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20 de abril de 2024

LA EDUCACIÓN EN LA ENCRUCIJADAISMAEL SANZ

Las críticas a la propuesta de la ampliación de la enseñanza obligatoria hasta los 18 años

Implementar políticas educativas sin contar con los profesores y profesoras puede llevar al fracaso a cualquier iniciativa, por muy buenas intenciones que contenga

Actualizada 10:41

El pasado 21 de marzo puse un tuit en mi cuenta sobre el artículo anterior en la sección de El Debate 'La Educación en la encrucijada', de Francisco López Rupérez. En concreto, señalaba que «la ampliación de la enseñanza obligatoria hasta los 18 años, si está bien concebida y bien implementada, constituiría una medida efectiva de equidad».
El tuit ha tenido 48.500 visualizaciones hasta el día de hoy, con 39 retuits. Pero también tuvo 21 respuestas, muchas de ellas críticas con la propuesta de extender la enseñanza obligatoria hasta los 18 años. En general, los comentarios se centraban en que hay alumnos y alumnas que llegan hasta los 16 años en los centros educativos con poco interés en los estudios, y algunos de ellos crean interrupciones en clase que pueden perjudicar al resto de sus compañeros. También mencionaban que la propuesta, que yo siempre he apoyado, es propia de personas que no conocen la realidad y el día a día de los institutos y centros educativos en España.
Es positivo generar debates sobre posibles medidas educativas. Los comentarios recibidos son de gran interés para diseñar esta posible medida educativa, pues reflejan el sentir de docentes que llevan a cabo su profesión en los centros y cuya opinión tiene que ser tenida en cuenta. Implementar políticas educativas sin contar con los profesores y profesoras puede llevar al fracaso a cualquier iniciativa, por muy buenas intenciones que contenga. La constatación de que la extensión de la enseñanza obligatoria hasta los 18 años concita una opinión negativa en algunos docentes tiene que servir para proponer una modulación en la iniciativa, de modo que fuera una medida que se llevara a cabo con una implementación gradual. Por ejemplo, se podría comenzar por ampliar la enseñanza obligatoria en alguna zona geográfica delimitada, de modo que se pudiera estudiar y analizar con detenimiento y sin prisa las ventajas y desventajas de la propuesta.
Es verdad que, en el corto plazo, la extensión de la enseñanza obligatoria a los 18 años puede generar disrupciones en las aulas y centros educativos en donde hay un mayor número de alumnos y alumnas que llegan ya actualmente a los 16 con poco interés, como ocurrió con la ampliación de los 14 a los 16. Sin duda, la iniciativa de la ampliación tendría que ir unida a la apuesta decidida por los itinerarios desde 3º de la ESO, una mayor dotación de docentes en FP Básica (reduciendo la ratio de estudiantes por clase actual), un incremento en la oferta de FP Media, ahora mismo algunos jóvenes se quedan sin plaza en este nivel educativo, en los ciclos con mayor inserción laboral. Incluso también se podría estudiar algunas medidas nuevas como el desarrollo de Institutos públicos de especialización deportiva, como los que existen en la Comunidad de Madrid. El deporte es un instrumento que ofrece muy buenos resultados en el sistema educativo de EEUU para mantener motivados a jóvenes cuyo desempeño académico no es bueno hasta llegar a la Universidad.
El fundamento de la propuesta de extensión de la enseñanza obligatoria hasta los 18 años se basa en varios defectos del sistema educativo español que perjudican especialmente a los jóvenes de familias desfavorecidas. Entre ellos se encuentra que el 27,7 % de los jóvenes españoles de entre 25-34 años tiene, que mucho, la ESO finalizada. Es más del doble que el 11,8 % en la UE 22. Por el contrario, nuestro país dispone de sólo un 23,6 % de jóvenes que han finalizado la segunda etapa de educación secundaria y postsecundaria no terciaria, es decir, FP Media o Bachillerato (o FP Básica). Esta es una proporción mucho más baja que el 42,3 % de la UE-22. Nuestro país necesita impulsar los estudios de FP Media como instrumento para reducir el abandono temprano educativo y el porcentaje de jóvenes que, como mucho, han finalizado la ESO.
Gráfico 1. Evolución del nivel de formación de la población adulta (25-34 años)

Gráfico 1. Evolución del nivel de formación de la población adulta (25-34 años)

Hay una gran variación entre Comunidades y ciudades autónomas. Melilla (41,2 %), Ceuta (38,0 %), Extremadura (37,3 %), Murcia (36,0 %), o Andalucia (34,2 %) y Castilla-La Mancha (34,2 %) tienen las proporciones más elevadas de jóvenes que tienen, como máximo, la ESO finalizada. Navarra (14,6 %), País Vasco (15,4 %), Asturias (20,5 %), Aragón (20,9 %) o Madrid (21,4 %) son las comunidades con los porcentajes más bajos de jóvenes sin estudios medios. Además, y aunque el porcentaje de ninis en España continúa bajando, la proporción de jóvenes entre 18-24 años que ni estudia ni trabaja (20,3 %) está por encima de la OCDE (16,1 %) y UE-22 (14,3 %).
La tasa de paro entre los jóvenes en España es del 28 % para los que tienen, como máximo, ESO, es decir, los que no continúan estudiando después de los 16 años. Los que tienen Bachillerato o FP Media finalizada tiene un desempleo del 18 % por el 13 % de los titulados universitarios o de FP Superior.
Gráfico 2. Tasa de desempleo por nivel de educación (2021) Porcentaje de población desempleada de 25 a 34 años, según nivel de formación

Gráfico 2. Tasa de desempleo por nivel de educación (2021) Porcentaje de población desempleada de 25 a 34 años, según nivel de formación

En suma, las críticas que genera la propuesta de la extensión de la enseñanza obligatoria hasta los 18 años son, sin duda, un aspecto a tener en cuenta para formular esta medida de forma gradual, con una implementación por fases muy estudiada, y comenzando con un ensayo en una zona geográfica que más lo pueda necesitar y en donde más consenso inicial genere. Pero continúa siendo una medida importante para lograr la igualdad de oportunidades en el sistema educativo español y que la tasa de abandono educativo no sea 7 veces más elevada entre los jóvenes cuyas familias llegan con mucha dificultad a fin de mes (36 %) que para los jóvenes cuyas familias llegan con facilidad o mucha facilidad (5 %), como muestran el IVIE y la Fundación Europea Sociedad y Educación.
  • Ismael Sanz es profesor de la URJC y Visiting Senior Fellow de London School of Economics
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