El secesionismo silencia el entusiasmo por el regreso de la selección española a Cataluña 18 años después
El éxito de público para visitar el buque escuela Juan Sebastián Elcano o al estand del Ejército del Salón de la Enseñanza o el partido de ayer culminan un mes aciago para los independentistas
La selección española de fútbol jugo ayer en Barcelona. En un país normal que la selección de fútbol juegue en la segunda ciudad de ese país no sería noticia, en España sí. El último partido de la selección en Barcelona fue en 2004, han pasado 18 años. ¿Cuál es el motivo? Técnicamente para que se juegue un partido de la selección nacional en un estadio el club propietario del mismo debe solicitarlo. El último partido de España en Barcelona se celebro en el Estadio Olímpico, de titularidad municipal, y el alcalde era el socialista Joan Clos. La directiva del FC Barcelona, muy politizada y siempre próxima a postulados políticos independentistas, no se planteará jamás pedir un partido de la selección en su estadio. Así que fue la del RCD Espanyol, en manos de la empresa china Rastar Group, la que pidió albergar un partido en su estadio.
Los jugadores celebran el gol del triunfo ante AlbaniaAFP
Durante años un grupo de jóvenes agrupados en «Barcelona con la selección» pidieron a las administraciones que España jugará en Barcelona, recogieron firmas, pusieron carpas callejeras e incluso dos chicas militantes de Barcelona por la selección fueron agredidas en 2016 en una carpa ubicada en la Av. Meridiana de Barcelona.
Más que un partido
El partido de la selección de ayer era mucho más que un partido en el camino de preparación de España hacía el mundial de Qatar, incluso cabe decir que el resultado era lo de menos hasta que Luis Enrique dijo en la rueda de prensa posterior al encuentro que «sería un error volver a tardar 18 años en regresar a Barcelona» y que «me hubiera fastidiado mucho perder este partido, no por mi, ni por los jugadores, si no por la afición». El seleccionador nacional, por si quedaban dudas, remacho su intervención: «Jamás, ni como jugador ni como entrenador, una afición fue tan decisiva para la victoria como en el partido de hoy».
Y es que casi 36.000 espectadores llenaron el RCDE Stadium, con capacidad para 40.000 personas, para ver el regreso de la selección española a Barcelona. El público bloqueó los accesos al estadio ya dos horas antes del partido con ganas de vivir la previa de mismo y encontrarse con gente equipada con bandera y camiseta de la selección nacional.
La fun zone organizada por Barcelona por la selección reunió a miles de jóvenes sin ningún disturbio y ya en el interior del estadio además del emocionante momento del himno el encuentro se desarrollo entre cánticos de «Cataluña es España», el estribillo de Manolo Escobar «Que viva España», etc…. La grada de animación del partido, situada en el gol norte del estadio, estaba comandada por los jóvenes de Barcelona con la Selección a los que se unieron S’ha Acabat, la organización juvenil universitaria que lucha por evitar la colonización de los campus universitarios catalanes por parte de organizaciones radicales de ultraizquierda e independentistas. Que el himno pudiera sonar en Cataluña sin disturbios ni conflictos sino entre cánticos, aplausos y emoción pone de manifiesto hasta que punto las finales de la Copa del Rey en las que se silba al himno y la presencia de Su Majestad el Rey distorsionan la realidad plural de la sociedad catalana.
Mes aciago para el independentismo
El encuentro entre España y Albania culmina un mes aciago para el independentismo en su intento constante de presentar a Cataluña como una sociedad uniformemente nacionalista, e incomoda en España. Barcelona ha vivido este mes de marzo la visita del buque escuela Juan Sebastián Elcano, que recaló en el puerto barcelonés también por primera vez en 18 años y agotó en pocas horas las entradas para visitar el barco hasta el extremo que se tuvieron que habilitar más franjas horarias. El independentismo gobernantes luego asistió impotente y atónito a como en el Saló de l’ensenyament el estand del ejército, que había sido vetado por Ada Colau, recibía 9.000 solicitudes de jóvenes catalanes interesándose por su oferta laboral y formativa, muy por encima de cualquier universidad; y finalmente el partido de la selección se convierte en una manifestación cívica y masiva de patriotismo.
El nivel del éxito de este tipo de eventos en Cataluña es fácil de medir. Cuanto más silencio oficial más preocupación por parte del independentismo. En 2017 cuando se convocaban manifestaciones contra la independencia desde los medios de comunicación públicos se habla de «miles de personas venidas de otros lugares del Estado mayoritariamente votantes de Falange y Vox» (SIC), ahora optan por silenciar a la parte de la sociedad catalana no adepta a sus postulados secesionistas. Ayer ningún dirigente de la Generalitat asistió al partido de la selección y la Secretaria autonómica de deportes de la Generalitat, la republicana Anna Caula, asistía a la hora del match en España -Albania en Cornellá a un encuentro de waterpolo. TV3 no informó del partido en momento alguno y su canal de noticias a lo largo de la tarde sí informo sobre la final de la Copa de la Reina de Baloncesto donde se enfrentaban el Girona al Perfumerías Avenida o del derbi de balonmano entre el FC Barcelona y el Granollers. Hoy en la web de TV3 la noticia del partido está enterrada en la novena posición de la sección de deportes.