Hubo un tiempo en el que cualquier español al que le gustara el fútbol temblaba si España tenía que enfrentarse a Alemania. En aquella España donde se veía la vida en blanco y negro sonaba aterrador. No se les veía como plantillas de fútbol, sino como escuadrones de batalla.
Los futbolistas alemanes estaban hechos de otra pasta, con caras que desdibujaban una continua amenaza y cuyos apellidos provocaban escalofríos con tan solo pronunciarlos.
Sin embargo, todo cambió, primero en Viena cuando un leve toque sutil de Fernando Torres coronó a España y desplazó a Alemania de la Eurocopa de 2008, y en en Sudáfrica, en el año 2010, cuando Puyol se disfrazó de alemán para anotar un gol reservado para alguien con ADN teutón. Alemania fue el rival que permitió a España alcanzar la gloria.
Años después, España volvía a convertirse en el dolor de cabeza alemán cuando le endosó un set en La Cartuja en noviembre de 2020. Un resultado con el que hasta el seleccionador Low se «olía» su cese. La única venganza que ha podido cobrarse el fútbol alemán ha sido las goleadas del Bayern al Barça.
Vuelven los miedos
Las dudas en Alemania están tan vivas que Brandt aseguró en rueda de prensa que «Estamos en la mierda».
Un segundo fracaso
Y es que si los germanos caen ante España y Japón consigue la victoria , provocaría un Harakiri a los alemanes y les dejaría fuera del Mundial a las primeras de cambio. Duro fue lo ocurrido en Rusia, en 2018, cuando México y Corea del Sur abochornaron a la Mannschaft y le mostraron la puerta de salida tras el fracaso en la fase de grupos.
Ocurra lo que ocurra este domingo, la angustia alemana hubiera sido descabellada para generaciones españolas no tan remotas. Pero a esta España, donde abundan los noveles, no le iría mal recordar que Alemania, la de aquellas pesadillas españolas y la actual, nunca dejará de ser Alemania. Por más que hoy España sea lo que Alemania anhela. Como bien afirmó
Mariano Rajoy en
su primera columna en El Debate, «Alemania es Alemania, el que antes ganaba siempre y hoy casi siempre».