Sánchez estrecha la mano a Rufián al término de la votación
Primera prueba superada
ERC, Bildu y el PNV pasan a Montero la minuta de su apoyo: «Aún dependen de los mismos»
El Congreso tumba las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos, que siguen su trámite. La ministra de Hacienda y sus socios muestran su sintonía, más por necesidad que por convencimiento
Hay dos María Jesús Montero dentro de la ministra de Hacienda. Una es la que el miércoles enseñó los dientes del Gobierno a Pablo Casado, Iván Espinosa de los Monteros e Inés Arrimadas durante la primera jornada del debate de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos de 2022.
El debate de los Presupuestos
El Gobierno endurece su oposición a la oposición alarmado por el ascenso de Casado
Otra es la que este jueves, en la segunda jornada, ha enseñado la mejor de sus sonrisas a Gabriel Rufián, Idoia Sagastizabal y Oskar Matute, portavoces de ERC, el PNV y Bildu en el Congreso.
La ministra de Hacienda y sus socios parlamentarios han escenificado una sintonía, más por necesidad que por convencimiento, que conducirá a la aprobación de las cuentas públicas antes de fin de año. Ahora éstas seguirán su tramitación parlamentarias después de que el Pleno haya rechazo las siete enmiendas a la totalidad por 188 votos en contra.
La bancada socialista aplaude a Montero.
Al término de la votación, Pedro Sánchez ha salido al patio del Congreso en busca de su coche oficial. Allí, entre la melé de diputados, el portavoz del PSOE, Héctor Gómez, se encontraba charlando amigablemente con Rufián. El presidente se ha acercado al portavoz de ERC y le ha estrechado la mano en señal de agradecimiento. Después se ha marchado raudo.
Dentro del hemiciclo, ni Rufián, ni Sagastizabal, ni tampoco Matute se han privado del gusto de recordarle a la titular de Hacienda que el Gobierno está en sus manos. «Olvidan que aún dependen de los mismos para las mismas cosas y empiezan a cabrear a mucha gente. Calculen bien las fuerzas porque no sé si les queda gasolina en los motores para tanto viaje», le ha aconsejado el portavoz de ERC.
A lo que Montero ha respondido poniendo la otra mejilla: «El Gobierno es muy consciente de que no tenemos un cheque en blanco, que tenemos que sudar la camiseta. La firmeza de su grupo parlamentario también nos permite aprender».
Y ha oficializado ante la Cámara Baja el compromiso que el viernes adquirió con Esquerra in extremis para evitar que estos presentaran una enmienda a la totalidad de los Presupuestos: que pactará con ERC las cuotas de las lenguas cooficiales en la futura Ley Audiovisual.
Lo de este jueves no puede llamarse debate. No lo ha habido. Ni de Montero con los portavoces de Unidas Podemos y el PSOE -obvio- ni tampoco de Montero con los portavoces de ERC, el PNV y Bildu. Ha sido más bien una constatación de que el Gobierno y sus socios parlamentarios quieren llegar al mismo punto, la aprobación de los Presupuestos, y que a partir de ahora toca ir pavimentando el camino.
Vía concesiones que «a veces» responden a «materias que no tienen que ver con los Presupuestos», como ha reconocido sin disimulo Montero. «En estos días tendremos que hablar mucho para mejorar estas cuentas públicas. Nuestra mano está tendida», le ha dicho a la portavoz del PNV.
Entre esas «materias» figura la reforma laboral. El portavoz de Bildu, partido con el que el PSOE firmó un acuerdo para la derogación íntegra de la reforma laboral en pleno estado de alarma y después se retractó, ha avisado a la titular de Hacienda: «Si rebajan el alcance de la reforma laboral para tener el beneplácito de la CEOE quizá pierdan la mayoría de izquierda. No se la jueguen, cumplen los acuerdos. No den por hecho el apoyo de Bildu. Seremos razonables pero exigentes», según Matute.
El trámite de este jueves era lo fácil. A partir de ahora el Ejecutivo tendrá que remangarse. Pero confía en sumar 190 votos a las cuentas públicas del próximo año. Los de Esquerra, el PNV, Bildu, el PDeCAT (cuatro diputados escindidos de Junts per Catalunya), Más País-Equo, Compromís, Teruel Existe, Nueva Canarias, el Partido Regionalista de Cantabria y el BNG.
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