Fundado en 1910

29 de marzo de 2024

Zapatero y el ministro Escrivá.

Zapatero y el ministro EscriváEfe

Los socialistas presumen de gestión

El PSOE ningunea a Podemos y se apropia de las medidas que tomó por presión de su socio

Los ministros del ala socialista sacan pecho por el SMI, las pensiones, los ERTES y el ingreso mínimo vital sin la más mínima mención a los morados. Estos se enfadan 

El PSOE no gobierna en solitario, pero en este 40º Congreso se ha esforzado en que parezca que sí, borrando a su socio morado, ninguneándolo incluso.
Los socialistas han sacado de la escena a Unidas Podemos a codazos y han reivindicado como únicamente suyas las principales medidas del Gobierno de coalición. Medidas que, en más de una ocasión, Pedro Sánchez ha tomado por presión de Pablo Iglesias –antes– y de Yolanda Díaz –ahora–.
En plena caída en las encuestas, durante estos dos días el PSOE se ha dedicado a exhibir el plumaje como un pavo real, poniendo el foco sobre los ministros Nadia Calviño, José Luis Escrivá, Teresa Ribera y Félix Bolaños.
Lo curioso es que dos de ellos, la vicepresidenta económica y el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, ni siquiera son militantes del PSOE. Pero este sábado estaban en primera fila, con el resto de los ministros del ala socialista del Ejecutivo –salvo Margarita Robles, que volvió a faltar– junto al triunvirato formado por Pedro Sánchez, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.
Los socialistas se han atribuido en exclusiva la paternidad de las dos subidas del salario mínimo interprofesional, el ingreso mínimo vital, la reindexación de las pensiones al IPC, los seis planes de los ERTE, las ayudas a autónomos y el feminismo.
Escrivá llegó a decir durante su intervención de este sábado que el ingreso mínimo vital «tiene muchos atributos» de la socialdemocracia, y se arrogó el mérito de «empoderar» a los más vulnerables.
Calviño defendió a capa y espada las políticas del Gobierno, pese a que ella se opuso a la limitación del precio de los alquileres en la Ley de Vivienda que prepara el Gobierno y también a la última subida del salario mínimo interprofesional. Bolaños fue incluso más allá: «El PSOE es la herramienta más importante de transformación de España», presumió el titular de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática.
La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, se vanaglorió de que los socialistas están «infinitamente entregados a los demás» y eso se traslada a sus políticas. Y el viernes Carmen Calvo había pedido a Sánchez no ceder ante la «falsa modernidad» del nuevo feminismo. En otras palabras: el de Podemos. «Nosotros no hacemos política a regate corto», sostuvo.
Las únicas alusiones implícitas –que no expresas– al socio de Gobierno de Sánchez que se escucharon fueron pullas. También de Felipe González. O sobre todo de él. El expresidente del Gobierno aseguró que le daría un premio al inventor del término «régimen del 78» por su «torpeza» y se declaró perteneciente a él «a mucha honra».

Podemos se enfada

En Podemos no ha gustado que su socio les coloque como un cero a la izquierda. De hecho, este sábado la portavoz morada, Isa Serra, se jactó de que Sánchez se mueve por la «presión» que ejercen los morados sobre él, no motu proprio. Y dejó caer cuál será la próxima batalla dentro del Gobierno: la reforma laboral.
A este último respecto, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, aprovechó el atril que le brindaron los socialistas para recordarle al presidente que está pendiente de esa reforma de la legislación laboral. Y ahí estará esperando Yolanda Díaz a Pedro Sánchez.
Comentarios
tracking