El Atlético se hace pequeño en San Mamés y cede terreno en su lucha por la Liga

El fútbol puede cambiar mucho en cuestión de días. Y si no que se lo digan al Atlético de Madrid. Hace una semana, el equipo de Simeone ganó por la vía rápida al Real Oviedo en el Metropolitano y dejó claro que iba a plantar batalla a los dos grandes del fútbol español. Pero ha sido cambiar de semana y las derrotas han condenado al Atlético. El martes fue el Barça el que venció al cuadro colchonero y este sábado ha sido el Athletic el que le provocó un nuevo disgusto al cuadro rojiblanco en Liga (1-0)

Para tratar de asaltar San Mamés y regresar a la senda de la victoria, el Cholo Simeone tiró de rotaciones. Thiago Almada formó en la punta de ataque junto a Julián Alvarez, Marc Pubill acompañó a Lenglet en el centro de la zaga y Gallagher fue titular en la sala de máquinas con Pablo Barrios.

La derrota intersemanal frente al Barça dolió al conjunto colchonero y eso hizo que la visita a San Mamés se viera como fundamental para volver a sumar de tres en Liga. Sin embargo, el que empezó con más energía fue el Athletic. El equipo de Ernesto Valverde también se jugaba mucho en este partido y eso hizo que la presión sin balón de los bilbaínos fuera asfixiante.

La intensidad fue tremenda desde el primer minuto y, cada vez que el Athletic pasaba la línea del centro del campo, Nico Williams recibía por la izquierda para ponerle picante al ataque de los locales. El '10' estaba juguetón y eso hizo que San Mamés se viniera arriba cada vez que atraía y regateaba a Nahuel Molina, su marca en la mencionada banda.

Pero eso no fue suficiente para superar a Jan Oblak. Y, en ese sentido, el Athletic asumió que el gol iba a tener que llegar de otra forma algo menos previsible. Eso sí, por falta de ganas no estaba siendo. La actitud de los leones estaba siendo fantástica y el ritmo no decayó con el paso de los minutos.

El problema es que en el 33', el Athletic tuvo que hacer un cambio obligado. Laporte se llevó la mano a la parte posterior del muslo tras una carga con Nahuel Molina, encendió las alarmas en San Mamés y fue sustituido por Dani Vivian, que entró casi sin calentar debido al inesperado infortunio de su compañero.

La recta final de la primera mitad tampoco decepcionó, pero el marcador no se movió. Eso sí, por falta de llegadas no fue. El encuentro fue un toma y daca constante en el que cualquiera podía marcar. Y así se llegó al descanso. Todo por decidir en el segundo acto.

Miedo a perder

Para tratar de ganar algo de control en el centro del campo, Simeone decidió mover ficha al descanso, sustituyó al amonestado Gallagher y dio entrada a Koke, el gran capitán del conjunto colchonero.

La presencia del '6' atlético en la sala de máquinas fue, sin duda alguna, una gran noticia para el equipo de Simeone. En partidos intensos y eléctricos como el de este sábado, la pausa de Koke es necesaria y el Atlético aprovechó la entrada del vallecano para adelantar líneas.

Con el paso de los minutos, se notó que el ritmo del segundo acto no iba a ser el mismo que en la primera y empezó a quedar más o menos claro que el encuentro se iba a decidir por pequeños detalles. La victoria se la iba a llevar el que fuera capaz de estar más acertado en los instantes claves.

Y para tratar de ganar frescura en defensa y ataque, el Cholo decidió meter un doble cambio. Ruggeri sustituyó a Lenglet y Sorloth entró en lugar de un Almada que no fue capaz de aprovechar los minutos que le dio el técnico argentino en San Mamés. El noruego tenía la misión de fijar a los centrales del Athletic y quería darle continuidad al doblete que anotó ante el Real Oviedo la semana pasada.

Lo mismo hizo el conjunto athleticzale. Rego y Unai Gómez entraron en lugar de Ruiz de Galarreta y Guruzeta para disputar algo más de 20 minutos e intentar contribuir en busca de la victoria. Y tras la entrada de los dos canteranos, el Athletic pudo marcar el 1-0, pero el remate de Paredes a la salida de un córner se fue alto.

Esos cambios le vinieron bien al Athletic y en el 71', Sancet gozó de otra buena ocasión para abrir la lata. Nico Williams robó un balón a la altura del centro del campo, le filtró un gran pase al '8', pero el tiro del futbolista navarro se fue desviado para alivio de Jan Oblak y de los seguidores colchoneros ubicados en la grada visitante de San Mamés.

El premio a la insistencia

El problema es que el Athletic no bajó el ritmo y al Atlético le tocó capear el temporal. Nico Williams se veía con confianza y en el 77' se marcó una jugada individual sensacional que Oblak dejó en nada. El meta esloveno tapó bien el primer palo de su portería y el 'uy' retumbó en los cimientos de La Catedral.

Y así se llegó al 82', minuto en el que Ernesto Valverde decidió agotar los cambios con la entrada de Urko Izeta y Andoni Gorosabel, que sustituyeron a Oihan Sancet y un agotado Jesús Areso. El técnico extremeño quería la victoria y, tras un pequeño susto de Sorloth que blocó bien Unai Simón, en el 85' llegó, por fin, el 1-0.

Nico Williams (otra vez) generó una buena jugada por banda izquierda, levantó la cabeza y en la frontal del área apareció Álex Berenguer, que no se lo pensó dos veces, enganchó un disparo al primer toque por la derecha de la portería de Jan Oblak y desató el éxtasis en San Mamés.

Y ahí se acabó el partido. El gol hizo daño al Atlético, se quedó sin tiempo para buscar un empate que le iba a saber a poco y encajó su segunda derrota consecutiva en apenas cuatro días. Los de Simeone se quedan a nueve puntos de la cabeza.