Un trabajador en Qatar, frente a uno de los grandes carteles que anuncian el Mundial

Un trabajador en Qatar, frente a uno de los grandes carteles que anuncian el MundialAFP

Qatar 2022: un Mundial corto, polémico y que despedirá a cuatro Balones de Oro

Este domingo el balón echará a rodar en Qatar tras 12 años de espera. Un tiempo en el que no ha faltado la polémica ni la sombra de la corrupción

Qatar 2022 es ya una realidad. Este domingo el Mundial de la gran polémica, el que hace años parecía una quimera imposible de producirse, se pone en marcha. Qatar y Ecuador abren el torneo más importante del fútbol, ese que paraliza a todo el mundo en torno un balón.
Ha sido una espera de cuatro años... y medio. Todo en esta cita mundialista es raro: la espera, las fechas, las temperaturas, algunas selecciones, el entorno, los estadios. Es el Mundial de Qatar, territorio que alcanza el sueño de tener en un mes todo el foco internacional. Lo ha conseguido a base de millones ilimitados y sorteando críticas, vetos y boicots que al final no afecta a la competición.

2010, el inicio

Qatar 2022 arranca este domingo pero en realidad lo hizo hace 12 años. En 2010 fue elegida esta sede en pleno apogeo de denuncias de corrupción en la FIFA. Todos los que eligieron a este país están fuera ya, varios en la cárcel, otros encausados. Por aquél entonces no había estadios, no había infraestructuras, no había base futbolística en el país y faltaban -y faltan- muchos derechos humano. No había posibilidad de jugarse en verano. No había nada.
Parecía abocado al fracaso, pero los petrodólares están para algo. La FIFA de Blatter y la de Infantino se abrazaron a cualquier exigencia de Qatar y su jeque, desde que se juegue por primera vez un Mundial en otoño/invierno hasta que no haya cerveza. Y es por ello que el balón rodará, con gran expectación, por primera vez en Oriente Próximo.
Qatar consiguió organizar el Mundial en 2010 en plena oleada de denuncian por corrupción

Qatar consiguió organizar el Mundial en 2010 en plena oleada de denuncian por corrupción©GTRESONLINE

Un Mundial es eso, un Mundial, y eso son palabras mayores. Y por eso se disfrutará de uno de los espectáculos más universales. Este es la segunda Copa del Mundo más corta de la historia -28 días, cuando normalmente son 31/32- y el primero que se hace en invierno.
Esa es la gran novedad de un torneo que aunque se juegue en estas fechas tan raras habrá el mismo (o más) calor que cuando se juega en verano. Y que además coge a los futbolistas a mitad de temporada, porque la inmensa mayoría estaban aún jugando con sus clubes hace siete días. Esto, en principio, ayuda al espectáculo: llegan en un momento de forma óptimo.

El último baile

Es el último Mundial, salvo sorpresa mayúscula, de los últimos cuatro ganadores del Balón de Oro. Por un lado, los dos jugadores que han dominado el fútbol en los últimos tres lustros, pero a los que el Mundial se les atragantó. Cristiano Ronaldo y Leo Messi tienen en Qatar su última oportunidad. Los portugueses llegan sin grandes esperanzas y pocos esperan algo grande de ellos. Los argentinos sí son favoritos y Scaloni, su seleccionador, ha dado un aire de ilusión a un país cuyo Gobierno prefiere el título a que baje la inflación.
Por otro lado están otras dos figuras irrepetibles, Modric y Benzema. El croata tiene en Qatar su último baile tras obrar el milagro de llevar a su joven país a la final del último Mundial. El francés está ante su gran momento, toda vez que con todas sus viejas polémicas solo jugó uno, el de 2014. Karim viene de una temporada impecable, pero con molestias. Sería muy difícil que llegara al Mundial de 2026.

El más corto

No solo en fechas se mide este Mundial 'exprés'. También en distancia. Si en el último Mundial, el de Rusia 2018, la distancia entre estadios llegó a ser de 3.000 kilómetros (de Kaliningrado a Ekaterimburgo), el de Qatar es el más corto de todos: solo hay 55 kilómetros de diferencia entre los estadios más alejados.
Esto, a nivel de aficionados y profesionales, es toda una ventaja. Es el primer Mundial en el que un aficionado puede ir a dos partidos en dos estadios diferentes el mismo día. Se juegan cuatro encuentros por día con una hora de separación entre el final de un duelo y el inicio del siguiente.
Este ha sido precisamente uno de los grandes alicientes con el que ha jugado Qatar para hacer de su Mundial una experiencia única: es toda una novedad que haya tantos partidos un solo día (normalmente eran tres y en ciudades muy distanciadas) y han construido sus infraestructuras, especialmente el espectacular Metro, para que un hincha vea más de un partido por día.

Europa vs. Sudamérica

Año y medio después de la Eurocopa, el fútbol europeo llega al Mundial con muchas dudas. El campeón continental, Italia, no está en Qatar, y el finalista, Inglaterra, vive entre el salto definitivo o la enésima decepción. La Bélgica de Roberto Martínez está ante la última oportunidad de su gran generación, Portugal llega con buena plantilla pero poca unidad, Alemania no lleva a ninguna estrella y no da el miedo de antaño y Países Bajos es el epílogo de la larga carrera de Van Gaal en los banquillos.
La selección europea que se presenta con mejor plantel y la vitola claramente de favorita es la última campeona. Francia vive en Qatar el fin de la etapa de Deschamps con un equipo que asusta -Griezmann, Mbappé y Benzema arriba, entre otros- pero que debe regatear la maldición del campeón: de los últimos cinco ganadores, cuatro de ellos fracasaron en la siguiente edición cayendo en la primera ronda (Francia 2002, Italia 2010, España 2014 y Alemania 2018).
Karim Benzema y Kylian Mbappé, principales figuras de Francia, que defiende el título

Karim Benzema y Kylian Mbappé, principales figuras de Francia, que defiende el títuloAFP

Ante ellos, y con permiso del segundo nivel europeo (véase Dinamarca, Polonia o Gales), estarán dos de las grandes y clásicas potencias que al fin llegan a un Mundial con unidad, nivel y categoría para ganar el torneo.
Brasil es la gran favorita. 20 años después de su último título tiene una generación que domina el fútbol europeo y bien estructurada por 'Tite', un seleccionador que en enero dirá adiós. Tras los fiascos en los últimos Mundiales, es la hora para la gran dominadora del torneo. No tiene margen de error.
A su lado, igual de peligrosa e igual de ilusionada, la Argentina de Leo Messi. No queda otra para él, es Qatar o ya nunca. Y esta vez sí le acompaña un buen equipo a su lado, que falla más en defensa, pero equilibrado y tras un gran ciclo en los últimos años que incluyó el triunfo en la Copa América.

La imprevisible España

Y entre medias de todos ellos, sin mucho ruido a nivel internacional y con la figura más destacada en el banquillo, llega España. Imprevisible es la palabra que bien puede definir a esta selección. Igual hace partidos aburridos con tropiezos ante Grecia, Georgia o Suecia que te llega a unas semifinales de Eurocopa y a dos Final Four de la Liga de las Naciones.
Con un grupo con la siempre peligrosa Alemania, la Japón de Kubo y la Costa Rica de Keylor, España debe pasar a las eliminatorias, donde hay mejor camino siendo segundo que primero. Liderar el grupo conlleva encontrarse con Brasil en cuartos.
Con la espera más larga de la historia entre Mundial y Mundial, Qatar y Ecuador abren en la ciudad de Jor el torneo. El 18 de diciembre, en Lusail, saldrá un campeón del mundo. Doha, capital del país y al lado de ambas, queda como centro de funcionamiento de este Mundial para el que faltan muchas personas, aquellas que perdieron la vida construyendo lo que es ya hoy una realidad.
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