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29 de marzo de 2024

Panorama complicado para la industria

El panorama cada vez se complica más para la industria

Crisis energética

La subida de la luz amenaza con deslocalizar industrias en España

La Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía (Aege) ha percibido ya la posibilidad de que algunos de sus socios abandonen el país 

La Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía (Aege) está formada por 25 compañías industriales situadas en España. Su característica principal es el elevado porcentaje que el coste del suministro energético representa en su proceso productivo. Entre ellas están Acerinox, ArcelorMittal, FerroAtlántica, Ercros… Todas las grandes, y su situación es «muy preocupante», según afirma Fernando Soto, director general de Aege.
Soto reconoce que la espectacular subida del coste de la energía les «ha pillado desprevenidos». Para cubrirse de la gran volatilidad que hay actualmente en el precio de la luz necesitan unos contratos de suministro de medio y largo plazo de los que no disponen. «El mercado spot de futuros español adolece de una falta de liquidez tremenda. Se lo habíamos dicho muchas veces a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), hasta que en junio de este mes publicó un informe remarcándolo», indica Soto.
La consecuencia de la falta de contratos a medio y largo plazo y de la ausencia de liquidez tiene un efecto difícil de digerir: «A día de hoy nuestras asociadas solo tienen un 10 % de su consumo garantizado para el año que viene», señala Soto. Es algo que no ocurre en países como Francia o Alemania: sus empresas tienen asegurado el suministro gracias a que el 70-80 % viene de sus contratos bilaterales con las eléctricas, y solo el 20 % del pool (mercado energético en el que se compra y vende la luz cada día). En España la proporción es al revés, y la volatilidad que produce dispara los costes y tiene sus consecuencias.
Las más evidentes son que algunas empresas han parado su producción (ArcelorMittal); otras la han detenido algunas horas porque no necesitan más para su producción. «Y luego están los consumidores planos, que están consumiendo energía durante las 24 horas, 365 días al año. Algunos me han dicho que, si la situación sigue así, su negocio no es viable y el fantasma de la deslocalización empezará a pasearse por alguna fábrica», explica Soto.
Ante este panorama, no es de extrañar que desde Aege califiquen la situación como de «alta alarma». ¿Cómo solucionar el problema? Soto afirma que hay medidas que pueden llevarse a cabo: algunas no han llegado y otras tardarán. «Lo que estamos reclamando a corto plazo es que esos contratos bilaterales que han escaseado y cuando los han ofrecido estaban a precios disuasorios, con la que está cayendo, nos lleguen para final de año y para cubrir el año que viene a precios de coste de la tecnología hidráulica, nuclear o renovable: son precios competitivos, no tienen nada que ver con los del mercado eléctrico, que están muy contaminados por el precio del gas, y es la referencia que tenemos en Francia. Allí toda la industria tiene el coste de la tecnología nuclear francesa».
La web de Aege recoge una comparación realmente sangrante de costes energéticos entre empresas ubicadas en Francia, España y Alemania. 
Así se comparan los costes energéticas de España, Francia y Alemania

Así se comparan los costes energéticos de España, Francia y AlemaniaJordi Benítez

«En Francia el coste de las empresas con la nuclear es de 42 euros por megavatio/hora, tres veces menos de lo que pagan las empresas en España por el recibo de la luz. Es un referente que siempre pongo encima de la mesa para animar a las eléctricas a que promuevan contratos bilaterales pensando en estos costes, y en la medida de lo posible traten de mantener a estos grandes clientes. Si no lo hacen lo van a pasar mal, y sus suministradores eléctricos, también», indica Soto.
Según sus datos, la subida de la luz ha producido este año en las empresas ubicadas en España un sobrecoste de más de 1.500 millones de euros respecto a las compañías de Francia y Alemania. Esa cantidad no va a poder destinarse a retos del sector como la descarbonización. Resolver esta situación es clave para que nuestras empresas puedan competir y mantengan el empleo. 
Para lograrlo Soto piensa que cada uno debe hacer su parte: «Que las eléctricas renuncien a parte de sus ganancias a cambio de que las industrias puedan sobrevivir a este tsunami perfecto. Que el Gobierno actúe sobre las partes donde tiene capacidad normativa: los costes regulados, las ayudas de compensaciones por el CO2 o las exenciones a los peajes de transporte, que en otros países llegan a ser del 80 %. Llevamos años pidiéndolas y no llegan».
Si la situación no se soluciona, Fernando Soto no tiene dudas: los cierres de producción que han empezado por plantas siderúrgicas y de metalurgia no férrica, acabarán llegando a otras empresas. «No te quepa la menor duda. Será como un efecto dominó», concluye. 
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