Simeone durante la pasada semifinal de la Supercopa en Riad
¿Se ha acabado el tiempo de Simeone en el Atlético?
El entrenador mejor pagado del mundo, que se encuentra a una distancia notable en la ratio histórica de victorias y derrotas en comparación a otros entrenadores de banquillo longevo, pasa por su peor momento en el equipo rojiblanco
Diego Pablo Simeone ya está entre los entrenadores de la historia que más tiempo han pasado dirigiendo el mismo equipo. Lejos de los más de cuarenta que estuvo Guy Roux al frente del banquillo del Auxerre francés y también lejos de los 27 de Sir Alex Ferguson en el United o de los 21 de Arséne Wenger en el Arsenal, ya son, sin embargo, once los que suma el técnico rojiblanco a caballo entre el Calderón y el Wanda, a pocas temporadas, por ejemplo, de las catorce que permaneció Miguel Muñoz en el Real Madrid.
Ferguson logró 39 títulos (entre ellos 13 Premier League, dos Copas de Europa, una Recopa, un Mundial de clubes y una Intercontinental). Una media de 1,4 títulos por año durante casi 30. Wenger le dio 17 trofeos al club de su vida (solo tres Premier como triunfos más destacados en un palmarés formado mayormente por Copas de Inglaterra y trofeos de la Community Shield) que suponen 0,8 títulos anuales. En el caso de Miguel Muñoz, el Real Madrid consiguió catorce títulos entre 1959 y 1972, entre ellos nueve ligas y dos Copas de Europa. Catorce títulos en catorce años es un título por temporada.
Simeone durante un partido de Champions League
Simeone ha ganado ocho títulos con el Atlético de Madrid que suponen la peor media de las aquí mencionadas: 0, 7. Si solo de medias se habla podemos encontrar el extraordinario caso de los 3,6 títulos anuales de media de Zinedine Zidane en sus primeras dos temporadas y media como entrenador del Real Madrid o los 3,5 de Guardiola en sus únicas cuatro al frente del Barcelona.
Teniendo en cuenta estos datos, Simeone es desde hace varios años el entrenador mejor pagado del mundo y en los años en que coincidieron Zidane y él, por ejemplo, el argentino ganaba más del doble que el francés. Unos datos reveladores y unos emolumentos dudosos, los del entrenador de Buenos Aires, respecto a los resultados, en un equipo y una afición que siempre ha parecido valorar extraordinariamente los casi títulos, hasta el punto de hacerlos parecer completos.
Crédito infinito
Las dos finales de Copa de Europa perdidas contra el Real Madrid de Ancelotti y Zidane, respectivamente, y otra semifinal (también perdida contra los blancos, que a la postre volvieron a alzar «la Orejona»), le dieron al entrenador rojiblanco un crédito infinito, apuntalado por sus dos Ligas, la Europa League y el hecho de permanecer en los últimos nueve años entre los tres primeros del campeonato nacional.
Un crédito infinito con altibajos, con baches, siempre salvados por el técnico porteño en sus sucesivas renovaciones millonarias. Un hombre al que el antiguo club del Manzanares, el campeón de Liga, se ha encomendado desde hace más de una década y que, superada esta, en una especie de maldición creativa como la de las bandas de rock, pasa en estos momentos por una bajada alarmante de nivel y sobre todo de confianza.
El proverbial influjo motivador del Cholo parece agotado, incapaz de dar respuesta a unas dudas (las eliminaciones consecutivas en Supercopa y Copa apuntan a una losa anímica insalvable) que parecen las mayores en los once años de una carrera de Simeone en el Atlético que, pese al aparente éxito, cuenta con mayores decepciones que victorias: la fidelidad a un atavismo colchonero o el secreto, que quizá algunos no puedan entender, de este hombre de negro.
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