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El presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, y su director general, Gregorio Izquierdo.

El presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, y su director general, Gregorio Izquierdo.

La incertidumbre política ya está frenando la inversión en España, según el Instituto de Estudios Económicos

Recuerdan que el gasto público ha aumentado un 20 % desde el año 2019

La incertidumbre política es uno de los factores que está frenando la inversión en España, según el Instituto de Estudios Económicos (IEE). «A pesar de un contexto favorable en tipos de interés y acceso al crédito, las empresas muestran escasa propensión a invertir, especialmente en sectores tradicionales. Esta debilidad estructural responde a una combinación de incertidumbre política, baja rentabilidad esperada, problemas de competitividad frente a China y reorganización industrial», indican.

El frenazo en la inversión es el aspecto más preocupante de la economía española en la actualidad. La formación bruta de capital fijo registra un avance muy limitado, apenas un 4,8 % por encima de los niveles de finales de 2019. «La inversión en bienes de equipo y en capital productivo sigue siendo el talón de Aquiles del crecimiento», afirman desde el IEE. «La utilización de la capacidad instalada ha disminuido y la falta de opciones claras de inversión en un contexto tan incierto frena las decisiones de inversión a medio plazo», añaden.

Frente a ello, el IEE ha destacado también el buen comportamiento reciente de la economía española. Afirman que la economía española ha mantenido en los últimos años una trayectoria de crecimiento destacada en el contexto europeo, consolidándose como una de las economías más dinámicas de la eurozona, gracias al dinamismo del consumo privado, al empuje del sector exterior, especialmente el turismo, al soporte de las políticas europeas, incluidos los fondos europeos, y a la política fiscal expansiva. Sin embargo, el año 2025 marca un punto de inflexión en esta trayectoria, caracterizado por una progresiva ralentización de los ritmos de crecimiento y el incremento de riesgos globales que amenazan con alterar el equilibrio alcanzado.

Además, el elevado grado de incertidumbre existente en España va a afectar negativamente al comportamiento del sector exterior, que puede incluso drenar crecimiento al PIB, y a la inversión empresarial, dado que el entorno geopolítico, inclusive el nacional, no va a favorecer la puesta en marcha de nuevos proyectos empresariales.

Los riesgos para la economía española provienen del contexto internacional, por la política arancelaria de EE. UU. con Europa, que es el que más va a afectar a la economía española.

En el ámbito interno, el IEE cree que los riesgos pueden venir del desequilibrio fiscal, al tener una elevada deuda pública; un mayor gasto corriente, sobre todo, en pensiones, que alcanza ya el 12,4 % del PIB, por encima de la media de la Eurozona; y un déficit estructural que supera el -3% del PIB. «Por lo tanto, el margen de maniobra es escaso, sobre todo, si se diese una desaceleración de la actividad pronunciada o turbulencias en los mercados financieros internacionales», apuntan.

En este contexto, el escenario central que anticipa el IEE es un avance del PIB del 2,3 % para 2025, que se va a moderar hasta el 1,8 % en 2026. «Se prevé que, durante este periodo, la composición del crecimiento cambie: el sector exterior pierde dinamismo, la inversión empresarial se mantiene débil y el consumo privado se afianza como pilar fundamental del crecimiento», señalan.

El consumo de los hogares españoles se ha acelerado a lo largo de 2024 y el primer trimestre de 2025, gracias al aumento del empleo, de la renta disponible y a la moderación de la inflación y de los tipos de interés. Por su parte, el consumo público (gasto público) es el componente que registra un mayor avance desde antes de la pandemia, superando en casi un 20 % sus niveles de finales de 2019 y continúa registrando crecimientos significativamente superiores al PIB.

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