Fundado en 1910

24 de abril de 2024

Un puesto de fruta.

Un puesto de fruta.Isabel Infantes - Europa Press

Análisis económico

La inflación de los alimentos sigue casi en el 18 % en la Unión Europea

La realidad es que a Europa le queda un profundo trabajo, y en especial al Banco Central Europeo, para rebajar la inflación

Eurostat acaba de publicar los datos definitivos sobre la inflación en la Unión Europea. Lo que parece una buena noticia es que llevamos dos meses seguidos bajando la inflación. En octubre los precios se habían incrementado en los 27 países una media de un 11,5 %. En el mes de noviembre cayeron a una inflación anual del 11,1 % y en diciembre han vuelto a bajar hasta el 10,4 %.
Esto significa que poco a poco, demasiado despacio para mi gusto y el de otros muchos economistas, las medidas del Banco Central Europeo están empezando a tener resultados.
Hay que recordar que, desde que los bancos centrales toman medidas como subir los tipos de interés, se tardan de 3 a 6 meses en empezar a notarse que las medidas surten efecto.
Hay que recordar que la primera medida en la UE la toma el Banco Central en julio de 2022, y que de nuevo han sido 5 los meses que han tenido que pasar para que las medidas empiecen a notarse. En julio la inflación terminó en un 9,8 % y, por lo tanto, los efectos de las medidas tomadas no nos han hecho volver ni siquiera al punto de partida de cuando se tomó la medida.
Es más, el 31 de diciembre de 2021, la inflación en la Unión Europea era de un 5,3 % de media y tendría que haber sido en ese momento cuando se hubiesen subido los tipos y no esperar 6 meses que nos llevaron a ese 9,8 % fatídico de julio, pero que al malvado IPC le permitió llegar al 11,5 % en octubre.
La realidad es que a Europa le queda un profundo trabajo, y en especial al Banco Central Europeo, para rebajar la inflación. Pero si, además, en lugar de mirar el IPC general, miramos el subíndice de la Alimentación y bebidas no alcohólicas, nos daremos cuenta del esfuerzo que queda a Europa, incluida España, para poder cantar victoria.
Mientras que veíamos que el Índice General de Precios parece que se ha dado la vuelta, los alimentos todavía están reacios a bajar. En julio este subíndice estaba en un 12,8 %, pero hasta noviembre ha seguido subiendo y llegó al 17,9 %, y en diciembre ha bajado al 17,8 %, pero todavía no podemos decir que se ha dado la vuelta y, en cualquier caso, está muy lejos del 12,8 % de cuando se empezaron a tomar medidas.
Además, no hay que olvidar que, el 31 de diciembre de 2021, los precios de la alimentación solo habían subido un 4,3 % de media en la UE.
Veamos cómo están los países miembros con respecto a este subíndice tan importante en la vida diaria de más de 440 millones de habitantes de la Unión.
Así, tenemos que la inflación media en la UE, a finales del 2021, era de 4,3 %; en la zona euro, en ese momento, era algo inferior y se quedaba en un 3,5 %. Hoy la zona euro sigue estando por debajo y se ha quedado en un 16 %, mientras los 27 están en un 17,8 %.
No hay ni un solo país por debajo de los dígitos de inflación. El mejor país es Luxemburgo, que está en un 11 %, mientras Irlanda está en un 11,9 % y Chipre en un 12,6 %.
De los grandes, Francia es el mejor con un 12,9 %, seguido de Italia con un 13,2 %. España es el tercero de los grandes con un 15,7 %, Países Bajos con un 16,8 %, Alemania con un 19,5 % y Polonia que tiene un 20,5 %.
El gran problema de los precios de los alimentos lo tienen, sin ninguna duda, Letonia, con un 29 %; Estonia, con un 29,6 %; Lituania, con un 33,3 %, y Hungría, que está con un 47,9 % de inflación y, o se le ayuda o a medio y largo plazo el problema será mayor para toda la UE.
Estos datos nos demuestran de nuevo lo fácil que es entrar en un proceso inflacionario y, si desde el primer momento no se ataca el problema, este se vuelve crónico y luego es mucho más difícil de resolver.
Cuando la Unión Europea decide crear la moneda única, crea primero la institución financiera para ser la responsable de la política monetaria, y en 1998 se crea el Banco Central Europeo, que como primer objetivo tiene que evitar el que la Unión Europea no supere el 2 % de inflación y el segundo es defender el euro de los ataques monetarios de otras monedas.
Si en diciembre de 2021 había motivos suficientes para actuar, porque tanto los alimentos como el IPC general había multiplicado por 2 al menos el umbral de entrada del BCE, no se entiende por qué no lo hizo.
Ahora lo que nos queda es que no afloje en enero y suba al menos otros 50 puntos y coloque el tipo de interés en un 3 %, que los mercados ya tienen descontados, pues el Euribor hoy está en un 3,339 %. Además, deje de comprar deuda, y, es más, ataque con venta de deuda como ha hecho la Reserva Federal de los Estados Unidos, que ha permitido bajar la inflación de los Estados Unidos del 9,1 % al 6,5 % y con los precios de los alimentos en el 10,1 %.
La poli crisis anunciada en Davos para los próximos meses viene tremendamente afectada por el retraso de los bancos centrales de atacar el problema de la inflación, pues cuanto más alta es, más duras son las medidas, más hay que parar el consumo y más tiempo lleva en bajar la misma.
Esperemos que, a Powell y a Lagarde, no les dé por ponerse a silbar hasta que no hayan completado su trabajo.
Comentarios
tracking