Fundado en 1910

19 de abril de 2024

Alberto Garzón en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, en una rueda de prensa posterior al Consejo de MinistrosPool Moncloa

Reyes Magos

No, ministro Garzón: a los niños y a los fabricantes no hay que imponerles qué juguetes comprar

El intervencionismo se une a dificultades del sector como las cadenas de suministro, el aumento del precio de la energía o de las materias primas en una época en la que los clientes no pueden quedar defraudados

Una semana antes de la Navidad, el ministro Alberto Garzón presentó una guía para la elección de juguetes sin estereotipos sexistas, como si a los niños les interesara esta cuestión o como si no tuvieran unos padres que saben perfectamente lo que es bueno o malo para sus hijos. Como bien comenta a El Debate José Antonio Pastor, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), «criterios puede haber muchos, pero la gente es muy libre de comprar lo que considere más adecuado. El juguete no tiene sexo. No tiene estereotipos. Más bien son los adultos los que se los ponen. Los niños juegan a lo que les apetece y aprenden jugando. Otra cosa es que los padres filtren. Es un problema en sí de la sociedad, no del juguete».
Pastor tiene claro que harán lo que la Administración les diga, pero sobre todo sabe que a ellos les manda el mercado, que les somete a un gran escrutinio todos los años. La industria seguirá lo que le diga el mercado para poder sobrevivir, y los padres decidirán si a sus hijos les viene bien lo que dice Garzón o más bien todo lo contrario.
La manía intervencionista del Gobierno no deja de ser uno más de los factores que intervienen en la evolución de un sector que ya tiene muchos frentes de los que estar pendiente: los cuellos de botella en la cadena de suministros y el posible retraso en la llegada de los productos, el aumento del precio de las materias primas, la nueva ola de la pandemia... Todos les tienen con el alma en vilo, aunque la campaña parece que va bien: «Hasta noviembre, el consumo nacional ha crecido un 9 % respecto a 2020 y se mantiene más o menos igual que en 2019». Ahora bien: el 40-50 % de las ventas se produce en diciembre. En este mes verán si las ventas mejoran o empeoran respecto al año anterior a la pandemia.
Los problemas con las cadenas de suministro han hecho que se adelanten las compras. Noviembre ha sido fuerte, pero diciembre no ha empezado tan bien. Hay que esperar y ver si las ventas mejoran a lo largo de diciembre y Reyes
Los inconvenientes con los suministros llegaron a sembrar el pánico en la industria: «En mayo, junio y julio hubo muchas dificultades y retrasos. Los retrasos llegaron a ser de ocho semanas y estaba en juego la campaña de Navidad. Menos mal que los fabricantes y distribuidores lo vieron con tiempo», señala Pastor. 
Gracias a esta previsión no va a haber problemas de suministro con los juguetes: «No va a haber desabastecimiento. Puede que falte stock en algunas de las referencias más demandadas como ha ocurrido todos los años; quizá algo más este año. Puede que no se encuentre la muñeca que se busca, pero habrá múltiples muñecas entre las que se podrá elegir», asegura el presidente.
Es lo que puede ocurrir en un sector que desde los años 80-90 fabrica en China y el sudeste asiático. Sigue haciéndolo porque es muy difícil no hacerlo debido a los bajos costes, pero los problemas con el Covid han puesto sobre la mesa que quizá haya que replanteárselo en el futuro: «Puntualmente, alguna empresa española ha podido relocalizar algo, traerlo de vuelta. Habrá que ver si esta situación se mantiene. Con un aumento del 500 % en los fletes como ha habido, hay que plantearse si las empresas pueden asumirlo o han de buscar otras localizaciones», explica Pastor. 
De momento, la industria se está recuperando y va bien. Factura 1.600 millones de euros, de los cuales 600 millones son exportaciones. Esta segunda cifra es un 13 % superior a la de 2019, y es muy buena. Estos datos no quieren decir que no estén pasando dificultades. Por el lado de los suministros, por ejemplo, han pasado momentos en los que no había palets suficientes para comerciar con las mercancías: «Pedías 300 y te llegaban 30», sostiene Pastor. La relocalización no es posible en muchos casos porque en España no se fabrican chips: así de simple. Además, las compañías están sufriendo el aumento del coste de la luz: «De momento no han cerrado muchas empresas del sector, pero los márgenes se están estrechando, porque además no han subido los precios», avisa Pastor. 
La fabricación de los juguetes implica muchos procesos industriales. Los fabricantes pueden tener veinte o treinta suministradores, y en un sector tan delicado no vale cualquiera. Hay moldes, inyectados, un alto número de componentes diferentes que hace que se tenga que trabajar con mucha anticipación. Los productos que aparecen una Navidad se han fabricado dos años antes para poder presentarlos a los distribuidores en las ferias un año antes de ponerlos en venta. 
Las dificultades por las que ha pasado y está pasando el sector les hacen pensar que el Gobierno y Europa pueden ayudarles de distintas maneras. De entrada admiten que tienen un problema que les supera: la población cada vez envejece más, hay menos niños y su mercado se hace más pequeño. Más allá de este problema que implica una solución más profunda y a largo plazo, piensan que se les podría ayudar a desestacionalizar sus productos apoyando más el juego y el juguete. En cuanto a Europa, piensan que ha abandonado bastante al sector del juguete. Recuerdan que la industria no es solo la alta tecnología y las renovables, y que sería muy bienvenido un plan de apoyo a largo plazo de la industria del juguete. Piensan que se ve la industria del juguete como de baja intensidad, «pero es que el mundo del niño es así», y eso no hace que no les afecten los problemas de cualquier sector. Cuando un problema en el Canal de Suez para el comercio mundial dos meses, por ejemplo, lógicamente afecta también al juguete. Estiman que sería bueno apoyar a la industria antes de que no exista y produzca pérdidas de empleo o se deslocalice.
Mientras todo esto ocurre o no ocurre, los fabricantes miran con inquietud una campaña de Navidad en la que las muñecas volverán a ser las protagonistas: son habitualmente los juguetes más vendidos en el sur de Europa. Además el sector tratará de aprovechar las tendencias surgidas con el coronavirus. Los juegos para llevar a cabo en casa, como los puzzles o las manualidades, emergieron de nuevo y esperan que sigan estando de moda. 

Temas

Comentarios
tracking