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18 de abril de 2024

Celebración en los vestuarios del Real Madrid

El jugador del Real Madrid Sergio Llull (2-d) levanta el trofeo tras su victoria ante el Barcelona, al término de la final de la Supercopa de baloncesto

Real Madrid - Barça (89-83)

El Real Madrid sigue ganando títulos después de Laso

El conjunto blanco se impone al Barça en la final de la Supercopa después de una prórroga (89-83)

El Real Madrid post Pablo Laso empieza la temporada con un título. El conjunto blanco, ahora dirigido por Chus Mateo, se ha impuesto en la final de la Supercopa ACB al Barça (89-83), después de una prórroga.
Consigue así su novena Supercopa, la quinta consecutiva, gracias a un gran Sergio Llull, que empujó a su equipo en el tercer cuarto con sus triples para reducir la victoria de diez puntos que llevaba hasta entonces el conjunto azulgrana.
El Real Madrid conquistó este domingo su novena Supercopa Endesa, la quinta consecutiva, al ganar por 89-83 al Barça en el primer clásico del curso tras una prórroga, en una final con alternativas y en la que los blancos reaccionaron en el tercer cuarto de la mano de Llull, con tres triples seguidos, y del caboverdiano Edy Tavares, clave con 24 puntos, 12 rebotes y 40 de valoración.
Se medían en un nuevo clásico el campeón de Liga, un 'nuevo' Real Madrid ahora a las órdenes de Chus Mateo desde principios de temporada, y el de Copa, un Barça igualmente renovado con el técnico lituano Sarunas Jasikevicius a los mandos y con el reto pendiente de resarcirse de sus tres últimas derrotas en las últimas tres finales de esta Supercopa ante su eterno rival.
La cuarta final consecutiva entre ambos comenzó con ritmo y un intercambio de golpes que decía más de los respectivos ataques que de las defensas, pues predominaba más la precipitación que la cabeza y las acciones certeras (9-6, m.4, tras un 2+1 del caboverdiano Edy Tavares), hasta que el Madrid, con un juego más coral, se fue de cinco (13-8, m.5).
Este empuje no le sirvió para despegarse y siguió la igualdad como nota destacada, sobre todo porque en el Barça el pívot turco Sertaç Sanli, muy acertado ya en la semifinal ganada al Joventut, asumió los galones en el tiro -anotó 11 de los 15 puntos azulgranas en el primer cuarto- y acercó a su equipo en el electrónico (17-15, m.10) ante un irregular Madrid, con el argentino Gabriel Deck o el francés Yabusele desaparecidos.
El segundo cuarto comenzó mal tanto para el cuadro catalán -3 tiros libres errados por el serbio Kalinic- como para el madridista, pues ambos, muy erráticos, estuvieron dos minutos y medio sin anotar. Ahí, sin embargo, empezó la reacción azulgrana, que remontó con un 0-6 de parcial (17-21, m.14).
El tiempo pedido por el técnico blanco, Chus Mateo, dio pocos frutos porque el Barça, más intenso en defensa y atinado en ataque, dominó el rebote y, con el escolta eslovaco de origen estadounidense Kyle Kuric, sustituto del lesionado Cory Higgins, muy entonado -8 puntos en este parcial-, hizo daño a un Madrid muy perdido (23-31, m.17 tras un 4-10 de parcial), una diferencia luego ampliada (27-37, m.19) para llegar con 29-37 al descanso.
En la reanudación, el Barça, mandón en ambas zonas y a pesar de la escasa anotación del argentino Nico Laprovittola (sólo 4 puntos en los tres primeros cuartos), salió igual de fuerte hasta alcanzar una máxima renta de 12 puntos, con el turco Sanli igual de inspirado (33-45, m.23), pero los de Jasikevicius, quizás por exceso de confianza o falta de acierto, perdieron el rumbo y se fueron derrumbando.
Todo lo contrario que el Real Madrid, que, con el alero bosnio Dzanan Musa tirando del carro, dio un paso adelante, en el momento decisivo, para acortar la desventaja (40-47, m.26, tras un 7-2 de parcial). Los de Chus Mateo, además, siguieron apretando y en una fase de brillantez le dieron la vuelta como un calcetín al choque (55-49, m.30).
Así acabaron los blancos el tercer cuarto, con un espectacular 15-0 de parcial ante el hundimiento de un Barça débil física y mentalmente en esta fase, que simplemente se fue del partido, herido por la fuerza de Tavares bajo los tableros y por tres triples seguidos que se sacó de la manga el veterano Sergio Llull.
En el último parcial, los azulgranas, con Sanli sosteniendo al equipo por su alto nivel anotador, no sólo replicaron al empuje madridista -alcanzó una máxima de 7 puntos (58-51, m.32) tras un triple de Rudy-, sino que se vinieron arriba y, con el acierto del pívot turco y del serbio Nikola Kalinic, se pusieron de nuevo por delante (58-59, m.33, gracias a un 0-8 parcial).
A partir de ahí, marcadores muy igualados, en una horquilla de 2 puntos, no más, y empates sucesivos, hasta el punto de que, a 15 segundos del final, el esloveno Tobey machacó el aro blanco (71-71, m.40) y forzó una prórroga que empezó movida, pues el Madrid se adelantó (73-71) ayudado por una técnica señalada a Jasikevicius.
Sin embargo, el argentino Nico Laprovittola siguió asumiendo el mando de las operaciones, como en el último cuarto, y con un triple y una canasta posterior puso un punto arriba a los catalanes (75-76, m.41,5), una diferencia luego enjugada por un Llull enchufado en esta recta final y por un Tavares poderoso (81-78, m.43).
Llegaron un par de empates más, dos tiros libres anotados por Yabusele y un tapón providencial de un agigantado Tavares a Sanli, muy destacado con sus 21 puntos, a 30 segundos del final (85-83), y ahí ya los de Chus Mateo no dejaron escapar su noveno título de la Supercopa ante un Barça que jamás se rindió (89-83).
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