Real Madrid y Atlético se juegan el liderato de la Liga con las relaciones rotas en el derbi más polémico

El segundo derbi capital de la temporada ya está aquí. El Santiago Bernabéu será testigo de un gran partido entre el primer y segundo clasificado de la Liga y en juego está el poder decir quién manda en Madrid, un título que históricamente ha pertenecido al conjunto blanco, que lleva desde el 18 de septiembre de 2022 sin vencer a su eterno rival en un partido liguero.

En juego está, nada más y nada menos, que el liderato liguero. El que gane el partido dormirá en primera posición y este es un aliciente muy apetecible tanto para el Madrid como para el Atlético, sobre todo si se tiene en cuenta lo caldeado que ha estado el ambiente en estos últimos derbis.

El duelo de la primera vuelta estuvo marcado por el lanzamiento de mecheros por parte del Frente Atlético a Courtois después de que este celebrara el 0-1 de Militao con gestos provocativos. Ese comportamiento no gustó a la afición colchonera y Busquets Ferrer se vio en la obligación de detener el partido durante casi 20 minutos. Nunca había pasado algo así en un duelo entre blancos y colchoneros y esas actuaciones (intolerables) llevaron a los distintos estamentos a tomar cartas en el asunto y el Fondo Sur del Metropolitano afrontó un cierre parcial de un partido y una multa económica de 65.000 euros.

Esos hechos generaron multitud de opiniones. Al Atlético no le gustaron las formas de Courtois, al cual tacharon de provocador, y el Real Madrid consideró que esa celebración fue fruto de la euforia del momento y del contexto, ya que el guardameta belga había tenido que aguantar infinidad de improperios procedentes de la grada de animación del club colchonero.

Lo sucedido en el Metropolitano no hizo más que agravar unas relaciones institucionales que se habían roto el 8 de febrero de 2023, cuando el Atlético consideró que había sido perjudicado arbitralmente en el Bernabéu y cuando aseguró que el club blanco ejercía una presión inhumana sobre el CTA (Comité Técnico de Árbitros) con el objetivo de ser beneficiado en partidos de este tipo. En ese encuentro, Ángel Correa fue expulsado por propinarle un codazo a Antonio Rüdiger.

Desde entonces, nada ha vuelto a ser igual. La tensión se apoderó de los dos equipos y cada partido se veía como una oportunidad única para demostrar quién mandaba en la capital española. A fin de cuentas, los encuentros de máxima rivalidad siempre son así.

Cruces de acusaciones

El derbi de la segunda vuelta llega justo en una semana en la que todo está más caliente que nunca. La crispación es total y desde el Atlético de Madrid no se han tomado nada bien la queja formal presentada por el Real Madrid en la que pidió explicaciones sobre lo sucedido frente al Espanyol.

La Unión de Peñas del Atlético acusó al conjunto blanco de presionar y coaccionar a los árbitros en una semana vital para el Atlético. Además, el propio club rojiblanco publicó una serie de tuits en el que aprovechó para lanzar 'palos' a su eterno rival relacionados con la presión arbitral que el club blanco ha ejercido sobre el estamento arbitral estos últimos días. «Amigos de la RAE, estos días nos están preguntando mucho sobre un asunto y no queremos equivocarnos. ¿Nos podéis ayudar con los matices de los siguientes verbos? Presionar, amedrentar, intimidar, coaccionar, atemorizar, influir, imponer. ¡Muchas gracias!»

La respuesta de la afición madridista no se hizo esperar y en la madrugada del jueves al viernes aparecieron varias pancartas colgadas en la M-30 de Madrid en las que se podían leer los siguientes mensajes: «Eternos segundones», «Madrid somos nosotros», «Madrid nos pertenece».

La polémica está, desde luego, servida. Todos los ojos van a estar puestos en Soto Grado. Y en el entorno rojiblanco temen que toda esta presión pueda afectar negativamente al Atleti en el derbi del Bernabéu. En resumen, piensan que todo el ruido exterior generado por el Real Madrid va a influir en el resultado final de un derbi en el que está en juego el liderato de LaLiga EA Sports.