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24 de abril de 2024

La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, entrando en el Congreso, en una imagen de archivo.

La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, entrando en el Congreso, en una imagen de archivoEFE/Mariscal

Las mentiras y las prisas detrás de las ayudas del Gobierno a los hipotecados

La banca aclaró desde el principio que el acuerdo no estaba cerrado, y el Banco de España desconocía detalles que el Gobierno filtraba

El Gobierno consiguió cerrar en la medianoche del lunes al martes los últimos detalles de sus ayudas a los hipotecados, y unos minutos después ya estaba la noticia en Internet y en la web de El Debate: unas prisas sorprendentes teniendo en cuenta que el Gobierno, el Banco de España y la banca llevaban seis semanas hablando sobre la cuestión. ¿Por qué tantas prisas?
El supuesto acuerdo podría haberse anunciado tranquilamente al día siguiente, quizá en una rueda de prensa conjunta con la banca para dar más verosimilitud a la iniciativa, pero el Gobierno decidió hacerlo así. Proporcionaba de este modo un foco informativo más que desviaba la atención de las polémicas cuestiones que rodean al Ejecutivo de Sánchez estos días (ley del sí es sí, eliminación del delito de sedición, cesiones a los independentistas en los Presupuestos) y pasaba la presión a la banca, que tendría que contestar y posicionarse ante la iniciativa del Gobierno. Cuanto más beligerante fuera la respuesta, mejor para Sánchez y Calviño: más clara estaría la «maldad» de la banca, que no apoya a los más vulnerables, mientras que el Gobierno sí lo hace. Populismo barato en busca de votos.
La banca, que está repleta de directivos inteligentes, lógicamente no entró a este cebo. En la mayoría de los casos eludió pronunciarse ayer sobre las ayudas a las hipotecas anunciadas por el Gobierno, salvo en el caso del consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, que dijo que no firmaría el acuerdo con el Ejecutivo si no ve «un mercado hipotecario sano y sólido».
La mañana de ayer estuvo repleta de sorpresas. Desde El Debate llamamos hacia las 12 a la Asociación Española de Banca (AEB), representante de la banca en las negociaciones con el Gobierno, para preguntar sobre el acuerdo presentado por el Ejecutivo de Sánchez la noche anterior: «No está cerrado», nos dijeron, dos horas antes de presentarlo el Gobierno. «Cuando esté cerrado, os lo enviaremos», añadieron.
Antes se produjo otra situación aún más llamativa. A las 11 de la mañana aparecía un teletipo de la Agencia EFE en el que se anunciaba que el Banco de España iba a elaborar una guía fácil con las medidas hipotecarias, «ejemplos específicos de supuestos deudores en diferentes situaciones y las alternativas a considerar». Como el Banco de España tiene un departamento de prensa muy profesional, que siempre envía este tipo de informaciones por anticipado a todos los periodistas de su base de datos a la vez y no había enviado nada a este respecto, les llamamos para preguntarles si la información era cierta: «Primera noticia», nos respondieron. El Gobierno decide por anticipado lo que el Banco de España tiene que hacer y la Agencia EFE y quienes leen su comunicado se enteran de ello antes que el propio Banco de España.
Como se ve, lo que en la madrugada se vendía como un acuerdo por el Gobierno no era reconocido como tal por la banca a la mañana siguiente ni se conocía en detalle por el Banco de España.
Ahora la pelota está en el tejado de la banca, que seguramente acabará haciendo lo que ha hecho siempre: cuando ha tenido que renegociar hipotecas con sus clientes, ya lo ha hecho alargando los plazos o del modo que vieran oportuno. Por eso el anuncio del Gobierno tiene más visos de ser otro gancho de marketing para captar votos que una medida que realmente vaya a llevarse a cabo en los términos que se plantean; más aún teniendo en cuenta, como dicen algunos expertos conocedores del proceso, que en España no hay un millón de hogares vulnerables, como dice la ministra Calviño. Sería como decir que nada menos que el 20 % de los hipotecados es vulnerable. Mientras tanto ella contribuye a la propaganda diciendo a la banca que tiene que «arrimar el hombro», y Echenique le hace contrapeso diciendo que las medidas se quedan cortas. Por otro lado las medidas propuestas por el Gobierno penalizan a quienes en su día pagaron más contratando una hipoteca fija para cubrirse de los tipos de interés, pues cerca del 100 % de los beneficiarios de las ayudas tendrán hipotecas de tipo variable.
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