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25 de abril de 2024

Calviño en el Congreso de Comisiones Obreras.

Calviño en el Congreso de Comisiones Obreras.CCOO

Contra el Gobierno, no

UGT y CCOO se desmarcan de la primera protesta por la luz entregados a Sánchez

La inauguración del 12º Congreso de CCOO vuelve a poner de manifiesto la sintonía entre el Ejecutivo y los sindicatos. Las expectativas de una nueva legislación laboral los mantienen quietos

Los sindicatos mayoritarios se han mimetizado tanto con el Gobierno de coalición que hasta el lema elegido por Comisiones Obreras para su 12º Congreso Confederal Sindical, Actuar para avanzar, evoca al Avanzamos que el PSOE eligió el pasado fin de semana para su 40º Congreso.
Desde que a Cándido Méndez se le bautizara en los cenáculos de poder como el vicepresidente en la sombra de José Luis Rodríguez Zapatero, los sindicatos no habían tenido tanta influencia en el Ejecutivo como hasta ahora. Y viceversa, puesto que Pedro Sánchez ha logrado que UGT y CCOO miren para otro lado mientras el precio de la luz ahoga las economías de millones de negocios y hogares y la inflación dispara el coste de la vida muy por encima de la subida de los salarios y pensiones. 
Este jueves en que el megavatio hora ha escalado hasta los 250 euros en el mercado mayorista, diversos colectivos como Ecologistas en Acción, Greenpeace, Alianza contra la Pobreza Energética, los sindicatos de inquilinos de Madrid y Cataluña y la CGT -entre otros- han convocado el 28 de octubre en la capital la primera gran manifestación para exigir responsabilidades al Gobierno. UGT y CCOO ni están ni se las espera en esa lista.
Es más. A CCOO el anuncio le ha pillado en plena inauguración del cónclave de la reelección de Unai Sordo como secretario general con una amplia representación del Gobierno. 
En la primera jornada han intervenido el mismísimo Sánchez a través de un vídeo (se encuentra en Bruselas participando en el Consejo de Europa) y la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño; y en la clausura del sábado lo hará la segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Este jueves han estado en el Hotel Marriott Auditorium, además, los ministros de Hacienda y de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, María Jesús Montero y José Luis Escrivá, respectivamente. También los secretarios de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez, y de Derechos Sociales y Agenda 2030, Enrique Santiago
Montero y Errejón con el líder de CCOO.

Montero y Errejón con el líder de CCOO.

Todas las sensibilidades del Gobierno han acudido a la llamada de CCOO. Como lo hicieron en mayo a la de UGT, cuyos delegados reeligieron a Pepe Álvarez como su timonel en el 43º Congreso Confederal del sindicato.
Tanto Sánchez como Calviño han reiterado su compromiso en «saldar las deficiencias del mercado laboral», en alusión a la derogación de la reforma laboral, que es la forma que ha encontrado el Gobierno de garantizarse que UGT y CCOO se estarán quietos también en este otoño caliente.
La vicepresidenta económica incluso ha citado el final de 2021 como horizonte para proponer un nuevo marco de regulación. Y les ha dicho a los de Sordo: «Siempre os he escuchado e implicado en la toma de decisiones». «Tenemos una oportunidad histórica, es muy importante que acertemos en los próximos meses. Vamos a seguir apostando por el diálogo social», ha insistido Calviño.
El presidente, por su parte, ha alabado el «extraordinario sentido de la responsabilidad y compromiso con el país» demostrado por CCOO. 
La última vez que los sindicatos hermanos dijeron estar «evaluando» la posibilidad de movilizarse por la espiral de la electricidad fue a finales de agosto. Y ya entonces llevaba encadenando récord tras récord desde abril. Ahí se quedó. Lo llaman paz social.
El único lugar donde los sindicatos han salido a la calle a protestar es Andalucía. Curiosamente donde gobierna el PP de Juanma Moreno en alianza con Ciudadanos. Allí el pasado 7 de octubre CCOO y UGT se movilizaron bajo el lema Porque es nuestro futuro. Recuperación real y empleos justos.
Por contra, UGT y CCOO no fueron tan comprensivos con el Gobierno de Mariano Rajoy. En febrero de 2017 convocaron un maratón de cuatro días de manifestaciones para quejarse por la subida de la luz y exigir un aumento del poder adquisitivo de los trabajadores. Stop al encarecimiento de la vida. Empleo y salarios dignos, rezaban las pancartas.
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, habló entonces de un «incremento absolutamente insoportable para una parte muy importante de los ciudadanos y ciudadanas de este país». Y acusó al Ejecutivo de Rajoy de continuar «insensible» al problema. Entonces el megavatio hora estaba a 87,81 euros, ahora está casi al triple.
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