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28 de marzo de 2024

Anthony Randolph lanza a canasta en un partido de Euroliga contra el Barcelona

Anthony Randolph lanza a canasta en un partido de Euroliga contra el BarcelonaGTRES

Final Four

Real Madrid-Barcelona, un Clásico en Belgrado por la Undécima Euroliga blanca

Superado el mal momento de juego y resultado, los de Laso se enfrentan a los de Jasikevicius, quienes han ganado 11 de los últimos 14 partidos entre ambos, por un puesto en el último partido

Si Paco Gento solo tiene por delante al Real Madrid y al Milan en número de Copas de Europa de fútbol, a Pablo Laso solo le superan, además del Real Madrid, el Maccabi, el Barcelona, el CSKA, Panathinaikos y Olimpiacos en número de Finales a Cuatro en baloncesto. Laso es uno de los entrenadores históricos en Europa, quizá el mejor de la última década. Siete finales en 11 años es una afirmación contundente.
El Madrid parece haber salido de un agujero negro en el que de repente entró sin razones claras, las mismas por las que ya está fuera de él y en Belgrado en busca de la Undécima de los blancos y la tercera del entrenador vitoriano (y de Rudy y Llull). Pese al aire fresco de una nueva final, Laso no cree estar ahora en el mejor momento de la temporada, del mismo modo que durante los malos resultados no creyó estar en el peor: «Nos faltaba continuidad en el juego, no éramos capaces de cerrar partidos y también tuvimos días muy malos».
Para el encuentro del jueves en semifinales (el otro partido enfrenta a Anadolu Efes y Olimpiacos) contra el Barcelona, quien parece haberle tomado la medida a los blancos en los últimos partidos (algo que no le gusta al mismísimo Jasikevicius), confía en sus jugadores: «Como entrenador del Real Madrid nos veo favoritos porque tengo mucha confianza en mi equipo (…), pero el que yo me vea favorito no significa que no vea también favorito al Barcelona. Para empezar, es el campeón regular de la Euroliga».
El técnico blanco entiende que hace un mes nadie creyera en ellos, pero recuerda que «a mí la moral no me la come nadie». En la capital serbia ganó el Real Madrid su última Copa contra el Fenerbahçe en 2018. A los 15 puntos de Doncic, el mejor jugador de la competición, y los 17 de Causeur, solo pudieron responder los 28 de un Melli demasiado solo con un Sloukas (que sufría una nueva derrota tras la Novena) tan desaparecido como Llull, quien al contrario que el griego, sí encontró el recambio adecuado.

Llegar a la Final Four era el objetivo casi imposible hace semanas

Enfrente, un Barcelona que ha ganado 11 de los últimos 14 partidos entre ambos, algo que no parece relevante en la mente del entrenador, convencido de que es ahora cuando el equipo puede dar más, al más puro estilo del Madrid. Llegar a la Final Four era el objetivo casi imposible hace semanas y ahora queda lo mejor para un equipo, superado el agujero de gusano, incluido el lío Thompkins/Heurtel que también son de la partida.
De las primeras tres copas del Madrid, con Emiliano y Luyk como estrellas, a la cuarta, la quinta, la sexta y la séptima con Brabender y Szczerbiak hasta la octava de Sabonis y Arlauckas hasta la Novena y la Décima, más cinco finales más en apenas una década.

El caos del Madrid

El caos ordenado y triunfal del Madrid, que no llega como favorito y por eso quizá sí lo sea, o mejor: así lo sienten sus rivales temerosos del carácter y, sobre todo, de la irracionalidad del equipo que gana cuando menos parece que pueda hacerlo, como reconoció una vez Xavi Hernández, casi al borde del llanto: «El Madrid tiene esa cosa y es que gana».
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