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26 de abril de 2024

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, junto a la de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, junto a la de Asuntos Económicos, Nadia CalviñoEduardo Parra - Europa Press

Análisis económico

Sigue la fiesta de ingresos del Estado: 7.100 millones más en el primer trimestre

La inflación está haciendo de oro al Gobierno

Cada vez que pienso en el Ministerio de Hacienda, me viene a la cabeza el Conde Drácula y la novela de Bram Stoker. Esto no es de ahora. Ya con Montoro me pasaba a menudo, pero ahora con mi Mari Jose, cada vez que aparecen en mi mente, me entran escalofríos y me lleva al libro donde mejor se describen las necesidades físicas de un vampiro, que en definitiva no es otra cosa que chupar la sangre a sus víctimas.
Y lo cierto es que, cada día que pasa, este símil se acerca más a una realidad: Hacienda es un vampiro que nos está desangrando a todos los españoles. El Ministerio de Hacienda, que debería ser rebautizado como el Ministerio Vampírico, acaba de publicar el pasado 29 de abril la recaudación efectiva de los impuestos a todos los españoles que, de nuevo, han sido vampirizados por este Ministerio
Ya vimos en el artículo los fakes de Nadia Calviño: que con el cuadro macroeconómico que expliqué, el PIB había crecido un 0,3 % en precios constantes, pero había decrecido un 0,5 % a precios corrientes.
En ese artículo veíamos que el consumo privado estaba afectado y había decrecido un 0,8 %.
El decrecimiento del consumo por parte de las economías privadas puede venir provocado por dos razones. La primera porque existe miedo al futuro, y en lugar de gastar, se prefiere ahorrar, y la segunda porque las economías domésticas reciben menos dinero, o porque las retenciones por impuestos son mayores y/o porque los precios han subido más de lo habitual y se compra menos y se paga más.
Veamos primero qué ha pasado con los impuestos en el primer trimestre, y a continuación veremos lo que podría haber pasado si ese dinero hubiese llegado a los consumidores.
Entre enero y febrero de 2021 se recaudaron 36.673 millones de euros entre IRPF, IVA y el impuesto especial por hidrocarburos. En el mismo período de 2022 se produjo un incremento del 14,8 %, llegando a los 42.094 millones. El Ministerio de los chupasangres incrementó los ingresos para los «yonquis» del despilfarro en 5.421 millones de euros, o lo que es lo mismo, drenó la liquidez de las economías domésticas en esa cantidad.
Como no se tomó ninguna medida por parte de los miembros del Gobierno con colmillos desmesurados, la pérdida de liquidez ha continuado, y los españoles nos hemos seguido desangrando en marzo.
Si comparamos marzo de 2021 con marzo de 2022, la Agencia Tributaria ha conseguido pasar de recaudar 9.485 millones a ingresar 11.200 millones, un 18,1 % más. Alcanza con estos 3 impuestos la cifra récord de 53.294 millones de euros, que suponen 7.136 millones más que en el primer trimestre del 2021.
La subida del 15,5 % de la recaudación no se ha producido porque el Estado haya decidido subir las retenciones. Se ha producido por el efecto de la inflación.
A los trabajadores se les ha retenido por IRPF un 10,5 % más, a pesar de que la Encuesta de Población Activa demostró que el empleo había caído en 100.000 puestos de trabajo.
La recaudación del IVA creció un 21,3 %, consecuencia del 9,8 % de inflación en el primer trimestre y la recaudación de los impuestos especiales para los hidrocarburos subió un 19,2 %.
Los trabajadores de este país han visto reducida su capacidad adquisitiva en 7.136 millones de euros en un solo trimestre. De seguir así, nos llevará a finales de año a haber perdido 30.000 millones de euros de liquidez.
¿Qué podría haber pasado con el PIB si en lugar de chuparnos hasta la médula espinal y el tuétano, el Gobierno hubiese tomado medidas para que esa recaudación hubiese vuelto a manos de las familias? El consumo privado se hubiese incrementado en esa cantidad. Ese dinero hubiese ido directamente a sumar al PIB a precios corrientes. El PIB habría alcanzado la cifra de 324.986 millones de euros. Este incremento del consumo hubiese provocado que el PIB a precios corrientes hubiese crecido un 1,7 %, en lugar de bajar un 0,5 %, y al deflactar nos hubiésemos encontrado que el PIB a precios constantes tendría un crecimiento del 2,6 % que ayudaría a cumplir con las previsiones iniciales del Gobierno.
Pero como son muy burros y tienen un grupo de expertos más burros que ellos todavía, en lugar de favorecer la creación de riqueza y reactivar la economía han preferido quedarse con el máximo dinero posible de los españoles para poder gastar en futilidades, que, en lugar de generar riqueza, generan pobreza y aumentan la falta de eficacia y eficiencia de la Administración Pública.
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