas exploran la relación de admiración mutua y competencia que continuó tras la muerte prematura del menos impresionista de los impresionistas

Através de 120 piezas el Museo de Orsay de París viaja por el intrincado mundo de la relación personal y artística de Edouard Manet y Edgar Degas. Sus propios autorretratos no se habían mostrado desde hace muchos años, como si fueran retratos de Dorian Gray no envilecidos sino simplemente guardados en el tiempo para evitar nuevas rencillas entre ambos.
«Los dos artistas tenían una relación muy fuerte, a la vez de admiración y de enojo. Se observaban mucho entre ellos y toda esta conexión impulsó su producción artística», ha relatado la conservadora del Museo, Isolde Pludermacher. Manet y Degas pintaron la vida común parisina y en la observación mutua esa realidad fue creciendo, adoptando nuevos matices en la obra de uno y de otro.
Autorretrato de Manet (1879)

Autorretrato de Manet (1879)

Una relación misteriosa, pese a lo conocido, pues apenas se conservan documentos o cartas que den luz a su vínculo. «Sabemos que se encontraron en el Louvre, delante de una obra de Velázquez, un retrato de la infanta Margarita. Manet se fijó en Degas, que estaba haciendo una copia grabada del cuadro directamente en cobre. Es la audacia de Degas lo que atrajo a Manet en ese momento», ha explicado Pludermacher.
Manet, el menos impresionista de los impresionistas, obsesionado por obtener fama y éxito en medio de grandes inseguridades por su trabajo, reflejó sus impresiones políticas en sus obras, algo que no hizo Degas y su impresionismo puro.
Autorretrato de Degas (1855)

Autorretrato de Degas (1855)

«Podemos hablar de una rivalidad inevitable», ha apuntado Pludermacher, «sus personalidades artísticas eran tan fuertes e importantes que finalmente hubo momentos en los que salió como una forma de resistencia hacia el otro», añadió.
La muerte prematura de Manet en 1883, a los 51 años, debido a una enfermedad circulatoria, impresionó a Degas, quien afirmó entonces de Edouard que era «más grande de lo que se pensaba» en un reconocimiento póstumo y casi «taurino» en la rivalidad que se convirtió en una amistad sin ambages demasiado tardía que le llevó incluso a obtener muchas obras de él con las que se planteó crear un museo.
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