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28 de marzo de 2024

Tuberías del gaseoducto Nord Stream 2

Tuberías del gaseoducto Nord Stream 2Gazprom

Energía

Las reservas de gas de España son siete veces menores que las de Italia y cinco que las de Francia

España es el undécimo país europeo con mayores reservas de gas, al contar con 25,44 teravatios hora, frente a los 170,56 de los que dispone Italia y los 120,04 de Francia, casi siete y cinco veces más.

Las cifras históricas del precio de la electricidad en el mercado mayorista que registra España desde hace meses, hasta llegar a un máximo de 288,53 euros este jueves, están relacionadas con el desabastecimiento de gas que sufre Europa y el encarecimiento que esta situación ha generado en esta fuente energética.
«Un 80% del precio de la electricidad en el mercado mayorista es debido al alza del precio del gas», sostiene Francisco Valverde, responsable del área de renovables en Menta Energía, que recuerda que las familias también se ven afectadas «de manera no tan inmediata» por este crecimiento, ya que cuando se terminen sus actuales contratos de suministro eléctrico «los precios serán mayores».
El anuncio del presidente ruso, Vladimir Putin, de que su país podrá aumentar el suministro de gas a la región ha propiciado una reducción en su cotización, tras los 117,9 euros en los que se situó el precio del megavatio hora en el Mercado Ibérico del Gas (Mibgas) el pasado miércoles.
Pese a ello, el analista financiero Juan Ignacio Crespo apuesta por que el precio de este indicador «siga subiendo» en los próximos meses, ya que sus picos de cotización suelen alcanzarse en los meses de «noviembre, diciembre o enero», en un contexto geopolítico en el que existe «una competencia feroz a nivel mundial por conseguir gas».
Crespo relaciona el desabastecimiento de este recurso con un «descuido de las empresas y los gobiernos europeos», que permitieron que «las reservas y existencias de gas se mantuvieran bajas». 
Los países europeos que cuentan en la actualidad con mayores reservas de gas son Italia, con 170,76 teravatios hora, seguida de Alemania (160,52), Ucrania (144,87), por donde pasa el gaseoducto que transporta el gas que Rusia manda a Europa, y Francia (120,19), según datos de Gas Infraestructure Europe (Gie).
España se encuentra en undécimo lugar a nivel europeo, al contar con tan solo 25,44 teravatios hora de gas almacenado. En los primeros cinco meses del año, el principal suministrador de gas de España fue Argelia, con 78.536 gigavatios hora, el 47,65% del total importado por España en este periodo.

La llegada de gas, en manos de Argelia

La mayor parte del gas procedente del país africano llega a España a través de dos gaseoductos: el Megdaz, que cruza el Mediterráneo para llegar a Almería, y el Magreb-Europa, que atraviesa Marruecos y el Estrecho de Gibraltar hasta alcanzar Tarifa, surtiendo también a Portugal y a otros países de la región.
El día 31 de octubre Argelia dejará de operar el gaseoducto Magreb-Europa tras anunciar la ruptura de relaciones diplomáticas con Marruecos el pasado 24 de agosto, con la situación del Sáhara Occidental como telón de fondo.
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, se reunió en Argel el 30 de septiembre con el presidente argelino, Abdelmajid Tebún, que garantizó que el cierre de este gaseoducto no iba a implicar una caída del suministro a España.
Así, a partir de noviembre, el gas argelino será distribuido a través del gaseoducto Megdaz, que aumentará su capacidad, y de barcos metaneros, que transportarán a los puertos españoles el gas natural licuado, de mayor coste que el procedente de un gaseoducto, ya que es necesario licuarlo, transportarlo y regasificarlo. «Transportar el gas licuado en barcos es más caro», apunta Crespo, que además recuerda que «China está acaparando la mayoría de los barcos capaces de transportarlo».
Así, España cuenta con un total de seis puntos de conexión internacional de gas: los dos con África anteriormente mencionados, otros dos con Portugal a través de Badajoz y Tuy y un par con Francia por Irún y la localidad francesa de Larrau
Otros importantes suministradores de gas para España son países como Estados Unidos (10,82%), Nigeria (10,38%), Rusia (9,5%) o Qatar (5,47%), que se encuentran entre los diez países con mayores reservas de este recurso a nivel mundial.

Rusia juega la batalla geopolítica del gas

Rusia, líder global en gas almacenado, está a expensas de que el regulador energético alemán y la Comisión Europea den el visto bueno a la puesta en funcionamiento del gaseoducto Nord Stream 2, que recorre 1.230 kilómetros entre Rusia y Alemania atravesando el mar Báltico y cuya construcción finalizó el 10 de septiembre.
En torno a su aprobación existe una batalla geopolítica, que incluso se coló en la reciente campaña electoral alemana, ya que «Rusia no quiere enviar gas por su principal gaseoducto, que pasa por Ucrania, por su enemistad con este país y porque le tiene que pagar una comisión por la servidumbre de paso», mientras que «Estados Unidos intenta evitar que Alemania utilice» el Nord Stream 2, apunta el analista financiero Juan Ignacio Crespo.
«Putin está utilizando el suministro del gas a Europa como un arma geoestratégica», sentencia. De hecho, el viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, declaró esta semana que la aprobación del suministro a través de esta infraestructura ayudaría a «enfriar» el crecimiento del precio del gas, a la par que la Agencia Internacional de Energía estimó que Moscú podría «aumentar sus exportaciones de gas un 15% este invierno», y si no cumpliera con su palabra, pondría en duda su condición de «suministrador fiable de energía».
Esta institución recogió en un informe publicado esta semana que prevé que el consumo de gas en Europa «descienda un 2% interanual en 2022», de manera que espera que los precios altos en este recurso se mantengan en el primer trimestre de 2022, pero «se moderen después de la temporada de calor».
Para Crespo, el problema de fondo se halla en que «los Gobiernos se han comprometido a alcanzar objetivos muy ambiciosos de lucha contra el cambio climático sin tener garantizado el suministro de energía en el periodo de transición. La propia Agencia Internacional de la Energía recomendaba que no se invirtiera más en exploraciones de gas y de petróleo y que se cerraran las minas de carbón. Eso es muy bonito, pero ¿con qué nos calentamos en invierno?Entre que llegas o no (a los objetivos climáticos) hay que utilizar las fuentes de energía tradicionales».
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