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28 de marzo de 2024

La ministra ha defendido la «prudencia» del Ejecutivo en cuanto a las previsiones contempladas en los Presupuestos Generales del Estado

La ministra ha defendido la «prudencia» del Ejecutivo en cuanto a las previsiones contempladas en los Presupuestos Generales del EstadoEuropa Press

Análisis económico

El caos de los Presupuestos de 2023

Las cuentas para 2023 implican un incremento del gasto, sin el salvavidas de las compras de deuda del Banco Central Europeo

acabo de terminar un análisis profundo del Presupuesto de Ingresos del Estado, en los Presupuestos Generales, comparado con los del año pasado y tal como me temía, antes de meterme a fondo en los números, me entran escalofríos.
Es cierto que esta mañana de octubre en que me pongo a escribir este artículo en la calle hay 13 grados, no ha amanecido todavía, pero mi reloj me dice que el día va a estar completamente nublado en Madrid y que no pasaremos de los 16 grados.
Y aunque estoy bien abrigado, todavía que recorren y de forma permanente estos escalofríos.
Me es muy difícil de entender que se presente un presupuesto de gastos con un incremento del 10,7 %, en donde se ha previsto que hay que salir a los mercados a por 97.557 millones de euros, un 43,2 % más que en el 2022, sabiendo que el Banco Central Europeo no nos va a poder comprar mucha deuda, en donde se han previsto en los gastos financieros solo un incremento de gastos del 3,6 %, cuando saben perfectamente que este monto va a crecer de forma sustancial. El Euribor la semana pasada ya llegó al 3 %. Con incremento de los salarios de un 3,5 % y del 8,5 % de los pensionistas.
Y a la vez hagan un presupuesto de ingresos que crece un 3,4 %.
Que nadie me malinterprete, esta subida del 3,4 % ya me parece disparatada y casi imposible de conseguir y es lo que veremos a continuación, pero cuando la diferencia entre ingresos y gastos declarado por el Ministerio de Hacienda en el libro amarillo y en el apartado presupuestos consolidados es de 193.000 millones, los escalofríos se convierten en un temblor casi convulsivo.
Y añado aquí el link por si alguien tiene el interés de ver que en la hoja 7 del documento del ministerio pone que la necesidad de financiación de este presupuesto es de 193.615 millones de euros, o lo que es lo mismo, la diferencia entre ingresos y gastos es de esa cifra.
En un artículo anterior analicé el Presupuesto de Gastos, el artículo fue publicado en este diario el pasado día 18 de octubre.
Hagamos el mismo esfuerzo en analizar las partidas de ingresos.
Empecemos con la primera partida de los ingresos que he querido diferenciar entre Impuestos Directos y Cotizaciones Sociales, para que así veamos por donde van las intenciones de este Gobierno.
Los Impuestos directos tienen intención de crecer un 8,6 %, que equivalen a crecer en 9.226 millones de euros. Debemos recordar que estamos en recaudaciones completamente atípicas, porque el Gobierno no ha querido retocar los tramos del IRPF para ajustarlos a la inflación, pero que esta va a bajar seguro. Además la economía va a entrar en recesión, al menos en los dos primeros trimestres del año, y que luego los optimistas apuntan a que terminamos el año con un 1 % de crecimiento en el mejor de los casos.
La economía española va a destruir empleos. La destrucción de empleos produce una caída enorme en la recaudación y este Gobierno hace un presupuesto de incrementar la recaudación en 9.200 millones, es apuntar al cielo en lugar de a la diana.
Pero si preocupante es la partida de los impuestos directos, más preocupante es el de las Cotizaciones Sociales.
Yolanda Díaz y el Sr. Sánchez acaban de intentar de meter un gol a los empresarios con una previsión de ingresos que crece en 15.730 millones de euros, lo que supone un incremento del 11,5 % sobre los ingresos presupuestados en el año anterior.
Intentar recaudar casi 16.000 millones de euros más a los empresarios, en plena crisis económica, es intentar que la mitad de las pymes que están «entre Pinto y Valdemoro», es decir, que les queda «cuarto y mitad» para cerrar, es simplemente darles el empujoncito para la quiebra.
Cuando al principio decía escalofríos, creo que ahora, si alguno ha llegado hasta aquí leyendo, el que siente los escalofríos es el lector.
Del resto del presupuesto de ingresos habla por si solo, casi todo en negativo.
Cuando un gobierno coloca las partidas de ingresos en negativo es porque espera malos resultados, espera que los Organismos Autónomos que el año pasado pensaban enviar al Estado 19.000 millones que casi los repitan. Que esos mismos Organismos que iban a devolver 19.500 millones en el 2022 en Transferencias de capital, este año devuelvan 3.276 millones menos y los mismos que devuelvan 9.230 millones menos en Activos Financieros.
Con estas cifras, el Gobierno sabe que viene muy duro el próximo invierno y la próxima primavera. Lo sabe porque no ha querido meterse a hacer conjeturas con su propia área y ha previsto casi 13.000 millones de ingresos menos.
La pregunta es porque se empecina en exigir a los trabajadores y a las empresas 25.000 millones más que los presupuestados ene el 2022, cuando sabe la que se nos viene encima.
Que es lo que quiere realmente este Gobierno.
A donde pretende llegar con estos presupuestos que, desde el principio, sabe que están mal y que van en contra de toda la naturaleza de la buena gestión.
¿Pretende «acongojar» a la CEOE, para que no de batalla en el Salario Mínimo Interprofesional que nos van a colocar en negociación en el mes de marzo, dos meses antes de las municipales y autonómicas?
¿Pretenden poner contra la pared al presidente de la CEOE, en la negociación de las pensiones, si es que al final Escrivá negocia algo?
¿Quiere ir preparando a los sindicatos para que movilicen la calle, cuando empiece el baile de cierre de empresas por la mala gestión del gobierno de la nación, acusando a la CEOE, de querer derribar a un gobierno elegido por las urnas?
¿Quiere este gobierno generalizar una ruptura entre las dos Españas, inventadas por el Gobierno, en la que los ricos son los que votan a la derecha y los pobres los que lo hacen a la izquierda?
Yo creo que sí, que quieren todo eso y más, pero casi prefiero que me lo confirmen, o no, los lectores.
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