Granit Xhaka celebró el pase de Suiza a octavos (ganando a Serbia) con esta camiseta que tiene mucho significado

Granit Xhaka celebró el pase de Suiza a octavos (ganando a Serbia) con esta camiseta que tiene mucho significadoEFE

Esta camiseta de Xhaka, jugador suizo, enfurece a Serbia: el rencor por Kosovo que entró en el Mundial

El Serbia-Suiza fue mucho más que un encuentro de fútbol: varios futbolistas recuperaron los viejos horrores de la guerra de los Balcanes

El partido Serbia-Suiza que se jugó este viernes estaba marcado en el calendario como el más tenso a nivel geopolítico de todo el Mundial. Y eso que hubo un Irán-Estados Unidos, pero en el duelo entre las dos selecciones europeas había viejos rencores de los Balcanes y muchas rencillas actuales.
Así fue. En un buen encuentro de fútbol, con cinco goles, muchas ocasiones y doble remontada, Suiza ganó a Serbia y se clasificó a octavos. En esa ronda se medirá a Portugal mientras los serbios están ya fuera. Pero más allá del resultado hubo una tensión que no se fue en todo el encuentro. Tampoco una vez que acabó.

Los orígenes kosovares

Los grandes protagonistas eran Granit Xhaka y Xherdan Shaqiri, dos futbolistas de Suiza con origen albano-kosovar, territorios enemistados con Serbia, que estos ni reconocen y consideran suyos. Territorios, a su vez, bombardeados por los serbios en la guerra de los años 90.
Shaqiri, que nació en lo que hoy es Kosovo -y que Serbia dice que es suyo- marcó gol, pero esta vez no hizo el símbolo del águila bicéfala de la Gran Albania, todo un insulto para los serbios. Ya lo había hecho en el último Serbia-Suiza de 2018, la FIFA le puso una sanción económica y le amenazó con castigo deportivo si repetía el gesto. No lo hizo, pero sí señaló su nombre enfrente de la hinchada serbia.
Fue Xhaka, jugador del Arsenal, quien más buscó el enfrentamiento y quien más ganas tenía a los serbios. Él ha contado en varias ocasiones la historia de su padre, «un orgulloso kosovar» que tuvo que huir de la antigua Yugoslavia. Estuvo tres años en la cárcel por manifestarse contra el régimen comunista. En 2018 jugó ante Serbia con una bandera de Kosovo en las botas.
Los futbolistas serbios también le tenían ganas, de ahí que hubiera varios enfrentamientos entre varios jugadores balcánicos (especialmente el portero Milinkovic-Savic, nacido en Orense) con Xhaka. Había mucho rencor. Él incluso hizo un feo gesto llevándose las manos a los genitales mientras señalaba al banquillo serbio. Si bien todo ocurrió dentro de un ambiente de rivalidad, con tanganas e insultos, la furia serbia se ha desatado después del partido al ver con que camiseta celebró Xhaka el pase a octavos.
El portero Milinkovic-Savic, que nació en Orense, ante Xhaka en una de las tanganas del partido

El portero Milinkovic-Savic, que nació en Orense, ante Xhaka en una de las tanganas del partidoAFP

Este jugador se quitó la camiseta blanca con la que jugó el encuentro y dejó a la vista, porque la llevaba debajo, otra dada la vuelta con el número 26 y el nombre de Jashari. No es una cosa cualquiera. Jashari es uno de sus compañeros en la selección suiza, también con origen en Kosovo. Hasta ahí todo normal si no fuera porque Jashari es también el apellido del fundador del KLA (Ejército de Liberación de Kosovo), todo un enemigo en Serbia. Ese Jashari fue ejecutado junto a otras 60 personas por el ejército serbio en 1998.
Es por ello que en Serbia se ha entendido como un homenaje a esas 60 personas ejecutadas, lo que supone toda una provocación para ellos. Si Xhaka tuvo esa doble lectura al mostrar esa camiseta solo lo sabrá él -si reconoce que tenía un mensaje político puede ser sancionado por la FIFA- pero la realidad es que no era un partido cualquiera para él y que ante Serbia quiso en todo momento recordar sus orígenes kosovares, esos que niega el país al que se enfrentó -y al que ganó- este viernes.
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