Mantener la puerta del frigorífico abierta aumenta el consumo de energía
Cuando el frigorífico calienta la factura de la luz
Es el gran desconocido del consumo energético y el electrodoméstico que interviene en el ahorro potencial de electricidad
Hay una serie de electrodomésticos en una vivienda que por sus características consumen una gran cantidad de energía. Es tan importante saber elegir uno de alta eficiencia energética como cuidar el uso que hacemos para que la factura de la luz no se dispare.
Frigorífico
El frigorífico funciona las 24 horas de día y los 365 días al año. Su consumo energético representa el 30 % del gasto en energía de una familia al año. Pero no es algo de lo que podamos prescindir en una vivienda. Desde el día en el que el usuario compra y enchufa la nevera hasta el momento en el que decide cambiar de modelo no hay descanso para ese electrodoméstico que nunca duerme.
Jesús Urbieta es ingeniero industrial y fundador de la startup Soliluz. Se dedica a asesorar a pymes, comunidades de vecinos y particulares a entender su consumo energético para ahorrar en la factura. Uno de los grandes problemas con los que se encuentra es, precisamente, el frigorífico. «Hemos observado que entre las 2:00 y 6:00 una vivienda puede consumir 75 Wh. En este consumo mínimo intervienen el frigorífico, el termo eléctrico y los consumos fantasmas», comenta. Urbieta aconseja que «los que tengan que cambiar de frigorífico deben invertir en uno de buena eficiencia. Para los que ya tienen uno, siempre pueden optar por bajarle la potencia porque en realidad no necesita enfriar tanto». Según la OCU la nevera puede estar a 4 °C y el congelador a -18 °C.
Con la nueva etiqueta energética hay que tener cuidado. La antigua A+++ podría pasar a ser C, en lugar de la nueva A porque los productos son cada vez más eficientes. En todo caso, siempre hay que optar por elegir productos que estén entre la A y la C. Su precio puede ser algo mayor, pero a la larga reducirán mucho la factura de la luz.
Lavadora
Otro de los electrodomésticos con mayor consumo es la lavadora. Puede llegar hasta un 12% del total anual. Al margen de un modelo A, B o C de entrada, también es importante ajustar su uso. Programas cortos y lavados en frío son una buena solución porque la mayoría de las veces la ropa no está sucia y solo necesita agua y jabón.
También hay que valorar cuándo se necesita un lavado con a más de 30 °C que es cuándo aumenta el gasto de calentar el agua.
Televisor
El consumo del televisor es el que más varía por su uso. Si los electrodomésticos anteriores tienen que utilizarse obligatoriamente, con la tele no pasa lo mismo. El famoso piloto rojo o standby no supone un gasto excesivo, aunque muchas marcas han conseguido que la luz no se encienda una vez que lo apaguemos.
La clave es la etiqueta energética. Pero en este caso depende del panel que tengan montadas. Un LCD consume hasta un 40 % que los televisores de LED.
Horno
Hasta la llegada de las freidoras sin aceite, el horno hacía las veces de calentar por aire caliente. Eso supone un consumo anual del 8 % del total. Otra vez hay que pensar en la etiqueta, pero también es importante saberlo utilizar correctamente utilizando los programas adecuados, por ejemplo.
Jesús Urbieta aconseja «utilizar el calor residual para terminar de preparar el alimento» apagándolo antes de consumir el tiempo total. Tampoco es conveniente abrirlo mientras se cocina porque eso rebaja la temperatura y provoca que el motor tenga que emplearse a fondo para subir los grados de nuevo.
Ordenador
Los ordenadores se cuelan entre los electrodomésticos de más consumo por el teletrabajo. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) pueden llevarse hasta 7 % de la factura de la luz anual. Si hace años se dejaban encendidos descargando películas, ahora es el turno de minar criptomonedas. Los que trabajan en casa suelen mantenerlo activo casi todo el día. Lo más conveniente en apagar el monitor y controlar el standby de los periféricos como la impresora si no se utilizan.
Los nuevos modelos con discos duros sólidos y pantallas LED consumen menos energía porque no llevan ventiladores y evitan el calentamiento de sus componentes.
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