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25 de abril de 2024

Congreso de los Diputados

Congreso de los Diputados

La ´productividad' de los empleados públicos

Leyes a 10 millones de euros

Habría que preguntarse si nuestro país debe gastarse 450 millones en dos años para aprobar solo 43 leyes o si podría hacerse lo mismo gastando la mitad o un 75 % en diputados, senadores, funcionarios, etcétera

Ahora que los Presupuestos Generales del Estado de 2022 están encima de la mesa y ya se conocen en buena medida sus entresijos, sería bueno tener un conocimiento de lo que nos ha costado los dos últimos años el que los legisladores de nuestro país hayan redactado una ínfima cantidad de leyes nuevas y que las pocas que han salido sean fundamentalmente las de género y la eutanasia.
Dentro de los Presupuestos Generales del Estado, está siempre la Serie Roja, que en el año 2021 contaba con 29 tomos (hasta hoy el máximo) y en el primero de ellos está el Presupuesto de la Actividad Legislativa.
Este Presupuesto está dividido en cinco apartados diferentes : Cortes Generales, Congreso de los Diputados, Senado, Junta Electoral y Defensor del Pueblo, que a su vez dividen sus gastos en nueve Capítulos Diferentes.
Para hacer más fácil y sencillo al lector entender los gastos, los he dividido sólo tres conceptos, Gastos de Personal, Gastos, Corrientes y Otros.
El órgano más caro y con diferencia de los cinco mencionados es el Congreso de los Diputados, que ha pasado de costar casi 87 millones en 2020 a 97 millones en 2021, con una subida de los Gastos de Personal del 16,4 %, obviamente con el mismo número de Diputados. El gran incremento viene por el salario de éstos y los del Personal Eventual, que son todas las contrataciones de libre disposición de los Grupos Parlamentarios. Por tanto, el Congreso de los Diputados durante estos dos años nos ha costado 184 millones de euros, el 41 % del total del coste.
Los funcionarios de las Cortes son el segundo mayor coste de la Actividad Legislativa. Suman en estos dos años 119 millones de euros, de los cuales 107 millones son Gastos de Personal. El cuerpo de funcionarios de las Cortes representa el 26.5 % del coste de la Actividad Legislativa.
Sorprende también el elevado aumento de los Gastos de Personal (14,9 %), sólo entendible si ha habido un incremento del número de funcionarios no explicitado en ningún lugar de los PGE de 2021.
El Senado es el tercer órgano de mayor coste de nuestro sistema legislativo. Supone más de 112 millones de euros de coste. De nuevo la subida de los Gastos de Personal está muy por encima de la media en 2021 de cualquiera de las empresas privadas de nuestra economía.
El Senado, por lo tanto, representa el 25 % del coste de la actividad legislativa.
El Defensor del Pueblo ha significado un coste de 32 millones de euros en este período, en el que la voz de este órgano ha sido prácticamente nula a pesar de la pandemia, de los muertos en las residencias y de la discrepancia entre las cifras de muertos facilitados por el INE y por el Gobierno. Estos 32 millones en dos años ha sido cómo tirar el dinero a un sumidero.
Con el análisis de estos 4 órganos sumamos 448 millones de euros, que representan más del 99 % de los gastos del «sistema productivo» de nuestras leyes.
Desde el punto de vista de la maquinaria que ha producido leyes, estos dos años han sido realmente escasos. En el 2020 se han aprobado 43, de las cuales 28, el 65 %, son transposición de leyes europeas. Es decir: se ha hecho un corta y pega de la normativa europea y en los 4 primeros meses de 2021 sólo se han aprobado 12 leyes. Se estima que a finales de año se hayan aprobado otras 16, que están en trámite.
Suponiendo que efectivamente se aprueben este año 28 leyes, si le sumamos las 15 del año pasado, nos encontramos que cada ley nos ha costado 10.5 millones de euros, entre funcionarios, diputados, senadores, oficinas, ordenadores, tabletas, teléfonos móviles y toda la parafernalia que lleva encima la organización legislativa central de nuestro país.
La gran pregunta que deberíamos hacernos es si nuestro país puede gastarse 450 millones de euros en dos años para aprobar 43 leyes, tener 350 diputados, 265 senadores, cientos de empleados ayudantes y cientos de funcionarios o si se podría hacer lo mismo con la mitad de coste o incluso con un 75 % menos.
Quizás ha llegado la hora de aplicar una de las frases más conocidas del gran estadista inglés Winston Churchill: «Para mejorar hay que cambiar. Para ser perfecto hay que cambiar a menudo». Empecemos por cambiar.
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