Fundado en 1910

28 de marzo de 2024

Cuca Gamarra regresa a su escaño tras su intervención

Cuca Gamarra regresa a su escaño tras su intervenciónEFE

Comparecencia en el Congreso

La inflación asfixia a Sánchez: la pregunta de Gamarra que él no pudo ni supo contestar

El coste de la vida no solo aprieta, sino que también ahoga al Gobierno. El presidente acudió a la Cámara a pedir apoyo para su plan anticrisis y se llevó un revolcón parlamentario

La inflación se ha convertido en un martillo percutor contra el Gobierno y contra el PSOE. Y el agujero que está causando en el socialismo es cada vez mayor y más profundo. Cuanto más trata de taparlo Pedro Sánchez, más se ve.
El presidente del Gobierno comparecía este miércoles en el Congreso para dar cuenta del último Consejo Europeo, en uno de esos totum revolutum parlamentarios a los que acostumbra de tanto en tanto. En esta ocasión, economía, Sáhara Occidental y OTAN eran los ingredientes del indigesto guiso.
Sánchez volvió a pedir «sentido de Estado» a la oposición para apoyar la prórroga del plan anticrisis hasta el 30 de septiembre, que incluye la bonificación de los 20 céntimos por litro de carburante. Y también solicitó a la Cámara el voto favorable -en el Pleno de este jueves- a la convalidación del decreto ley que regula el mecanismo ibérico para topar el gas. Un decreto ley que el Consejo de Ministros aprobó el 13 de mayo pero que no ha podido aplicar desde entonces porque la Comisión Europea no le ha dado el visto bueno.
«¿Cómo pretende que se convalide lo que todavía desconocemos ni Europa ha dado el visto bueno?, ¿quiere usted convalidar como urgente y de extraordinaria necesidad medidas que llevan tres meses sin aplicarse?", le preguntó sorprendida la portavoz del PP, Cuca Gamarra, poniendo de manifiesto la enorme paradoja de tener un decreto ley durmiente.
Pedro Sánchez dirigiéndose a la tribuna del Congreso

Pedro Sánchez dirigiéndose a la tribuna del CongresoEFE

La pregunta fue directa al mentón de Sánchez, que no pudo ni supo responderla. Puesto que hace ya dos meses y medio -el 25 de marzo- que el presidente compareció desde Bruselas junto al primer ministro portugués para anunciar triunfal la famosa «excepción ibérica». Y, desde entonces, la Comisión Europea no ha dejado de largas a España, sin terminar de dar su ok. Por muy bien que Sánchez presuma de llevarse con Ursula Von der Leyen.
A la doble pregunta de Gamarra se sumó, poco después, otra del portavoz del PNV para rematar a Sánchez. «Y la Comisión Europea, ¿cuándo va a dar el ok al tope de gas?», quiso saber Aitor Esteban. Desde su escaño, el líder del Ejecutivo respondió: «Pronto». Y Esteban replicó con socarronería: «¿Pronto? Ya, pero pronto iba a ser hace tres semanas. No puede ser este cachondeo por parte de la Comisión».
Ni Gamarra ni Esteban consiguieron que Sánchez concretara la fecha, probablemente porque ni él lo sabe. Y mientras, el Gobierno y la bancada socialista tratan de disimular su impaciencia. Pero el tiempo sigue jugando en contra del Ejecutivo.
«Para la gran mayoría de nuestro país hoy la vida es más insegura, es un poquito más angustiosa», lamentó el portavoz de Más País, Íñigo Errejón, quien le recordó a Sánchez el dato de la inflación de mayo y le aconsejó que deje de agitar espantajos: «El problema aquí no es el miedo a la derecha, es el miedo a llegar a fin de mes», zanjó Errejón.
Inés Arrimadas puso el cascabel al gato al reprochar al presidente que es «insostenible» mantener, como mantiene el Gobierno, que todas las pensiones subirán conforme al IPC. «Es demagogia», añadió la líder de Cs.
Y sus socios, por su parte, pescaron en el río revuelto. O lo intentaron, al menos. El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, aprovechó para insistir a Sánchez que acepte las medidas que han propuesto para la prórroga del plan anticrisis (como mejorar el bono social energético aumentando un 40 % el umbral de renta) y saquen el dinero de… subir los impuestos a los ricos.
Y Sánchez no pudo por menos que protestar por la dureza con la que cree que le están juzgando, socios y no socios. «A este Gobierno se le reprocha el coste de la vida, el coste del IPC… yo creo que tenemos que ser serios y rigurosos», lamentó.
Tampoco hizo caso al consejo de Errejón de que se olvidara de Vox y se centrara en la economía, porque en su segundo turno de intervención dedicó varios minutos a «las derechas», como le gusta a él llamarlas: «Pactar con Abascal es ir contra la mayoría social de España y de Europa», afeó a los diputados del PP.
Comentarios
tracking