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18 de abril de 2024

La exjefa de ETA María Soledad Iparragirre, alias 'Anboto' antes del comienzo del primero de los doce juicios pendientes en España

La exjefa de ETA María Soledad Iparragirre, alias 'Anboto' antes del comienzo del primero de los doce juicios pendientes en EspañaEuropa Press

La exjefa de ETA «Anboto» confiesa que ordenó el atentado contra el Palacio de la Justicia de Amurrio

Acepta 15 años de cárcel, por lo que acumularía así un total de 296 años de prisión y sumaría una séptima sentencia condenatoria

La exjefa de ETA María Soledad Iparraguirre, alias «Anboto», ha aceptado este lunes 15 años de cárcel por un delito de estragos terroristas al acometer, como líder del comanda Kattu, el atentado contra el Palacio de Justicia de Amurrio (Álava) perpetrado en 1996 que no dejó víctimas mortales.
En el juicio seguido en la Audiencia Nacional, y cuyo tribunal ha estado presidido por el magistrado Alfonso Guevara, «Anboto» ha reconocido los hechos recogidos en el escrito de conclusiones del Ministerio Fiscal, que le situaban como coautora del ataque que fue ejecutado por Kepa Arronategui y Eneko Gogeaskoetxea Arronategui.
Según señaló la Fiscalía, la que fuera jefa de la organización terrorista habría trazado una estrategia de atentados contra «el aparato de justicia de España» en protesta por el proceso que se seguía contra los miembros de la Mesa nacional de Herri Batasuna
La Fiscalía explica que «Anboto» señaló como objetivo del comando la nueva sede en construcción del Palacio de Justicia de Amurrio y proporcionó a los miembros del comando el material explosivo que habrían de utilizar, que fue recogido por ellos mismos en Francia. 
Después de conseguir los materiales, los ya condenados Kepa Arronategui y Eneko Gogeaskoetxea Arronategui confeccionaron el artefacto explosivo en el caserío Olagorta, situado en el barrio Natxitua de la localidad de Ea (Vizcaya). 
Fue el 30 de noviembre de 1996, en torno a las 01.00 horas, cuando trasladaron y colocaron el explosivo en la parte trasera del edificio. El artefacto casero tardó 18 minutos en explosionar, provocando cuantiosos daños materiales que fueron tasados en 6.085,06 euros.
Los investigadores localizaron un año después, en la detención de Arronategui en el caserío Olagorta, una gran cantidad de material explosivo y útiles para confeccionar artefactos que no habían sido utilizados y procedentes de las diversas entregas de material realizadas a ambos miembros del comando.

Una larga lista de condenas

«Anboto», considerada como una de las jefas de la organización terrorista, acumula una larga lista de condenas y penas de hasta 283 años de cárcel, que ascendería hasta los 296 años cuando haya sentencia firme. La etarra aceptó el pasado 14 de septiembre una pena de 15 años de prisión por haber dado la orden de atentar contra Juan Carlos I con ocasión de su asistencia a la inauguración del Museo Guggenheim de Bilbao el 18 de octubre de 1997.
Esta acción frustrada también contó con el sello del comando Kattu y de los otros dos condenados en este proceso, Eneko Gogeaskoetxea Arronategui y Kepa Arronategi Azurmendi, que también habrían seguido las directrices de la exjefa de ETA.
Pero, además, la Audiencia Nacional la condenó el pasado mes de junio a 46 años de prisión por dos asesinatos frustrados y un delito de estragos por la colocación en mayo de 1987 de una bomba trampa a las puertas de un bar de la localidad guipuzcoana de Escoriaza.
Más atrás, en el mes de abril, le fue impuesta una condena de 39 años de cárcel por el asesinato en junio de 1985 del cartero de la localidad alavesa de Amurrio, Estanislao Galíndez. La Sección Tercera de la Sala de lo Penal consideró acreditado que en 1985 Iparraguirre se encontraba integrada en el Comando «Araba» de ETA junto a los miembros de ETA Juan Carlos Arruti y José Javier Arizcuren Ruiz («Kantauri»), ya condenados por estos hechos.
Antes, en marzo fue condenada por la Audiencia Nacional a 61 años de cárcel por ordenar dos acciones terroristas, una de ellas el atentado contra los policías que vigilaban la entrada de las oficinas del DNI en Bilbao en enero de 1995, en el que murió un agente y otro resultó gravemente herido, y la otra la perpetrada contra una entidad bancaria de Getxo en 1994.
Estas sentencias condenatorias se sumaban a la condena, ya firme por el Tribunal Supremo, que confirmó 122 años de cárcel por ordenar y facilitar material para cometer otro atentado, el del comandante del Ejército de Tierra, Luciano Cortizo, perpetrado en 1995 en Léon.

Acumula dos absoluciones

Iparraguirre ha sido absuelta también en relación al atentado cometido en julio de 1997 contra una comisaría de Policía en Oviedo al entender que no había prueba de que participara en la entrega de material explosivo a un comando de la banda terrorista ETA.
La que fuera jefa de ETA también fue absuelta de haber participado en 1985 en la colocación de un coche bomba en las inmediaciones del polideportivo de Mendizorroza, en Vitoria, con el objetivo de acabar con la vida de los policías nacionales –al menos 21– que iban a prestar servicios de vigilancia con motivo de un encuentro deportivo.
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