
Un profesor enseña a su alumna una operación matemática
Educación
España se queda sin profesores de Matemáticas: «Vamos hacia lo que ocurre en Iberoamérica»
Solamente en las oposiciones de 2021 –última convocatoria–, casi el 40 % de las plazas no fueron cubiertas
Desde hace décadas, el sector educativo español ha intentado frenar un déficit docente en una de las ramas más importantes: Matemáticas. La crisis de profesores que lleva atravesando esta disciplina desde hace décadas ha provocado un cambio radical en nuestros centros escolares.
Los licenciados en Matemáticas –que cada vez son más– han dejado las aulas para formar parte del ámbito empresarial, una tendencia incrementada con llegada del Big Data y la Inteligencia Artificial (IA). Esta 'huida' matemática ha generado que en muchos centros tengan que conformarse con docentes con menor grado de especialización.
«Lo ideal no es que el profesor de matemáticas de Bachillerato sea un biólogo o un economista. Esto no es lo ideal y está ocurriendo», señaló a la Agencia Efe Núria Planas, presidenta de la Sociedad Española de Investigación en Educación Matemática (SEIEM).
Sin embargo, la realidad es que entre una opción u otra, no hay color. Las condiciones laborales y las grandes diferencias económicas han generado un déficit de matemáticos que amenaza con ser aún más dramática en el futuro. Dicha tendencia se puede observar a la perfección en el último Informe Mundial sobre el Personal Docente, presentado a finales de abril por la Fundación SM y la Unesco.
Tal como señala el reciente estudio, está previsto que de aquí a 2030 hagan falta casi cinco millones de profesores en Europa y América del Norte. En resumen, los profesores que se quedan en el sector educativo lo hacen por pura vocación, ignorando las suculentas condiciones que pueden tener en otro tipo de sector.

Una alumna intentando resolver operaciones matemáticas
En lo que a la figura de las matemáticas se refiere, la realidad es que casi la mitad de las plazas de empleo para ser profesor se quedan sin cubrir. De hecho, solamente en las oposiciones de 2021 –última convocatoria–, casi el 40 % de las plazas no fueron cubiertas.
«Hay pocos graduados en matemáticas que se quieran dedicar a a dar clases porque desde hace un tiempo la salida de la mayoría de graduados es a las consultoras, a la industria y a las empresas», explica a El Debate Onofre Monzó del Olmo, vicepresidente de la Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas (FESPM).
La principal causa que explica esta marcha se basa en una cuestión económica, dado que en el resto de sectores «están pagando muy bien». Asimismo, el experto señala que las condiciones educativas continúan empeorando, lo que sumado a las tareas burocráticas, al incremento de horas y a la pobre gestión de los centros, provoca que los matemáticos «no tengan la educación como primera opción».
Y es que a pesar de que la crisis de 2008 trajo consigo una mayor ocupación de plazas, el problema en esta asignatura se lleva manteniendo desde principios de siglo. A pesar de ello, con el paso del tiempo han ido surgiendo nuevos inconvenientes, como la popularización de la inteligencia artificial, lo que ha generada esta marcha masiva.
«En estos momentos casi todo el trabajo y lo que se conoce en matemáticas tiene que ver, por una parte, con la matemática aplicada. Es decir, con la capacidad de las matemáticas de ser capaz de simular procesos reales, bien sea de la industria, de la ciencia en general o económicos», detalla Onofre Monzó.
Un futuro poco prometedor
La situación que vive ahora la docencia matemática en nuestro país fue uno de los principales quebraderos de cabeza del Gobierno de Reino Unido a finales del siglo XX. En palabras del vicepresidente de la FESPM, en los años 70 y 80 ya ocurrió una situación similar en el país británico, aunque ellos si supieron remediarlo.
«Ellos lo solucionaron importando matemáticos y matemáticas de la India. Pero para que algo así pase aquí es complicado», detalla. De hecho, a diferencia de España, el Ejecutivo británico ha puesto en marcha distintas iniciativas y proyectos en los últimos años para tener a los mejores profesores de matemáticas y de ciencias en sus colegios.
Tal como detalla Monzó, la solución principal para acabar con este déficit estaría directamente relacionada con un aumento salarial o incrementar el número de plazas de matemáticas, algo que no se plantea dado que podría «reducirlas de otros estudios».
«Yo creo que lo primero es mejorar las condiciones laborales, que la profesión sea atractiva y que nadie se dedique a hacer campaña en contra del profesorado, porque todo eso está tirando piedras contra tu tejado», señala.
De igual manera, dada la dramática situación por la que atraviesa el sector, el experto ha sido claro: España corre el riesgo de convertirse en una nación tercermundista en este ámbito.
«Nos la estamos jugando. Vamos hacia lo que ocurre en muchos países de Iberoamérica o Estados Unidos. Que no haya matemáticos en la escuela secundaria puede suponer que la formación de los alumnos vaya decayendo», ha sentenciado.