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20 de abril de 2024

Un camarero atiende a varios clientes en la terraza de un bar en Palma de Mallorca

Un camarero atiende a varios clientes en la terraza de un bar en Palma de Mallorca

La subida salarial media fue del 3,33 % en 2022

Algo me dice que la alegría que tenía Hacienda en 2022 se puede tornar en llanto

El Ministerio de Hacienda publica una estadística de ventas, salarios y masa salarial obtenida a partir de las declaraciones de IVA, IRPF e impuesto de sociedades que todas las empresas españolas elaboran.
Las grandes presentan sus declaraciones de forma mensual y las pequeñas de forma trimestral así que cada mes se obtiene una visión de lo que está sucediendo en las compañías del país, cuyas ventas en enero habían caído un 1,1 % con respecto al mismo mes de 2022 a pesar de la inflación y que el año pasado habían crecido las ventas totales un 7,5 %.
Hoy vamos a revisar como se han comportado los salarios medios y la masa salarial comparada con respecto a 2021. El primer objetivo que tiene este análisis es comprobar si los salarios han tenido algún efecto inflacionario o simplemente se han ajustado lo que han podido por el efecto «temor a la crisis». Si vemos que la masa salarial crece más que los salarios medios podremos asumir que se ha creado empleo y, en caso contrario, que se ha fomentado el paro.
Esta información que facilita el Ministerio a través de web sirve para tener indicadores coyunturales de cómo está yendo la economía de país. Por eso la preocupación que manifesté con respecto a los resultados de enero de las grandes empresas de este país cuando expliqué los resultados de las ventas de nuestras grandes organizaciones.
Con respecto a 2022, podemos decir que la masa salarial creció un 13,46 %, mientras que los salarios medios lo hicieron un 3,33 %; es decir, se confirma que el año pasado se creó empleo con respecto a 2021, dado que la masa salarial creció 10 puntos por encima del salario medio.
Lo primero que podemos ver es que la subida de la masa salarial del 13,46 % no fue ni mucho menos igual para cada uno de los grandes sectores productivos de este país.
Así tenemos que el sector primario creció un 6,43 %, por debajo de la industria, que la masa salarial creció un 8,04 %, la del sector de construcción y actividades inmobiliarias, lo hacía un 8,91 % y el sector servicios se vino completamente arriba y su masa salarial subió un 15,95 %.
En definitiva, para crecer un 7,5 % en 2022, las grandes empresas se vieron obligadas a contratar más personas que produjeron menos en comparación que la venta total.
El problema de nuestro sistema productivo no estuvo en la subida salarial, sino en la contratación de trabajadores, que con los incrementos de nóminas se produjeron bastantes menos ventas generando un gap negativo de 6 puntos de bajada en los márgenes comerciales por los costes empresariales de las nóminas.
Por otro lado, los salarios, que solo crecieron un 3,33 %, muy por debajo de la inflación media, sufrió unos ajustes, diferentes por sectores.
En la agricultura, ganadería y pesca los salarios medios crecieron un 7,08 %, que fue el ajuste más significativo en subida media, seguida de la construcción que creció un 3,87 %, la industria que lo hizo en un 3,81 % y la parte que menos subió fueron los salarios medios de los servicios, a pesar de que la masa salarial de los mismos se disparó casi un 16 %.
Las conclusiones que podemos sacar de todos estos datos son que la subida media de los salarios no produjo inflación y por lo tanto este componente tan importante, no tuvo nada que ver con los resultados inflacionarios de España, al revés, los salarios medios perdieron poder adquisitivo.
Pero por el otro lado de la moneda, la creación de puestos de trabajo no ha ido acompañada en absoluto el mantenimiento de la productividad, esta ha bajado significativamente. Se crece en ventas un 7,5 % y se crece en salarios un 13,5 % implica que los márgenes reales de venta de las empresas españolas perdieron, en la parte de costes de producción por el apartado económico de gastos de personal, 6 puntos, que al no disponer del resto de los gastos de las compañías no sabemos si las empresas fueron capaces de ajustar sus gastos para mantener sus márgenes.
Pero mucho me temo que, si pensamos que la inflación sube un 8,5 %, las ventas solo un 7,5 % y los gastos de personal suben un 13,5 %, los beneficios empresariales en España han tenido que caer de forma sustancial. Por lo tanto, la recaudación del impuesto de sociedades que se fue recaudando a cuenta durante 2022 ha sido una losa más para los empresarios y lo va a ser este año para Hacienda.
Va siendo ya necesario empezar a tener datos de cómo se ha cerrado provisionalmente el año, tanto en ingresos como en gastos, para conocer enero y febrero. Algo me dice que la alegría que tenía Hacienda en 2022 se puede tornar en llanto y, con la barbaridad de gasto presupuestado, podemos empezar un año en el que la Comisión Europea nos tendrá que llamar la atención –además del BCE, que ya nos tiene muchas ganas–.
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