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29 de marzo de 2024

García-Belenguer, Marañón, y Matabosch, en la presentación del Plan Estratégico del Teatro Real

El director general del Teatro Real, Ignacio García-Belenguer; el presidente, Gregorio Marañón, y el director artístico, Joan Matabosch, en la presentación del Plan Estratégico del Teatro RealTeatro Real

El Teatro Real reformula su plan estratégico por la pandemia: verde, joven, digital y descentralizado

Contará con el presupuesto más alto de su historia, 63 millones de euros, de los que un 30 % procede del erario público

El Teatro Real de Madrid no quiere bajarse de la élite lírica a la que lo han llevado una gestión avalada con el International Opera Award al «mejor teatro del mundo» y convertirse en un espacio de referencia mundial durante la pandemia, tal y como muestran las líneas maestras trazadas para su futuro.
Bajo la consigna de «Compromiso y transformación», la institución ha presentado este miércoles las líneas generales de su Plan Estratégico 2021-2026 en un acto al que han asistido su presidente, Gregorio Marañón, así como su director general, Ignacio García-Belenguer, y el director artístico, Joan Matabosch.
«Era imperioso presentar un plan que partiera de la realidad de la Covid, a corto, medio y largo plazo, y que actualizara los proyectos ya esbozados en el plan anterior», ha alegado Marañón, cuya continuidad al frente del Real fue recientemente refrendada por el Patronato, al igual que la del resto de su equipo.
Para ello se contará, al menos este año, con «el presupuesto más alto de toda su historia», casi 63 millones de euros, de los cuales un 30% tiene origen público, un poco más del 20 % es privado (con el respaldo de 125 patrocinadores, «una cifra excepcional») y el resto proviene de las propias actividades del teatro y su taquilla.
Cinco han sido las líneas maestras planteadas, y destacan como especialmente novedosas la de ser teatro de referencia nacional e internacional y hacer del  Teatro Real un espacio sostenible, «mucho más verde», además de impulsar la participación de la sociedad civil, con atención al público joven, proseguir en la transformación digital y modernizar la institución y sus estructuras.
«Queremos que el Teatro Real no sea solo un teatro de Madrid, sino también de España», han explicado con iniciativas como sus convenios con 12 comunidades autónomas o la de su imponente carroza itinerante, un escenario vivo con capacidad para llevar espectáculos y conciertos de distintos formatos a todo el territorio peninsular español.

«Entronizar lo nuevo» en el repertorio

En esa línea se ha señalado especialmente su internacionalización, aprovechando «el vuelco turístico de Madrid a raíz de la pandemia» y el posicionamiento que le dio a este centro ser el primer gran teatro lírico del mundo que abrió sus puertas al estallar la crisis de la Covid-19.
«Cualquier cantante al que pides venir ahora al Real lo hace de cabeza y con más motivo», ha destacado el equipo de Marañón, quien ha reconocido además la labor realizada por García-Belenguer y Matabosch para colocarse a la vanguardia global en cuanto a sus estrenos, voces y orquesta.
De hecho, tal y como se ha presumido, las producciones en las que ha participado el Real se pasean por los teatros de la élite lírica, como la Royal Opera House de Londres con «Peter Grimes» de Benjamin Britten, o en París, «con el 'Turandot' que se estrenó, construyó y ensayó en Madrid».
«Esto hubiese sido inimaginable hace unos años», ha constatado Marañón al ensalzar la labor de Matabosch para «llevar al Real a la cima en su proyección internacional, convenciendo al público de Madrid en ver grandísimas producciones a la vez que recupera o descubre el repertorio lírico de la segunda mitad del siglo XX y del primer cuarto del XXI».
Para el aludido, «es evidente que el discurso ha funcionado con resultados estupendos», con «un porcentaje de novedades muy por encima de otros teatros» (del 51 % en las óperas programadas desde la temporada 2014), por lo que en su opinión es «un excelente momento para dar un paso más en la dirección de afianzarlo».
«Queremos revisitar grandes títulos que han sido novedad en un pasado reciente. El reto ahora es convertirlos en parte del repertorio. Ha llegado el momento de entronizar lo nuevo y que se convierta en lo normal», ha avanzado Matabosch, que para este año cuenta además como baza con el estreno mundial de «El abrecartas» de Luis de Pablo.

Orquesta y coro, cimientos del Real

Ha apuntado también que se pondrá «todo el esfuerzo en mantener el nivel ascendente de excelencia de la orquesta y el coro, que son los cimientos del teatro», dando estabilidad a la dirección musical con el tándem a tres integrado por Ivor Bolton, Pablo Heras-Casado y Nicola Luisotti. «Eso le ha dado a la orquesta una cualidad muy genuina, que es su increíble flexibilidad y capacidad de adaptación, que es lo que vamos a explotar», ha añadido.
Respecto al resto de sus retos, se ha destacado la apuesta por atender a «sensibilidades diferentes», elevar la cooperación con centros docentes y escuelas, aumentar los estrenos exclusivos para menores de 35 años y crear el Consejo Internacional Joven, que unirá a los amantes de la ópera de diferentes nacionalidades.
Gracias a los fondos europeos Next Generation, se buscará «crear un edificio 4.0 de consumo nulo y huella de carbono cero» y, en el marco del programa «Cerca de ti», se intentará concluir los trámites para la instalación de una gran pantalla permanente en la fachada de la Plaza de Isabel II para contenidos y retransmisiones del Teatro Real. Asimismo, se creará un archivo histórico digital, con la recopilación y catalogación de todo el material de interés histórico y musicológico.
En cuanto a sus estructuras, se emprenderá la renovación del suelo de la caja escénica después de 25 años de utilización máxima e ininterrumpida, y se mejorará la accesibilidad de los espectáculos, para espectadores con discapacidades visuales y auditivas.
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