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20 de abril de 2024

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la vicepresidenta, Nadia Calviño y el comisario Europeo, Paolo Gentiloni

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la vicepresidenta, Nadia Calviño y el comisario Europeo, Paolo GentiloniEFE

Economía

«El PIB no lo es todo»: La campaña del Gobierno para minimizar el suspenso económico

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, utiliza un foro con economistas para restar importancia al PIB como índice con el que medir el alza económico. Organismos como el FMI, entidades como BBVA Research y, ayer, el gobernador del Banco de España y la AIReF han congelado el optimismo del Ejecutivo

El Gobierno sigue defendiendo un alza del 6,5 % del PIB para 2021 y del 7 % para 2022. Lo hace, en contra de todos los pronósticos, que durante las últimas semanas han rebajado, en mayor o menor medida, el entusiasmo económico del Ejecutivo.
Tanto el FMI, como el INE o el BBVA Research han revisado a la baja sus previsiones para la economía española. El último organismo en enfriar el optimismo del Gobierno ha sido la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que el lunes rebajó con fuerza su previsión de crecimiento para la economía española al 5,5 % en 2021 y al 6,3 % en 2022, frente al 6,4 % y el 6,8 % estimado anteriormente.
Un pesimismo al que se unió también el Banco de España. Su gobernador, Pablo Hernández de Cos, aprovechó ayer su intervención en la Comisión de Presupuestos en el Congreso de los Diputados, para adelantar una caída en sus predicciones para el PIB español de este año.
Mientras, el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, se rodeaba de varios economistas como el Premio Nobel, Joseph Stiglitz o Comisario europeo de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni para rebajar la importancia del Producto Interior Bruto (PIB) como índice de referencia para medir el avance de las economías.
Tanto el líder del Ejecutivo, como la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, que también asistió ayer al «Monitoring the recovery: beyond GDP», apuestan por desarrollar índices nuevos, al considerar que es «difícil captar con una sola cifra los recursos de un país, sus infraestructuras o el sentir de los ciudadanos», con relación al PIB.
Lo cierto, es que dos días después de presentar el escenario macroeconómico para los Presupuestos Generales del Estado para 2022, Calviño vio como el Instituto Nacional de Estadística tumbaba todas sus cifras. El INE confirmó que la economía española no despegaba tanto como el Gobierno prometía. Según la estimación del organismo, la recuperación post pandemia tropezó en el segundo trimestre, lo que ha supuesto un resto en las cifras globales para 2021.

Las consecuencias de no cumplir

El entusiasmo económico del Gobierno puede tener consecuencias negativas. Moncloa ha ligado el recorte del déficit al crecimiento del PIB que recogen sus previsiones. Es decir, si no se cumplen los pronósticos, el déficit descarrilará y Bruselas redoblará su presión sobre España, lo que podría suponer un problema para la política expansiva en la que el Ejecutivo ha basado sus presupuestos.
Ante el temor a no cumplir con lo previsto, Sánchez y Calviño han reclutado a varios economistas, para tratar de restar importancia a un indicador –el PIB– que lleva utilizándose desde los años 30.
En el encuentro, Gentiloni ha pedido completar el termómetro de la economía con más métricas. El comisario europeo, ha viajado a España a revisar el cumplimiento de los compromisos a los que el Gobierno llegó con Bruselas a cambio de los fondos europeos.  
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