El Alavés, ya descendido, no quiere que su estadio se convierta en un Ramón de Carranza en versión vasca. Por ello, ante el trascendental encuentro de esta jornada donde el conjunto de Sergio González se juega la salvación y, aunque depende de terceros, intentará conseguir el milagro de la salvación ganando en Mendizorroza. Eso sí, tendrá que hacerlo sin el apoyo de su afición, que preparaba con mimo el desplazamiento al País Vasco para animar a su equipo. ¿El motivo? El prohibitivo e inalcanzable precio que desde Vitoria han puesto a las entradas del encuentro.
Un hecho que ha provocado la indignación cadista tras conocer los precios que ha puesto la directiva del Deportivo Alavés para el partido del próximo domingo. Las entradas van desde los 120 euros, la más barata, hasta los 150 euros, la más cara. Unos precios desproporcionados que han hecho mucho daño en Cádiz.
Desde el conjunto vasco justifican estas tarifas aludiendo a querer evitar posibles enfrentamientos entre aficiones y para evitar una marea amarilla en Mendizorroza.
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