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23 de abril de 2024

Los españoles ricos caen un 6,7% en 2020, según Hacienda

Los españoles ricos caen un 6,7 % en 2020, según Hacienda

Análisis

Impuestos hasta en la sopa, aunque sea lo único que vas a comer

¿Qué ha pasado para que el déficit sea sensiblemente mejor que el del año pasado a 30 de abril?

Hoy vamos a continuar con más datos del IGAE, Intervención General de la Administración del Estado, y vamos a analizar la situación a 30 de abril del 2021 con la de este año, que es sensiblemente mejor, sobre todo a nivel del déficit del Estado en estos cuatro meses del año y más comparado con el año pasado.
¿Qué ha pasado para que el déficit sea sensiblemente mejor que el del año pasado a 30 de abril?
Veamos los gastos:
Aló Moncloa, sorpresa, han bajado los gastos consolidados de las tres administraciones y me sorprende mucho que la que va de lista de la economía española no haya hecho ni una sola mención, o que el economista que preside este gobierno se haya callado y ni en el Estado de la Nación haya comentado nada.
Esto que estoy escribiendo, me obliga a investigar que ha pasado en la Comunidades Autónomas y en la Seguridad Social porque, aunque creo que estamos gobernados por los mayores incompetentes que he visto en la ya, mi larga vida, no me deja de asombrar que aquellos que nos mienten incluso con que no hubo confinamiento, o que nos faltan en las estadísticas casi 40.000 muertos por covid, no hayan aprovechado esta noticia para estar, todos los días en los medios de comunicación.
Veamos, donde están los ahorros con respecto al año pasado.
En las prestaciones sociales, que son la suma de las pensiones y del desempleo a abril, ha bajado con respecto del año pasado casi 1.000 millones de euros. Está claro que las pensiones han crecido, por lo tanto, el gasto por desempleo ha caído. Que pena, no tener estos datos desagregados, porque sería muy interesante saber cuánto ha sido la caída del gasto en desempleo.
Los salarios, que son la segunda partida, han crecido un 3,1 %. En principio, si los presupuestos generales del Estado se están cumpliendo, se ha aplicado una subida del 2 % a los empleados públicos y el resto debería ser gasto de nuevas contrataciones. Esta partida que supone una subida de 1.119 millones de euros ya equilibra la bajada de las prestaciones sociales.
Los consumos intermedios de los Organismos Autónomos, fundamentalmente, han crecido un 6,8 %, equivalente a 1.025 millones.
Los gastos corrientes, han crecido un 5,1 % y reflejan un incremento muy superior al presupuestado, porque en los PGE 2022, el cuadro macroeconómico de «Nada» Calviño, preveía una subida del 2 %. Por lo tanto, por esta partida nos hemos gastado 821 millones.
La partida que arregla el presupuesto es la de Otros Gastos de Capital, que ha bajado casi un 40 % y se ha reducido en 5.710 millones de euros. Todo da que pensar que los Organismos Autónomos de la Administración Central han necesitado menos dinero, en forma de ampliación de capital, que el año anterior.
Por otro lado, hay dos partidas preocupantes, porque no hay forma de controlarlas. Los intereses de la deuda se han disparado un 7,3 % en solo cuatro meses, lo que supone 587 millones, si recordamos que fue la subida de abril, la que realmente hizo subir este número, tenemos un espacio de preocupación.
Por último, las subvenciones crecen un 3,7 %, llegan en cuatro meses a 4.658 millones de euros y sumas 165 millones más que el año pasado.
En definitiva, nos hemos gastado entre las tres administraciones casi 3.000 millones de euros menos.
Veamos, como han evolucionado los ingresos y por lo tanto el déficit:
Todos los ingresos del Estado han crecido.
Los impuestos lo han hecho un 16 % y han supuesto 12.260 millones de euros más de ingresos.
Las cotizaciones sociales, al crecer el empleo, han crecido un 4,1 % más aumentado en 2.286 millones la recaudación.
La venta de bienes ha crecido un 4,4 %, por parte de los Organismos Autónomos, y ha supuesto un ingreso adicional de 234 millones.
Los otros gastos corrientes también han crecido en la partida de ingresos en 770 y los otros ingresos de capital han crecido un 30,5 % aportando 448 millones.
Por lo tanto, los ingresos de las tres administraciones crecen casi un 11 %, que equivalen a ingresar casi 16.000 millones de euros más, que añadidos a los 3.000 millones de euros de mor gasto, hemos reducido la partida de déficit a 7.892 millones de euros, frente a los 26.867 millones del año pasado.
Ante este resultado tan bueno e interesante, porque hay una mejora para el Estado del déficit y la necesidad de endeudamiento, la gran pregunta es ¿por qué el Gobierno no afloja en los impuestos y alivia a las familias españolas con una armonización del IRPF y una bajada en los impuestos de los carburantes?
Desde luego no tengo pruebas fehacientes de lo que voy a añadir a continuación y por lo tanto dejo el análisis económico y paso a un análisis de política económica:
  • El Gobierno sabe que viene una recesión y muy dura y por lo tanto tiene que mantener los ingresos como sea, mientras pueda.
  • Sabe que los gastos por prestaciones sociales van a dar la vuelta a partir de septiembre de forma rotunda.
  • Sabe que no hay más capacidad de ahorro en gastos de capital, sino que esta partida va a subir y de forma sustancial.
  • Los intereses en el segundo semestre se van a disparar.
  • Hoy con este cuadro de información puede pedir árnica a Europa y al BCE para que la fragmentación de la deuda sea viable para España y los intereses, aunque van a crecer sustancialmente, se van a poder financiar
Por todo ello, y seguro que por algún motivo más, Pedro Sánchez no quiere bajar los impuestos porque para poder hacerlo, tendría que tocar a la baja, salarios, prestaciones sociales, subvenciones , gastos corrientes y gastos de capital y su socio de gobierno no se lo permite.
Si la economía se frena, como todos los indicadores anuncian, se empieza a recaudar menos en impuestos y cotizaciones sociales que suponen el 90 % de los ingresos. Podemos volver a ir a una situación en donde Europa le va a exigir la toma de medidas inmediatas y eso supone la caída del gobierno.
Por eso está aguantando con su manual de resistencia en la Moncloa, a la espera de un desastre mundial, que le salve la cara y le permita continuar durmiendo en el colchón que se compró en junio de 2018, para que las miradas no se dirijan exclusivamente a él.
No importa que la Airef diga que la inflación está teniendo un impacto muy elevado en la capacidad de compra de los hogares y que muchos de ellos no llegan a fin de mes. Su mensaje a la sociedad es bien claro: «Impuestos hasta en la sopa, aunque sea lo único que vas a comer».
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