La inesperada confesión de Santi Cañizares que tiene que ver con su vida: «Yo iba a nacer muerto»

La vida del exportero Santi Cañizares ha sido un verdadero vaivén de emociones. A lo largo de su carrera, ha vivido momentos memorables: ganó cuatro Ligas, una Liga de Campeones, fue internacional con España y disputó más de 600 partidos en la élite del fútbol. Además, sorprendió a muchos al iniciar una etapa como piloto de rallys.

Sin embargo, también ha enfrentado durísimos reveses. Perdió dos finales de Champions, una de ellas en la tanda de penaltis, y sufrió el tristemente célebre accidente con un bote de colonia que lo dejó fuera del Mundial de Corea y Japón 2002. Pero sin duda, el golpe más doloroso fue la pérdida de su hijo en 2018, un hecho que marcó profundamente su vida personal.

El madrileño comentó este miércoles en el Tiempo de Juego de la cadena COPE que ha tenido una vida complicada: «Mi vida son dientes de sierra, siempre. Yo quiero estar plano pero me persiguen los dientes de sierra y he tocado el cielo y el infierno».

Complicaciones al nacer

El exfutbolista de 55 años explicó a Juanma Castaño una impactante anécdota de su nacimiento: «Para no poner en riesgo su salud, mi madre se fue a Madrid a dar a luz, y resultó que nací allí. Pero fíjate las pocas esperanzas que tenían mis padres de que sobreviviera, que ni siquiera llevaron ropa al hospital para mí». Cañizares confesó: «Iba a nacer muerto. Tenía un 0% de posibilidades de nacer vivo».

Cañizares, que nació en Madrid el 18 de diciembre de 1969, compartió con sinceridad: «Mi vida son dientes de sierra, siempre. Yo quiero estar plano, pero me persiguen los dientes de sierra. He tocado el cielo y el infierno. El cielo lo toqué ya de entrada, el día que nací, porque para los médicos yo no tenía que haber nacido. Pero alguien lo hizo bien».

Quien fuera 46 veces internacional con la selección española siempre ha sido un ejemplo de superación. Ha sabido levantarse una y otra vez, sin rendirse nunca. Y eso, sin duda, es digno de admiración.