La responsable de cuadrar ingresos y gastos es María Jesús Montero, ministra de Hacienda.
Análisis económico
El Estado cuesta hasta septiembre 415.554 millones sin contar ayuntamientos y diputaciones
Cuando los ingresos caigan, que van a caer dentro de nada, volveremos a cifras inaguantables de déficit
La Intervención General del Estado ha publicado, como todos los meses, los resultados no financieros, consolidados de la Administración Central del Estado, la Seguridad Social y las Comunidades Autónomas.
Los resultados no financieros quieren decir que no se suman en los gastos ni en los ingresos los activos y pasivos financieros, que es lo mismo que decir que no contamos en estos gastos nada correspondiente a la amortización de deudas y/o a la emisión de nuevas deudas.
Con estos datos lo que tenemos, por decirlo de una manera sencilla, son los resultados de estas tres administraciones en conjunto, quitando las duplicaciones entre ellas.
Pongo un ejemplo. Si la Administración Central del Estado envía 27.000 millones a la Seguridad Social para que esta no tenga que endeudarse, en la contabilidad de la Administración Central esta transferencia es un gasto, y en la contabilidad de la Seguridad Social, es un ingreso. Lo que se hace en la consolidación es quitar estos movimientos para evitar que los gastos y los ingresos estén aumentados, aunque el resultado sea el mismo, al netear toda la información.
Con estas cifras nos encontramos con que todo el conjunto de administraciones ha superado ya la cifra de los 400.000 millones de euros, incrementándose en un 1,8 % con respecto al 2021 en septiembre y cifrando la cantidad de 415.554 millones que vuelve a ser una cantidad nunca antes alcanzada.
Por otro lado, los ingresos consolidados no han llegado a los 400.000 millones, se han quedado en 394.608 millones y crecen un 12,4 % con respecto a la misma fecha de 2021.
Veamos cómo ha quedado la Contabilidad Nacional de acuerdo con los datos de la IGAE.
Lo primero que podemos observar es que, como ya sabemos, los impuestos que se contabilizan para estos tres organismos suman 215.697 millones de euros, que significan 30.450 millones de euros más en impuestos que en 2021, lo que implica que esta partida ha crecido un 16,4 %.
La segunda partida en importancia son las cotizaciones sociales, que pasan de 127.613 millones a 133.590 millones con un incremento del 4,7 %, que nos está indicando una ralentización en los ingresos por este concepto. Está claro que en estas cuentas todavía no ha aparecido el efecto fin de verano, ni sé todavía si se están viendo afectados por los fijos discontinuos que no trabajan, pero no buscan empleo, porque es el cierre de septiembre, pero a medida que avancemos en los resultados finales del año, veremos cómo el crecimiento de la partida de cotizaciones sociales va reduciendo poco a poco su crecimiento.
La tercera partida en importancia es la de otros ingresos corrientes, que son Ingresos procedentes de los Organismos Autónomos que consolidan con la Administración Central del Estado y que por sus actividades transfieren fondos a la Administración Central. Esta cifra ha crecido en valor absoluto lo mismo que las cotizaciones sociales y ha pasado de 17.872 millones a 23.832 millones, lo que supone aportan un mayor ingreso en valor absoluto de 5.960 millones y crecer un 33,3 %.
La partida de venta de servicios crece 1.14 millones y la de ingresos de capital crece 116 millones. En total los ingresos crecen en nueve meses la impresionante cifra de 43.643 millones de euros.
Visto desde el punto de vista de los gastos, la principal partida que es la de las Prestaciones Sociales, donde se incluyen tanto las pensiones como el paro y cualquier otra, como el ingreso mínimo vital.
Como podemos ver esta cifra ha llegado a los 190.800 millones y por primera vez en el año es positiva: es decir, que nos gastamos más que el año anterior. Todos los meses anteriores esta partida era menor que el año anterior, fundamentalmente por la caída del paro, pero al tornarse en positivo, es la cara opuesta a los ingresos que no crecen tanto en las cotizaciones sociales.
La partida que más crece en los gastos es la de Intereses, que aún está siendo moderada. Los intereses están ya creciendo un 17,3 % y nos han costado 3.229 millones de euros más que el año pasado. Lo vamos a notar más todavía en los próximos meses.
Las subvenciones a familias e instituciones también están subiendo de forma importante y es otro indicador de que el sistema se para y hay que engrasarlo con subvenciones para que no se produzca malestar social.
Los salarios crecen un 3 % y se colocan en nueve meses en casi los 10.000 millones de euros al mes.
Lo que llama mucho la atención es que la inversiones se han parado, al bajar los Otros gastos de capital en nada menos que 9.133 millones.
Es muy preocupante que la única partida que hay para hacer frente a las inversiones públicas se ralentice justo en el momento en que acecha la crisis.
Gracias a la bajada de estos 9.000 millones de euros, los gastos suben solamente un 1,8 % y se van a los 415.554 millones de euros.
En definitiva, gracias al espectacular incremento de los ingresos del 43.643 millones en lo que va de año, el déficit no financiero es de 20.946 millones de euros.
Por desgracia, somos un país tremendamente mal dimensionado, creciendo los ingresos con respecto a 2021 en 43.000 millones. Ni así podemos equilibrar las cuentas no financieras de nuestro Estado, sin contar los Ayuntamientos y las Diputaciones.
Cuando los ingresos caigan, que van a caer dentro de nada, volveremos a cifras inaguantables de déficit.
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