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De Burgos Bengoetxea revisa en el VAR el penalti que señaló a favor del Barça en el minuto 90

De Burgos Bengoetxea revisa en el VAR un penalti en la pasada final de la Copa del ReyAFP

¿Es buena la inteligencia artificial en el arbitraje?

La revolución arbitral emprendida entre la RFEF y LaLiga recoge la participación de IA. Será para evaluar la labor arbitral conforme a unos parámetros introducidos previamente

El pasado 2 de julio conocíamos al nuevo máximo responsable del estamento arbitral, Francisco Soto. Cargo designado directamente por el presidente de la RFEF; Rafael Louzán, en lugar del anterior presidente Luis Medina Cantalejo que fue cesado justo la semana anterior junto con todo su equipo más directo. Será este próximo lunes cuando se incorpore oficialmente a su nuevo cargo el abogado que hasta ahora era uno de los socios de uno de los despachos de abogados más reconocidos de España. Y será el día 22 cuando desvelará a su nuevo equipo de trabajo con muchos cargos nuevos e inexistentes hasta ahora. Empezando por un director de relaciones institucionales, director técnico, del fútbol femenino y el director de desarrollo de la inteligencia artificial (IA).

Porque si, ya es una realidad, que la IA también aterriza en el mundo del fútbol y en este caso en el mundo del arbitraje. Hasta el punto de ser una de las patas en las que se va a amparar este nuevo mundo arbitral para evaluar la actuación de un árbitro. Lo que hasta ahora recaía en unos delegados observadores arbitrales, desde ahora irrumpe con fuerza la palabra de moda en esta nueva sociedad.

En las reuniones mantenidas entre la comisión arbitral entre la RFEF y LaLiga ha estado muy presente la inteligencia artificial. Tanto que la comisión de árbitros ya conocen de primera mano cómo funcionará. Tanto es así que la nueva normativa arbitral recoge la creación de una nueva «Comisión de Fijación de Criterios» donde estarán el nuevo director técnico, de VAR, fútbol femenino y este nuevo cargo responsable del desarrollo de inteligencia artificial y nuevas tecnologías del arbitraje. Comisión donde podrán participar también ex árbitros, ex jugadores, ex árbitros. Con voz pero sin voto.

Pero la clave está cuando llegamos a la parte relativa a sus funciones. La primera es analizar las jugadas de Primera, Segunda y Liga F además de adoptar criterios que, dentro de las competencias del CTA, y sin perjuicio de las recomendaciones de FIFA e IFAB (International Board), sean aplicables por los equipos arbitrales en el desarrollo de su labor.

Fran Soto, nuevo presidente del CTA

Fran Soto, nuevo presidente del CTARFEF

Está Comisión tendrá que revisar periódicamente los criterios existentes, proponiendo actualizaciones o modificaciones en función de la evolución del juego, la normativa y las innovaciones tecnológicas. Y además fomentará activamente la incorporación de herramientas basadas en inteligencia artificial (IA) como parte fundamental de su metodología de trabajo.

Textualmente el documento original dice que «La utilización de sistemas de IA permitirá incrementar significativamente los parámetros y el volumen de datos analizados, facilitando así una toma de decisiones más informada, objetiva y respaldada por evidencias cuantificables. Asimismo, la inteligencia artificial contribuirá a la automatización de determinados procesos de revisión y análisis. Esta apuesta por la innovación tecnológica se traducirá en una mayor transparencia y fiabilidad en la aplicación de los criterios arbitrales, así como en la capacidad de anticipar tendencias y necesidades emergentes en el ámbito del arbitraje profesional».

Dicho de otro modo, la intención es que la IA, conforme a estos parámetros introducidos, tenga cada vez más un papel capital a la hora de revisar la labor de los colegiados.

¿Dónde queda el lado humano del arbitraje?

Llegados a este punto surge la gran pregunta: ¿puede de verdad un programa de inteligencia artificial evaluar la labor de un árbitro? Objetivamente seguro que sí, pero luego está el factor personal, humano etc... sobre el cual no tiene capacidad para hacerlo. Es decir, no cabe duda que técnicamente la IA podrá examinar la labor de los árbitros en un partido. Aquello sobre lo que no hay duda bajo parámetros objetivos. Pero donde queda ese lado humano, intrínseco al desarrollo del partido, contexto, situación, factores externos o humanos: ya sean del propio partido como de la figura del árbitro, sobre los cuales la IA no tiene capacidad de evaluación.

Son valores que determina el propio devenir del partido. Parece ser que esto recaerá desde ahora con mucho más peso en el delegado observador, un ex colegiado o asistente que debe desarrollar un extenso informe de la actuación arbitral. Hasta ahora era un informe global, veremos que sucede en este nuevo escenario. Está claro que no podemos cerrar las puertas a las nuevas tecnologías, pero la duda está hasta donde se pueden abrir las mismas. Y más en una faceta con tanto peso humano como es el arbitraje.

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